El Litoral | politica@ellitoral.com
Rogelio Frigerio dijo que la visita se canceló porque no estaba garantizada la seguridad del presidente. Lo refutó Maximiliano Pullaro quien aseveró que en la provincia “no hacen falta vallas”. Lifschitz dijo que se trató de una decisión “consensuada” con el gobierno central.
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Sorpresivamente, el gobierno nacional comunicó anoche a las autoridades provinciales la decisión del presidente Mauricio Macri de no viajar este miércoles a Rosario para participar de los actos por el día de la Bandera. La imposibilidad de garantizar la seguridad del primer mandatario fue la razón esgrimida por el gobierno central. Y así lo expresó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en una comunicación oficial.
“Con motivo de haber recibido notificaciones de los responsables de la seguridad presidencial y del gobierno de Santa Fe donde se indicaba que se debían reforzar las medidas de seguridad para evitar la posibilidad de que se generaran disturbios en las calles de Rosario de organizaciones políticas, se suspenderá la asistencia del presidente”, planteó.
Pero la aseveración fue refutada por el ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro. “Todo estaba organizado -sostuvo este miércoles-. Fuimos trabajando en estos días como hacemos habitualmente cuando viene el presidente a la provincia de Santa Fe”, remarcó. En cambio, advirtió que la decisión de Macri “tuvo que ver con las manifestaciones” que se estaban organizando para plantear diferentes reclamos, como los aumentos de tarifas. Ante la ausencia de la figura presidencial, Pullaro confirmó que el operativo de seguridad “cambiaba radicalmente”, y que el acto sería de libre acceso. “Hoy no hay vallas; estamos entre la gente. Acá no hay conflicto con las autoridades”, sentenció.
Acordado
Por su parte, el gobernador Miguel Lifschitz, en declaraciones a la prensa, pidió “volver a tener actos en los que las autoridades puedan estar con la gente”, y lamentó “la grieta” que se sigue manifestando en los diferentes espacios.
“Son los tiempos que vivimos: la grieta se manifiesta en todos los escenarios. Son las cosas que tenemos que superar en la Argentina para poder volver a tener actos en los que las autoridades puedan estar con la gente y que eso no implique posibilidades de agresión, o insultos”, expresó. “Lamentablemente, estas cosas ocurren y creo que fueron las que se valoraron (para que Macri suspendiera el viaje a Santa Fe)”, consideró.
Según expresó, “fue de común acuerdo (entre el gobierno provincial y el nacional) priorizar el festejo ciudadano” y cancelar el acto institucional con el primer mandatario, porque, “de última, el acto político no era lo más importante”. Aún así, admitió que “había cierta preocupación no porque no se pudiera garantizar la seguridad del Presidente, pero sí porque hubiera algún tipo de disturbio de algún grupo que pudiera empañar la jornada”.
Según describió Lifschitz, “fue una superposición de elementos y el gobierno o el Presidente tomaron la decisión de no venir”. Y recordó que “en los últimos años de Cristina y en esta etapa con Mauricio Macri, el acto político se había hecho más reducido. “El acto político es más cerrado; había que vallar algunas zonas del monumento por la seguridad presidencial y ayer, conversando con el ministro Frigerio, llegamos a la conclusión de que no es bueno que el monumento está vallado, que la gente no pueda disfrutar de las actividades”, concluyó.