El recién designado nuevo ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria, aseguró este martes que buscará "desarmar el lawfare y la mesa judicial", defendió a Cristina Fernández, criticó al procurador Eduardo Casal y a los medios de comunicación. A la vez, dejó en claro que "el Poder Judicial, y la Corte Suprema como su cabeza, nos preocupan".
La enumeración se alinea con la doctrina kirchnerista sobre la Justicia y lo que se debe hacer con ella, y constituye un claro mapa de ruta, que desmiente la condición de adversario de ese sector que proyectan sus antecedentes e invocan desde el oficialismo. De todos modos, al hacer el anuncio (que inexplicadamente se demoró una semana, para decantar en el primer nombre que aparecía como número puesto), el propio presidente Alberto Fernández pretendió que "Martín tiene una mirada muy parecida a la mía" sobre la materia.
Con el arribo de Soria, cuyo único contacto con el Poder Judicial ha sido hasta ahora denunciarlo y twittear en contra de sus integrantes, se produce un "copamiento" por parte del sector más afín a la presidenta (y a la "grieta"), al formar tándem con Juan Carlos Menna como viceministro y con Diego Molea al frente del Consejo de la Magistratura.
El término bélico no es ocioso, por cuanto lo que se avizora es una verdadera batalla por el control de los tribunales; que Marcela Losardo (mucho más cercana al presidente Alberto Fernández, pero también dialoguista con la Justicia) no quiso dar, y dimitió por "agotamiento". El mismo que expresaron, llegado su turno, otros funcionarios del gabinete (como la santafesina María Eugenia Bielsa), abarcados oportunamente por la caracterización vicepresidencial de "funcionarios que no funcionan".
Tenés que leerMartín Soria será el nuevo ministro de JusticiaSoria sí parece tener la intención y la voluntad de "funcionar" en los términos que se le requieren, y si bien en algunas de sus primeras alocuciones públicas revistió de formalidad la embestida que está destinado a encabezar ("vamos a trabajar para avanzar en una transformación conceptual que ubique a la Justicia de cara a los ciudadanos y ciudadanas"), en otras fue más explícito y menos diplomático. "Uno de nuestros principales objetivos es terminar con el lawfare y la mesa judicial", definió.
Sin solución de continuidad, se refirió a las causas judiciales que afronta la vicepresidenta Cristina Kirchner y aseguró que "no existe la más mínima posibilidad de cambiar jueces. Conociendo a la vicepresidenta, ella no querría. Ella quiere, como cualquier ciudadano que no tuvo nada que ver y es inocente, al que lo acusaron mediática, política y judicialmente porque eso es el lawfare, que sea la misma Justicia que la libere de culpa y cargo y es lo que corresponde cuando no hizo nada", avisó.
Y completó: "Distinto es cuando te condenan desde los medios, te arman una causa y reciben al juez y fiscal en el despacho del presidente y avanzan, eso fue la mesa judicial y es lo que queremos evitar".
Soria también apuntó contra el procurador Eduardo Casal y señaló que trabajará para "revertir esta situación de tener un procurador general interino, que nadie eligió, atornillado a ese sillón", tarea en la que comenzó a involucrarse ya desde el Congreso, con el proyecto de modificación de la ley de Ministerio Público Fiscal o el proyecto de reforma judicial.
Martín Soria, de 45 años, actualmente se desempeña como diputado nacional del Frente de Todos y ocupa la vicepresidencia segunda de la Comisión de Legislación Penal de la Cámara baja, así como también es vocal de las de Justicia, Juicio Político y la Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal.
Por su parte, la saliente ministra de Justicia continuará su carrera política como embajadora argentina ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en París, donde ocupará el cargo que quedó vacante por la muerte del cineasta Fernando "Pino" Solanas.