Hace 40 años, el domingo 30 de octubre de 1983, en toda la Argentina se votaba después de la larga noche de la dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976.
Este 30 de octubre es el aniversario de la histórica votación que llevó a la Casa Rosada a Raúl Alfonsín y, en Venado Tuerto, consagró a Ernesto De Mattía. Recuerdos de una jornada inolvidable con el archivo del semanario La Ciudad.
Hace 40 años, el domingo 30 de octubre de 1983, en toda la Argentina se votaba después de la larga noche de la dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976.
La Guerra de Malvinas, los miles de detenidos-desaparecidos, el brutal endeudamiento externo, la destrucción del aparato productivo, eran apenas algunas de las colosales herencias de la última interrupción del orden institucional, sin dudas la más salvaje desde la primera aventura cívico-militar del 6 de septiembre de 1930 en perjuicio del radical Hipólito Yrigoyen.
Mientras a nivel nacional la disputa principal tenía como antagonistas al peronista Ítalo Argentino Luder y el radical Raúl Ricardo Alfonsín, en tiempos del bipartidismo, en la provincia de Santa Fe la pugna era entre el peronista José María Vernet y el radical Aníbal Reynaldo. Y en Venado Tuerto, donde gobernaba la Unidad Vecinal, se daba por descontada la victoria del justicialismo que postulaba caudillo Juan Américo Chito Sava, mientras que por la Unión Cívica Radical se candidateaba un joven médico nativo de Murphy, Ernesto De Mattía. Y entre las fuerzas minoritarias sobresalía el empresario Alí Amid Halek, aspirante del Partido Demócrata Progresista (PDP).
La noche del domingo, con los apuros propios de una edición que se publicaba los lunes a primera hora, como hoy sucede con Sur24, la edición del ya desaparecido semanario La Ciudad privilegió una amplia cobertura fotográfica y resumió los textos más trascendentes de la histórica jornada electoral, con la palabra del intendente electo y los números del escrutinio provisorio, que arrojaron 11.610 votos para la UCR; 9.520 para el PJ; 3.070 para el PDP; 1.950 para la Unidad Vecinal y 1.482 para el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
Aquellas boletas electorales del 30 de octubre se dividían en tres: la blanca, para Presidente y vice y legisladores nacionales; la celeste, para gobernador y vice y legisladores provinciales; y la amarilla, para intendente y concejales.
En Venado, a la par del triunfo de De Mattia, que se benefició en gran medida con el efecto arrastre del fenómeno Alfonsín, también se impuso la UCR en el orden legislativo, promoviendo cuatro figuras propias al Concejo: Pablo Nirich, Oscar Morelli, José María Martín y Santiago Kovacevich. Por el PJ fueron electos Humberto Guiñazú, José Sáenz y Natalio Perillo; en tanto que por el PDP entró Carlos Gómez Tomei.
En sus primeras declaraciones como intendente electo, Ernesto De Mattia expresó ante los medios locales: “me siento tremendamente contento y debo confesar que esto lo digo ahora y lo dije siempre: es el triunfo de la Democracia y no solamente de la UCR. Es el pueblo que estaba decididamente rebelado contra un régimen que lo tuvo oprimido y mal durante tanto tiempo; entonces esta euforia, esta alegría, es parte de la necesidad de la Democracia”.
“Mañana seguramente ya empezaremos a trabajar formando un gabinete de gobierno con gente que va a trabajar para darle a Venado Tuerto lo que merece y necesita", continuó en medio de los festejos.
“Debo aclarar que yo soy ejecutor de un partido político y ese partido político asume la responsabilidad, pero también debo aclarar que esta no es la responsabilidad únicamente de un partido político, es también la responsabilidad de todo un pueblo y desde mañana tendremos que trabajar todos por Venado Tuerto”, destacó De Mattia.
“Ganó el pueblo argentino, que llegó a la Democracia consolidando el poder democrático para que en la Argentina no haya más golpes de Estado”, sostuvo el dirigente que administró la ciudad de Venado Tuerto durante tres períodos consecutivos (1983-1995). Además, fue candidato a gobernador de Santa Fe en el ‘95, regresó a la política local en 1997 para desempeñarse como concejal, y renunció en el ’99 para ocupar altas responsabilidades en la Casa de Moneda de la Nación en la breve gestión del radical Fernando De la Rúa.