En junio de 2009 hubo una sorpresa en las elecciones a diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires. Allí, un empresario visto como un promotor de la "antipolítica", Francisco de Naváez, le ganó al ex presidente Néstor Kirchner, tras anunciar su candidatura con el apoyo de Mauricio Macri y Felipe Solá.
En diciembre de aquel año, luego de aquella elección y antes de la renovación de las Cámaras del Congreso, fue aprobada la ley que creó las Paso y promulgada de inmediato. Hubo un acuerdo entre justicialistas, radicales y progresistas: incorporar a la legislación electoral nacional el sistema santafesino.
El triunfo del "Colorado" fue interpretado como una materialización de la amenaza de la antipolítica, aunque en realidad el dirigente del tatuaje en el cuello de la familia fundadora de Casa Tía contó con el respaldo del entonces jefe de gobierno porteño Mauricio Macri y del peronista ex gobernador bonaerense, Felipe Solá.
La lección que dejó ese comicio mostró a las Paso como un mecanismo apto para que el votante sepa de las posibilidades de cada candidato antes de sufragar en las elecciones generales, lo que evitaría sorpresas.
Las Paso nacionales, como las de Santa Fe, toman el concepto de las primarias norteamericanas aunque agregan las regulaciones argentinas del voto obligatorio. Así, desde hace algo más de una década la participación de los ciudadanos para designar candidatos en los partidos políticos ya no quedaría más reservada unicamente a los afiliados.
Después de esa elección que amenazaba con la vuelta del "que se vayan todos" del estallido de la Convertibilidad, al terminar la primera década del siglo, se pensó en las Paso como en un alerta temprana, antes del voto que realmente define, el de "contar los porotos", en los comicios generales.
Solo en uno de los cinco casos en los que se ha aplicado en el país, el ganador de las Paso no logró repetir el triunfo en las elecciones generales. Fue en 2015, en un comicio cargado de particularidades. El único en el que hubo balotaje. Y en todo caso, debe decirse que Mauricio Macri había quedado otra vez segundo en la primera vuelta de las elecciones generales.
A continuación, una síntesis de cada elección nacional desde que están las Paso. Entre paréntesis se indica si el ganador de las primarias (que definen candidaturas) fue el mismo en las generales (que consagran autoridades y legisladores).
Las Paso debutaron con una participación del 81,44% el 14 de agosto, hace diez años. También fue la primera vez en la Argentina para el padrón único y las urnas mixtas, con mujeres y varones. A la ley de cupo femenino (del 30% como mínimo de 1991, en tiempos de Carlos Menem) le siguió esa unificación que para los analistas políticos impide saber si hay o no preferencias por género para partidos políticos y candidatos.
En 2011 ninguna fuerza electoral usó las primarias para dirimir candidaturas presidenciales y junto con el estreno de la ley 26.571 nació la expresión "gran encuesta nacional", de modo peyorativo por su costo.
Cristina Fernández de Kirchner ganó con el 50,24%. Otros candidatos peronistas fueron con sus propios partidos: Eduardo Duhalde (12,12%) y Alberto Rodríguez Saá (8,17%). El segundo más votado fue el radical Ricardo Alfonsín (12,20%) y atrás quedaba Hermes Binner (10,18%).
En las generales el oficialismo creció (54,11%) y también el socialista santafesino (16,81%). Entre otros, bajó "Ricardito" (11,14%), lo mismo que los justicialistas críticos del kirchnerismo.
La participación fue del 76,83% el 11 de agosto de 2013, y si se toma como distrito único al país, al sumar los resultados de todas las jurisdicciones donde se votaron precandidatos al Congreso, el oficialismo kirchnerista llegaba al 26,31%; el Frente Renovador de Sergio Massa al 13,54%; el Frente Progresista, Cívico y Social al 8,27%.
La UCR (5,74%)volvía a presentarse con esa sigla en las boletas.
En las generales hubo un resultado mejor para el Frente para la Victoria (32,82%), el Frente Progresista pasó del tercero al segundo puesto (24,37%) y superó al massismo del Frente Renovador (17,75%).
En las presidenciales de 2015 a las Paso del 9 de agosto las ganó el peronismo con comodidad. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli (38,67%), contó con el apoyo de la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchner y ambos pintaron de azul el mapa con las provincias argentinas. En amarillo de Cambiemos sólo quedaron la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Mendoza. La nueva alianza entre el Pro y la UCR usó las primarias para dirimir la candidatura presidencial y Mauricio Macri (24,50%) ganó con comodidad al radical cuyano Ernesto Sanz (3,34%) y a Elisa Carrió (2,28%) de la Coalición Cívica-Ari. El Frente Renovador de Massa volvió al tercer lugar (14,32%) y lo conservaría en la general con un crecimiento notable (21,39%) que seguramente dañó al kirchnerismo al disputarle el voto peronista.
Para el 25 de octubre, Cambiemos que había sumado algo más del 30% en las primarias creció al 34,15% y pintó de amarillo la franja central del país al triunfar en Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
En cambio, el fenómeno más notable fue que el oficialismo bajó un punto respecto de las Paso, y se ubicó en un 37,08% que no le alcanzó para ganar en primera vuelta. En la segunda, el 22 de noviembre Macri (51,34%) ganó el balotaje a Scioli (48,66%).
Cuatro años atrás, Cambiemos logró ganar tanto en las Paso del 13 de agosto como en las generales del 22 de octubre, en la renovación parcial de las Cámaras del Congreso. Las provincias más pobladas del país mostraron guarismos favorables al oficialismo en las primarias, así como en las elecciones generales.
Todas las miradas estuvieron encima de la provincia de Buenos Aires, donde Esteban Bullrich se impuso por unas décimas a la ex presidenta Fernández de Kirchner en las Paso como precandidatos a senadores nacionales. Y para las generales la diferencia sería mayor a cuatro puntos porcentuales. CFK ingresó al Senado de la Nación, pero por la minoría. Por primera vez era derrotada como candidata la dos veces presidenta.
Lo mismo sucedió con sendos triunfos en las Paso y las generales en la Capital Federal y las provincias más pobladas del país. Las diferencias fueron altas para el macrismo.
En las primarias de agosto Cambiemos sumó 8,3 millones de votos. Pero en las generales de octubre escaló a 10,1 millones de sufragios, es decir, casi 1,8 millones más, y llegó al 42%.
Las primarias presidenciales del 11 de agosto, hace dos años, no fueron otra vez el escenario usado para dirimir candidaturas para la Casa Rosada dentro de las fuerzas políticas más importantes. Las ganaron con claridad Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner como candidatos a presidente y vice, con el 47,79% de los votos mientras que Macri y Ángel Pichetto llegaron al 31,80%.
En tercer término apareció Roberto Lavagna (8,15%), el ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Más abajo hubo tres candidatos con pocos puntos que los analistas políticos proyectaban como posibles fuentes de votos para un escenario de mayor polarización en las generales: el Frente de Izquierda quedó cuarto con Nicolás del Caño (2,83%), seguido por un ex funcionario macrista ofendido porque el gobierno nacional había habilitado el tratamiento de la ley del aborto, José Gómez Centurión (2,62%) que logró presentarse por el "Frente Nos" del que nunca más se supo en la política argentina y el economista José Luis Espert por Unite (2,16%). Fue fuerte la presión sobre los dos últimos para que retiren sus candidaturas en favor de sumarle eventualmente puntos al presidente que buscaba su reelección.
El mapa de las provincias argentinas volvió a pintarse de azul justicialista y solo quedó amarillo para la capital federal y Córdoba.
El 27 de octubre fue muy alta la participación electoral: 81,31% sobre 76,40% de las Paso. Y el Frente de Todos creció levemente (48,24%) en tanto que el macrismo (40,28%) subió casi diez puntos que no le alcanzaron para forzar un balotaje.
Es interesante ver qué pasó con los demás candidatos: Lavagna bajó dos puntos (6,14%), la izquierda clasista mantuvo su caudal (2,16%) y bajaron un punto los derechistas Centurión (1,71%) y Espert (1,47%). Visto por colores, el mapa de las generales de 2019 volvió a pintarse como en las primarias de 2015, con una franja amarilla en la zona central desde Entre Ríos hasta Mendoza (esta vez incluyendo San Luis), pero en la primera vuelta fue consagrado presidente Fernández.
Curiosidades santafesinas
Jorge Obeid (1947-2014) llegó a su segundo gobierno con la promesa de derogar la ley de lemas y logró, en 2004, que la Legislatura la sustituyera por las Paso. Por primera vez se usó ese mecanismo en 2007. En ese proceso electoral el peronismo tuvo más votos en las primarias, pero a las generales las ganó Hermes Binner (1943- 2020) del Frente Progresista que había tenido menos votos que el PJ en las primarias.
Acaso el mejor ejemplo sobre lo dicho se encuentre en la provincia de Santa Fe, que fue donde por primera vez se aplicó en la Argentina este sistema. Nació con otro propósito bastante más reclamado por la opinión pública local: terminar con la ley de lemas.
En 2015 tres fuerzas se disputaban la gobernación de Santa Fe y en las Paso, por una diferencia exigua se había impuesto Miguel Torres del Sel de Unión Pro, en alianza con importantes sectores del peronismo especialmente del ala sindical. (Por entonces la UCR no estaba en Cambiemos).
Segundo quedó Miguel Lifschitz (1955-2021) seguido muy de cerca por Omar Perotti.
La diferencia entre el primero y el segundo fue de apenas 5.000 votos (contando los sufragios a Mario Barletta), pero al tercero el Midachi le llevaba menos de diez puntos.
Se sabe que "la gran encuesta" colaboró con una polarización entre los Miguel, cuyo resultado y las polémicas que provocó son conocidos. La diferencia final entre el primero y el segundo fue de menos de tres mil marcas en la boleta única.
En buena medida, en Santa Fe en 2015 se instaló un debate en el que la pregunta era si un cómico exitoso que unos pocos años atrás había ingresado a la política (y que no demostraba demasiadas condiciones de estadista) podía o no ser el gobernador.
Entre la elección que finalmente ganó Binner aunque el PJ tenía más votos en las primarias, y la que hizo gobernador a Lifschitz pese a que Cambiemos se había impuesto en las Paso, Antonio Bonfatti fue electo gobernador con un panorama en el que se inauguró un mapa de tercios, opuesto al tradicional bipartidismo: se agregaba Cambiemos.
Para leer la elección actual es clave recordar los guarismos y los protagonistas de las Paso de 2011 en Santa Fe. Bonfatti, por entonces ministro de Gobierno de Binner, fue el candidato que obtuvo mayor caudal de sufragios en forma individual para gobernador: 292.486. Pero a corta distancia, Agustín Rossi reunió 270.499, seguido por Miguel Torres Del Sel con 235.491.
Hace diez años, en el peronismo luego de las Paso se hacían sumas que no se verificaron en la elección general. "Santa Fe para Todos" fue aquella vez la fuerza con más marcas en la boleta única, que debutó en esa contienda. Los precandidatos del PJ sumaron 677.600 tildes. Eso es 27 mil más que el Frente Progresista, acompañado por 650.670.
Aquellas Paso dejaron en el camino en distintas internas a Mario Barletta, Rubén Giustiniani, Luis Cáceres, Oimar Perotti, Rafael Bielsa y Juan Carlos Mercier.
Tanto cambiaron los números en Santa Fe de las Paso a las generales que Bonfatti ganó con 676.805 marcas, pero el segundo no fue Rossi sino Del Sel (por entonces no lo apoyaban radicales sino justicialistas, en especial algunos gremios) con 615.368 y tercero quedó el kirchnerista con 388.231 sufragios.
En las elecciones primarias María Eugenia Bielsa fue la precandidata con más votos al postularse en una de las listas para la Cámara de Diputados santafesina, y en la elección general la ex vicegobernadora ganó en su categoría con 581.363 votos .
También fuera del escenario nacional, en San Luis se dio vuelta la tortilla entre las paso y las elecciones generales de cuatro 2015.
En las primarias, los hermanos Rodríguez Saa divididos vieron por primera vez la derrota desde 1983 en una elección provincial puntana. Pero todo cambió cuando el particular peronismo de "el Alberto y el Adolfo" volvió a ganarle a Claudio Poggi en las generales.
En aquellas Paso la diferencia en las urnas de esa provincia mostraban casi 20 puntos, que presagiaban el fin de la dinastía puntana, pero el milagro tuvo lugar, tras desplegarse un impresionante dispositivo de regalos de electrodomésticos, cargos estatales y todo tipo de prebendas a sus votantes. Hoy se repite ese escenario y es Poggi el más votado en las primarias.