El expediente del concurso preventivo de Vicentin ahora no encuentra juez y la situación amenaza con dilatarse algunos meses mientras corren algunos plazos y compromisos asumidos por la firma con posibles compradores.
El expediente del concurso preventivo de Vicentin ahora no encuentra juez y la situación amenaza con dilatarse algunos meses mientras corren algunos plazos y compromisos asumidos por la firma con posibles compradores.
Un día antes de que venciera el plazo legal, el recientemente asumido juez Ramiro Avilé Crespo se deshizo del voluminoso expediente que estuvo antes durante más de seis meses en la Corte Suprema de Justicia de la provincia. Rechazar, solicitar, remitir y hacer saber (todas con mayúsculas) son las resoluciones adoptadas en el escrito de 20 carillas. El pronunciamiento hará que sea la Cámara Civil, Comercial y Laboral de Reconquista la que dirima qué juez seguirá adelante.
Avilé Crespo rechazó la excusión de Lorenzini; le solicitó que reflexione y revoque la resolución del 10 de marzo; le remite las actuaciones y le hace saber que de no compartirla, eleve la decisión a la Cámara.
Ahora la suerte del concurso está en manos de la Cámara. María Eugenia Chapero, presidenta de la Cámara quien habitualmente se excusa en causas que tengan que ver con Vicentin por amistad manifiesta con familias de accionistas, Mauricio Sánchez y Santiago Dalla Fontana son sus integrantes. Es decir, no se descartan que deben integrar la Cámara en caso de empate en posiciones. Cabe señalar que un tercer juez de primera instancia en lo Civil y Comercial, José María Zarza tiene fecha de cese de servicios a mediados de abril por haberse acogido a la jubilación.
La mayor preocupación es que antes del 30 de junio no haya resolución judicial y los estratégicos que hicieron la propuesta para quedarse con parte de la empresa se retiren y dejen abierto el camino al crown down, salida anhelada por otro sector de acreedores encabezado por el Banco Nación.
Los vericuetos judiciales, más la sequía siembran incertidumbre en trabajadores, acreedores pequeños que habían aceptado la propuesta para cobrar en dólares parte de la deuda, y en los propios accionistas. Ahora, la moneda está en el aire y por varias semanas.