Jueves 6.7.2023
/Última actualización 11:59
Raúl Emilio Jatón entra a la redacción de El Litoral y empieza a saludar a cada uno de los periodistas. Con muchos se conoce, no sólo porque es intendente sino porque ejerció la comunicación social -condujo durante años el noticiero del viejo Canal 13- y los ve como colegas. Trae puesta la mitad del saco de intendente; la otra mitad es la ropa informal con la que se lo ve en cada encuentro con la prensa. O sea que va a hablar el dirigente político, pero también la persona que está detrás o dentro, y se sentará en una suerte de "diván" imaginario. Lo esperan dos cámaras de filmación.
Dirá luego en la entrevista con este diario que hay un costo personal a pagar dirigiendo una gestión municipal que tuvo coletazos externos (una pandemia, la crisis macroeconómica nacional, la sequía); que su cable a tierra son sus afectos más íntimos; que en su encuentro con el Papa Francisco, una simple frase del Sumo Pontífice lo marcó; que el periodismo es "su gran pasión", aunque ya no ejerza el oficio; y que Dios es el salvoconducto para "aferrarse a algo".
Pero después, hablará de política. Considerará que el piso electoral de hace cuatro años, cuando fue electo intendente (más de 95 mil votos) "se transformó; ahora pesa el vínculo con el vecino y la empatía"; que el "voto Jatón" es "transversal", no exclusivo de los barrios ni del macrocentro; que cuando asumió, encontró el Palacio Municipal con muchas deudas, y que "hoy hay un pequeño déficit, pero manejable".
De aquel "estoy cansado"...
-El 1° de mayo declaraste a la prensa: "Estoy cansado. Esto es 24-7". Se estaban terminando de definir los nombres y las listas. ¿Cuánto costó decidirte intentar seguir al frente de la actual gestión cuatro años más? ¿Qué te llevó a decir: "Me calzo los botines y sigo en la cancha"?
-No, no me costó nada. Primero, porque tengo los equipos para seguir y lo hablé con ellos, de hecho. A cada uno de los integrantes les pedí que me planteen una propuesta a futuro. Cuando las recibí, vi lo que estábamos haciendo y lo que faltaba. Y les dije: "Necesitamos más tiempo. Tenemos las propuestas, los equipos, la relación con la gente, hay que seguir proyectando". Tomé la decisión (de buscar la reelección) junto con los equipos.
-Mirando hacia atrás en estos casi cuatro años de gestión y trazando un balance, ¿qué es lo que más ponderás de lo que se hizo en materia de, por ejemplo, obras importantes en los barrios, recuperación de espacios públicos, etcétera?
-Yo pondero que cumplimos con todo lo que dijimos que íbamos a hacer, y lo hicimos como decíamos que lo íbamos a hacer. En forma ordenada, honesta, cumpliendo con la palabra. Para mí, ese es el mejor capital que tenemos: hacer las cosas y cumplir con la palabra empeñada.
A nosotros nos hubiera gustado hacer mucho más. Tuvimos una gestión de tiempo más acortado. Es que hubo un año y medio donde nos tuvimos que dedicar mucho a otra cosa, a ordenar una ciudad que necesitaba ser ordenada, por el solo hecho que el mundo había bajado la palanca (por la pandemia), y había que reconfigurar todo. En ese tiempo proyectamos, pensamos, y ahora estamos haciendo todo lo que proyectamos y pensamos.
-¿Y qué queda en el tintero? Pienso en los pliegos para la licitación del transporte público de pasajeros por colectivos y todo lo nuevo de movilidad (pasa por el Concejo), la planta potabilizadora de Assa, el nuevo Complejo Ambiental…
-Nosotros trabajamos en muchas propuestas que las imprimimos y las contamos (muestra una revista con las 40 propuestas de su gestión, que nunca soltará durante la entrevista). Sabemos qué calle tenemos pavimentar, dónde poner las luces, dónde bachear, cuáles son las obras importantes como las que mencionaste. Y exponemos todo a la gente, les mostramos todo, y además seguimos construyendo con los vecinos. Esa parte, los propios vecinos, es una pata fundamental en el proyecto para la ciudad.
Lecturas político-electorales
-En 2019, cuando fuiste electo intendente, obtuviste 95.156 sufragios. Mirando por el espejo retrovisor de los últimos casi cuatro años, ¿cómo creés que está hoy ese piso electoral? ¿Se horadó, se desgastó o bien goza de buena salud y está robustecido?
-Cuando uno está en gestión, es difícil robustecer la cantidad de votos. Si se logra mantener la cantidad de ese piso, sería genial. Pero hay otros factores. La relación entre la política y la gente ha tenido una degradación enorme, y eso va a impactar con cualquiera de los políticos, en cualquier cargo, sea ejecutivo o legislativo.
Lo que yo noto es que no perdimos el respeto con la gente, ni el cariño, ni el diálogo ni la construcción colectiva. Entonces, estos puntos nos van a fortalecer. Hoy ya no somos los que éramos en 2019. Somos gente con más experiencia, con equipos y proyectos. Y eso creo que también se va a valorar en las PASO. No tengo encuestas, no leo encuestas; me siento bien con la gente y eso es positivo.
El intendente visitó la redacción de El Litoral para participar del ciclo de entrevistas "Conociendo al candidato". Crédito: Pablo Aguirre.Voto barrio, voto macrocentro
-Algunos dicen que el "voto barrio" pesa más para Jatón y que el voto macrocentro o "entre bulevares" tracciona más para otros precandidatos. ¿Qué lectura hacés de esto?
-Yo creo que esa lectura se podía hacer en el primer año de gestión, cuando nosotros dijimos que la ciudad se cambiaba de los barrios hacia el centro. Pero después del tiempo de la pandemia, nuestra actividad política de gestión se empezó a equilibrar.
¿Por qué? Porque existen las plazas centrales de la ciudad hoy, porque existen proyectos de urbanización en el centro, la Terminal de Ómnibus, las plazas en buenas condiciones; porque hay 26 mercados en todas nuestras plazas… Y porque además existe diálogo, mucho diálogo con toda la gente, que a veces resultan en soluciones.
Entonces, aquella lectura ya no existe. Estamos acercando los barrios al centro y vamos logrando esa comunidad de ciudad, sobre la base del equilibrio. Hay dos o tres ciudades de Santa Fe, y tratamos de unirlas. Digamos que el nuestro es un voto transversalizado, lo notamos así.
Los costos
-En casi cuatro años al frente del Ejecutivo, debiste pilotear una ciudad en medio de una pandemia, una época de incendios en zonas de islas, la sequía, espiral inflacionaria y junto a todo eso, la mochila de una gestión municipal, que debe ser pesada. ¿Tuvo algún costo a nivel personal, emocional?
-Sí, claro que todo tiene costos. Uno muchas veces se aleja de los afectos porque esto, la política, es absorbente; pero es necesario que sea absorbente porque de lo contrario, no tiene sentido y no llegás al objetivo que querés. El costo no es tanto físico como en términos de las relaciones humanas. Con los amigos por ejemplo: si antes yo tenía dos o tres encuentros por semana con mis amigos, ahora quizás no los tengo. Trato de preservar algunas cosas para no perder todo. Las relaciones humanas se tensan con las personas más cercanas, porque uno pone la vida haciendo lo que hace y eso tiene un costo, naturalmente.
Pero al mismo tiempo, creo que ese costo se puede disminuir con el diálogo con esas personas, con tus amigos, con tus seres queridos, con tu pareja… Entonces en ese diálogo uno tiene que lograr que se comprenda por qué decidió hacer esto, y que es muy bonito hacer algo por el otro, por la ciudadanía. En eso estoy, tratando de reconstruir cosas personales que por momentos se empezaron a resquebrajar.
Encuentro en el Vaticano
-¿Cómo fue el encuentro con el Papa Francisco?
-Emocionante, la verdad. Cuando recibí la invitación del Vaticano para integrar un comité de 50 alcaldes de toda Iberoamérica no entendía por qué, pero me llegó la invitación para estar en Roma. Y me tocó vivir dentro de un Monasterio. Todo ese recorrido que no duró más de cuatro días fue apasionante. Y finalmente encontrarse con el Papa y presentarle un cuadro del Colegio Inmaculada (donde Bergoglio fue maestrillo y profesor de lengua y literatura a mediados de los '60).
En un momento le pregunto: "Jorge, ¿usted recuerda esto (su paso por el colegio)? Me responde: "Sí que lo recuerdo. Fueron dos años bonitos de mi vida". El Sumo Pontífice me dijo que tiene pensado venir a Argentina en marzo, y ahí es donde yo lo invité a que venga a la ciudad de Santa Fe. Me aseguró que lo pondrá dentro de su agenda.
Me tomó de la mano, hablando con ese tono tan pausado, y fue emocionante. Hubo algo que me dijo que me movilizó espiritualmente: "Cuidate mucho". Son esos momentos cuando se te eriza la piel. No tenía por qué decirlo pero me lo dijo, y para mí fue algo que me marcó.