(Enviado especial a Uruguay)
Comenzó la cumbre entre los Estados parte del organismo multilateral sudamericano, en un marco crispado por acuerdos comerciales con China y el Transpacífico.
(Enviado especial a Uruguay)
El encargado de abrir los discursos del primer encuentro formal de la Cumbre de Estados del Mercosur fue el canciller uruguayo, Francisco Bustillo. En off, había adelantado a los medios acreditados que el tono de las conversaciones sería "fuerte". Durante su alocución, cuestionó la fuerza del trabajo y las negociaciones del bloque comercial.
"El bloque no puede conformarse únicamente con los logros alcanzados" dijo el representante oriental y sugirió que "tiene que aggiornarse a los nuevos desafíos". Y para ello, apuntó que sus representantes deben definir si el Mercosur tiene la voluntad de generar una perspectiva que promueva el desarrollo de los Estados miembro.
Durante su exposición de apertura, habló de "gran Mercosur" que cautive la mirada internacional y no que muere en discusiones bizantinas. Automáticamente aclaró que, desde Uruguay, "queremos reafirmar nuestra vocación de integración regional" pero indicó que "necesitamos un bloque capaz de negociar con otros países y bloques".
A la hora de cuestionar los avances de cara al mundo, el canciller uruguayo señaló que "actualmente sólo tenemos 11 acuerdos comerciales vigentes y sólo 4 son con partes que no integran el Mercosur" y que "no tenemos acuerdo con ninguna de las diez potencias económicas". Su remate fue duro para la postura de sus pares: "Si no nos permitimos cuestionarnos el aquí y el ahora, estamos condenados al fracaso".
Desde Uruguay también se criticó el impacto real de los objetivos que alentaron la conformación del Mercosur al decir que "estamos en una zona de libre comercio, sin embargo entre nosotros reinan las restricciones" donde "las pequeñas economías son las más afectadas".
Para Uruguay, "el Mercosur en el marco externo pierde atractivo, no pudimos concretar acuerdos con terceros países o bloques" y "el caso con la Unión Europea es emblemático: aún ni siquiera culminaron las negociaciones". Bustilló comenzó su cierre asegurando que "perdemos atractivos y nada hacemos para recuperarlo" al tiempo que concluyó aceptando que "somos lo que hemos querido ser: una zona de libre comercio con imperfecciones".
El primer ministro de Relaciones Exteriores en tomar la palabra luego, fue el argentino. Santiago Cafiero comenzó respondiendo referido al acuerdo con la UE. Aseguró que Argentina, al retomar la presidencia pro témpore, buscará reimpulsarlo, pero que su estancamiento se debe a un factor inexistente al momento de iniciar las conversaciones entre los bloques: la guerra en Ucrania y todos sus derivados en términos políticos y económicos.
"Será el acuerdo más trascendente pero con muchos riesgos porque las empresas locales deberán enfrentarse a las europeas, que tienen mayor soporte financiero" dijo el canciller argentino y aseguró que "la Unión Europea se torna inflexible por momentos y la pelota no siempre está de nuestro lado".
Durante los próximos años, "se avanzará con las negociaciones con Indonesia y Canadá, pero se protegerá a las economías regionales" y reconoció que Argentina quiere avanzar en llegar a acuerdos con centroamérica y África".
Cafiero no dejó pasar la postura endurecida de Uruguay. Reconoció que "nos preocupan algunas negociaciones unilaterales que son contrarias con el espírutu del Mercosur", pero que los organismos pertinentes determinarán la pertinencia o no, de dicha situación.