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Lifschitz consideró que sólo oír hablar del organismo de crédito internacional “eriza la piel”.
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Tanto el gobernador Miguel Lifschitz como el ex mandatario Antonio cuestionaron severamente la decisión del gobierno nacional de volver a negociar con el Fondo Monetario Internacional un eventual endeudamiento.
“Las palabras FMI nos erizan la piel a más de uno; nos trae recuerdos de experiencias anteriores que ya pasamos, que ya sufrimos y cuyas consecuencias son previsibles”, dijo Lifschitz. “Es una película que se repite y trae recuerdos de experiencias negativas para todos”, resumió. A su criterio, “el gobierno nacional debería bajar un poco el pie del acelerador, asumir alguna autocrítica y establecer un marco de diálogo con la oposición, que también tiene que actuar con prudencia”. De lo contrario, consideró que “si elegimos un camino similar al de otras etapas históricas de la Argentina, vamos hacia un escenario al que en realidad nadie debería querer llegar”.
Lifschitz se permitió, asimismo, una reflexión sobre la coyuntura local. Y dijo que “si hay flexibilidad con el FMI, espero lo mismo para acordar con el gobierno de Santa Fe”. De ese modo, aludió a la negociación hasta aquí sin resultados concretos con el gobierno nacional sobre la deuda de coparticipación federal. “Si hay un poco más de flexibilidad en algunos aspectos, es posible llegar a un acuerdo”, aseveró.
“Retroceso”
Muy crítico fue también Antonio Bonfatti. En diálogo con la prensa, el actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia dijo que volver al FMI es “un retroceso” y vaticinó que va a derivar en “un ajuste, que va a afectar especialmente a los que menos tienen”. Sin vueltas, el ex gobernador dijo que “si no hay un gran acuerdo nacional, volvemos al 2001”.
El legislador cuestionó “la soberbia del gobierno nacional”, y alertó que “el camino de la mentira” no es el adecuado. “Creo que es más de lo mismo de otras oportunidades que ya vivimos en el país. No se puede tapar y negar con discursos y cobertura mediática que Argentina necesita de un gran acuerdo entre el sector del trabajo y el productivo; un consenso económico y social para poder salir adelante y no negarlo con soberbia”, interpretó.
A su juicio, “el gobierno no tiene un plan económico. Lo dijimos desde el primer día. Nos decían que éramos pesimistas pero éramos realistas; lamentablemente, no nos equivocamos. Este camino nos lleva nuevamente a cosas que vivimos y que no queremos reiterar”, apuntó.
Particularmente, Bonfatti reparó en el impacto que la medida podría tener en lo sectores más vulnerables. “Quienes van a pagar los platos rotos son nuevamente los sectores del trabajo, los que no tienen trabajo, la pequeña y mediana industria. Abrieron la importación indiscriminadamente, cambiaron la reforma previsional; ahora, pretenden la reforma laboral”.
Finalmente, consideró que frente a esta situación, se agotan las explicaciones vinculadas con “la herencia recibida”. “Creo que ese argumento se les termina -consideró- porque ya llevan dos años y medio de gobierno y han profundizado tremendamente una situación de inflación que la negaban continuamente”.
“Soberbia”
En la misma sintonía que los líderes socialistas, opinó Margarita Stolbizer, ex candidata presidencial por el partido GEN y de paso por Santa Fe para avalar el proceso de reforma de la Constitución. En conferencia de prensa, la dirigente no ocultó su preocupación por la decisión del gobierno nacional.
“He visto en estos últimos días un gobierno demasiado obcecado en sus posiciones sin promover una instancia de diálogo. Me preocupa un gobierno subido a la soberbia de un triunfo electoral el año pasado que ha roto todos los vínculos de diálogo para discutir un tema tan central como el de las tarifas”, expresó. “Yo vengo afirmando desde hace tiempo que veo al gobierno desorientado, sin rumbo y sin plan económico -comentó-. Y a eso agregamos la sorpresa del anuncio (sobre la negociación con el FMI)”, sostuvo.
“Apelar a las recetas del Fondo es una renuncia y una concesión en término de decisiones de soberanía política y de política económica. La otra preocupación -acotó- es que se llega a este tipo de decisiones cuando se agotaron todos los caminos. No se va a buscar al Fondo de un día para el otro sin reconocer que fracasó todo lo que se intentó antes. Me parece que no nos estaban contando todas las cosas; no nos contaban que venían fracasando. Al contrario, decían que estaban bien. La película que nos estaban relatando no se condice con esta noticia”, opinó. Y al igual que Bonfatti, pidió “voluntad” para convocar a un pacto o un acuerdo. “De lo contrario, va a ser complejo enfrentar las situaciones difíciles”, concluyó.
“Me parece que no nos estaban contando todas las cosas; no nos contaban que venían fracasando”. Margarita Stolbizer, Líder de GEN.