El Litoral | Clarín
El exfuncionario, que conoce los negocios venezolanos, era el representante del exministro de Planificación, Julio De Vido, en Venezuela.
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El ex titular del Occovi, Claudio Uberti, confesó ante la Justicia que cuando Hugo Chávez hizo comprar 500 millones de dólares de títulos de la deuda externa argentina en el 2007 se organizó primero una maniobra especulativa que dio “una ganancia de 100 millones de dólares”. Esa ganancia provino de usar las versiones sobre cuándo y cómo se iban a comprar los títulos para especular con su precio. Así lo señala una nota publicada en el diario Clarín, por el periodista Daniel Santoro.
La mitad de esa ganancia fue como comisión a bancos que intervinieron y "Néstor y Chávez se quedaron con 25 millones de dólares cada uno", contó Uberti en su declaración ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez federal Claudio Bonadio en la causa de los cuadernos de las coimas, según revelaron a Clarín fuentes judiciales.
Uberti precisó que luego esos 25 millones de dólares fueron traídos "en valijas" por vía aérea a Buenos Aires desde Caracas.
El ex funcionario conoce los negocios venezolanos: era el representante especial del ex ministro de Planificación, Julio De Vido, en Venezuela.
La forma en que se movilizó la plata se relaciona con la famosa valija del venezolano Guido Antonini Wilson descubierta el 4 de agosto del 2007 por María Luján Telpuk, agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). La causa de la valija de Antonio se había cerrado y la reabrió el juez en lo penal económico Pablo Yadarola, quien seguramente pedirá ahora a Bonadio esta nueva confesión de Uberti.
Los investigadores de la causa de los cuadernos buscan ahora confirmar todos los datos suministrados por Uberti, quien ingresó el mes pasado al régimen del imputado-colaborador. Esta nueva línea de investigación de la plata negra de los Kirchner tendrá una enorme repercusión internacional.
Los datos sobre la conexión Venezuela de estos fondos ilegales del ex matrimonio presidencial están en una ampliación de las indagatorias que ya había hecho Uberti. En las dos primeras había confesado cómo recaudó coimas de los concesionarios viales y cómo se enteró de que cuando murió Néstor, en el departamento de Juncal y Uruguay había 60 millones de dólares escondidos.
Esta nueva confesión de Uberti se relacionada con una operación financiera de agosto del 2007. Ese mes Argentina concretó la colocación de deuda más cara desde el default del 2002: le pagó a Venezuela una tasa en torno al 10,6% por la compra de 500 millones de dólares en Boden 2015, en medio de un extraño contexto.
Con la llegada del presidente venezolano Hugo Chávez a Buenos Aires se avanzó en la negociación para la colocación de estos títulos. En principio, había trascendido que Venezuela compraría Boden 2015 por 1.000 millones de dólares. Pero la operación se hizo, finalmente, por 500 millones.
Este fue el aporte argentino a la tercera emisión del llamado Bono del Sur que se completó con un título propio del gobierno de Hugo Chávez. En aquella visita, el mismo Chávez había detallado que su país compró en dos años en total 4.572 millones de dólares en títulos argentinos.
Pero luego Venezuela ya se había desprendido de, al menos, la mitad de estos bonos, contribuyendo a la caída del precio de los papeles de la deuda argentina.
"Es una cifra importante", dijo Chávez en aquel momento.
"Seguramente será suficiente por este año. Y si Argentina lo requiriera podríamos seguir en 2008", aseguró en momentos en que su país tenía excedente de dólares por el aumento del precio del petróleo a nivel internacional. Con estas palabras, Chávez parecía restarle peso a la posibilidad de comprar otros 500 millones de Boden 2015 hacia finales de este año.
Mientras los bonos argentinos se derrumban, el venezolano aseguró que los papeles argentinos tenían "gran rentabilidad".
La compra de bonos argentinos no fue la única relación financiera entre Néstor y Chavez. En el 2004 se había creado un fideicomiso argentino-venezolano para el intercambio de fuel oil por productos industriales en el banco suizo UBS.
El fideicomiso lo administraban la petrolera PDVSA y el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), y su cuenta en la Argentina la manejaba el Banco Nación. Pero en el 2010, luego de la denuncia pública del ex embajador argentino Eduardo Sadous, el UBS le pidió datos al Bandes para investigar si había habido operaciones de lavado de dinero, tal como reveló Clarín en el 2013. Como consecuencia de la negativa del Bandes a dar “información detallada” de las operaciones, el UBS cerró la cuenta del fideicomiso.
Según las fuentes, el banco suizo pedía datos sobre los movimientos financieros de las cuentas de la venezolana Compañía de Mecanizado Agrícola y Transporte Pedro Camejo S.A. y la argentina Madero del Plata S.A. (ex Madero Trading) para investigar si hubo lavado dinero. Este aspecto de la relación con Venezuela lo investiga el juez federal Julián Ercolini, quien seguramente ahora pedirá a Bonadio la confesión de Uberti.
En un cable secreto enviado por el entonces embajador argentino en Venezuela, Eduardo Sadous, a la Cancillería, y fechado el 28 de mayo del 2004, saltó la punta de la turbia relación de los Kirchner con Chávez.
El informe relata que ese 3 de junio iba a llegar a Caracas una delegación oficial presidida por el secretario de Minería, Jorge Mayoral, e integrada por el presidente del OCCOVI, Claudio Uberti; el presidente del INTA, Carlos Cheppi; el jefe de ceremonial de Planificación Federal, José María Olazagasti; y la asistente de ese ministerio, la rubia Victoria Bereziuk.
Agrega, en potencial, que el objetivo de esa comitiva sería tomar contacto con la petrolera PDVSA, el Bancoex, y el Ministerio de Energía y Minas; y el Ministerio de Agricultura. Sadous cerró su cable secreto con un ruego diplomático: “Por lo expuesto, y debido al total desconocimiento de esta sede sobre ese particular, se agradecerá poder recibir confirmación de la misma así como programa de actividades y vuelos respectivos”.
Era el primer indicio de la “embajada paralela” que manejaba De Vido, a través de Uberti.
Como antecedente de las maniobras con los acuerdos bilaterales con la Venezuela chavista, Sadous informó además a la Cancillería que habían desaparecido “90 millones de dólares de las cuenta del fideicomiso que estaba en un banco en Nueva York (una sucursal del UBS) cuando lo trajeron a Caracas, lo vendieron en el mercado negro de dólares y luego pusieron esa plata en el mercado oficial, donde se hicieron de una diferencia de 14 millones de dólares. Esto fue en enero de 2005 y fue lo que motivó mi reemplazo por Nilda Garré”.
Sadous fue embajador en Caracas entre 2002 y 2005 cuando fue removido por Néstor Kirchner y luego en el 2010, cuando la diputada del ARI Elisa Carrió hizo trascender su cable secreto, De Vido le hizo un juicio y logró procesarlo por falso testimonio con el apoyo de jueces adictos a los K.
En ese cable Sadous alertó al entonces canciller Rafael Bielsa sobre la existencia de una “embajada paralela” a la suya, y también sobre las irregularidades en el fideicomiso binacional investigado ahora por la Justicia. La “arquitecta” de ese fondo fiduciario fue Marta Cascales, pareja del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, entonces al mando de la secretaría de Comunicaciones.
El 25 de noviembre del 2004, el diplomático en otro cable secreto se explaya sobre el malestar que existe entre empresarios que no podían acceder al registro de proveedores de PDVSA para participar de las ventas a Venezuela debido a que existía “falta de transparencia en la gran central de compras de esa firma en Houston, Texas”.
Tras otras consideraciones, concluye: “Tal vez, la reciente creación del grupo informal de seguimiento del fideicomiso -con la coordinación venezolana del lic. Franklin Méndez y del Ing. Claudio Uberti por la parte argentina- genere un nuevo ámbito de debate donde este tema pueda reverse”.
En ese mismo cable, Sadous le informa a la Cancillería que se enteró por “comunicaciones informales con “Planificación”, que “Uberti estaría viajando hacia esta (sic) en las próximas semanas para analizar todos los temas vinculados al fideicomiso”.
El diplomático cierra su escrito con una frase ambigua sobre cómo se realizaban los negocios en Caracas: “A criterio de esta representación no deben generarse muchas esperanzas en lograr un acceso amplio de las empresas Gapp sin existir socios locales que conozcan los mecanismos, códigos y canales informales usuales en el ámbito petrolero en esta” (sic).