Nuevo debate presidencial: la todavía nueva y sana costumbre de discutir cara a cara
El cruce personal entre los candidatos presidenciales y sus ideas es algo que existe, en modo debate, desde hace menos de diez años. Este año se pueden sumar dos nuevas experiencias para consolidarlo como hábito de nuestra Democracia. Los antecedentes.
Nuevo debate presidencial: la todavía nueva y sana costumbre de discutir cara a cara
En una Democracia como la Argentina, la más larga de nuestra propia historia, que busca mostrarse consolidada con 40 años de vida, la Ley que obliga a los candidatos a debatir recién llegó en 2016. Resumidamente, la misma indica que debe haber dos debates entre los candidatos presidenciales antes de las elecciones generales. Uno en el interior y otro en la ciudad de Buenos Aires es la forma elegida. También prevé otra instancia en caso de ballotage. Sin embargo, la medida del Estado surge a partir de una experiencia previa, sin sanciones formales para los ausentes, donde se organizó el primer debate de la historia con uno de los principales competidores sin estar en el estrado.
Corría el 2015 cuando la ONG Argentina Debate, en comunión con el think thank CIPPEC, organizó el primer debate de la historia argentina como tal. Como evento. Todos los candidatos dieron el presente, menos el oficialista Daniel Scioli, que estuvo ausente en semejante encuentro para los libros de nuestro país. Fue en medio de una campaña polémica, como todas.
Ese mismo año hubo ballotage. Otra vez se organizó un encuentro con los que llegaban a la recta final. Tanto Mauricio Macri como el ex piloto se midieron cuerpo a cuerpo. Era la primera experiencia, también, de esas características a pocos días de votar al siguiente presidente de la República. Al sucesor de Cristina Fernández. El opositor, que fue el favorito del cruce, ganó también las elecciones.
Pocos meses después y con “la experiencia Scioli” en el haber, que demostró (porque igualmente llegó al ballotage sin distinciones respecto a los que se expusieron a un debate de alta intensidad) la necesidad de imponer la obligatoriedad de participación, se votó la Ley 27.337 que regula los debates nacionales. También dicta sanciones (como quita de segundos de publicidad o reducción de partidas estatales para campaña) a los ausentes a dichas instancias.
Presentación del Debate 2023.
A partir de ello, organismos gubernamentales como la Cámara Nacional Electoral, junto a figuras académicas y entidades afines, organizan los encuentros entre los candidatos presidenciales. Los sitios, la metodología, el timing y los moderadores surgen del consenso de los partidos participantes, con el arbitrio de la organización.
Así las cosas, en 2019, Alberto Fernández, Mauricio Macri, Roberto Lavagna, Nicolás del Caño, Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert se convertían en los primeros en debatir – dos veces – bajo un marco legal para alcanzar la presidencia de la Nación. Aquellos encuentros dejaron innumerables anécdotas, que van desde candidatos que no lograban cerrar sus ideas dentro del tiempo delimitado y otros que se quedaban en silencio todos los minutos que tenía para hablar, a modo de protesta. Los embates habían sido en la ciudad de Santa Fe, primero, y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, después.
Con una cobertura especial de El Litoral, desde el lugar y con el cronista que cubrió todas las ediciones hasta ahora, este domingo 01 de octubre Santiago del Estero será la sede del cara a cara entre Javier Milei; Patricia Bullrich; Sergio Massa; Juan Schiaretti y Myriam Bregman. Será el primer debate oficial donde no compite un presidente en funciones, ya que en el anterior binomio de discusiones sí estuvo el entonces mandatario Macri, que finalmente perdió frente a Fernández, en su intento de reelección.
Con la presencia confirmada de todos los candidatos, los políticos argentinos parecen naturalizar el indispensable paso de debatir ideas en un marco institucional. Las expectativas de la población ahora están puestas en el contenido de esas ideas y las herramientas para defenderlo por parte de cada aspirante al sillón de Rivadavia.