José Zenclussen
La inexistencia de obras encaradas por la provincia llevaron al colapso productivo del tambo de la familia Ferrero y de una amplia región.
José Zenclussen
Desde hace más de 80 años, la familia Ferrero viene construyendo un sueño que se transmitió de generación en generación. Si bien los problemas hídricos en la zona del departamento Castellanos llevan ya 10 años, los dos temporales ocurridos en los últimos 9 meses terminaron por llevar, a numerosos establecimiento productivos, a cerrar sus puertas.
Ubicado en Colonia Fidela, el tambo de la familia Ferrero había sido noticia en abril de 2016, cuando el presidente Mauricio Macri visitó el campo para interiorizarse en persona de la crítica situación por la que pasaba esa región. La visita se había concretado tras la carta que María José Ferrero le envió al ministro de Interior Rogelio Frigerio y al propio presidente de la Nación.
En sus últimas líneas “Marita”, como la conocen en la colonia, escribió: “Mis abuelos trabajaron en esta tierra, que prometí defender. Pero hoy no creo poder lograrlo sin la presencia del Estado Nacional. Hoy, los que amamos el campo, nuestro hogar, no lo queremos abandonar. No queremos que las colonias desaparezcan (...)”.
A la gravedad de estas palabras (que podrían haberse escrito por estos días, cuando hubo precipitaciones de más de 250 mm, que deben sumarse a los 370 de las últimas dos semanas de diciembre), debe agregarse la nula ejecución de obras provinciales, que llevaron al colapso productivo del tambo, que tras ocho décadas de funcionamiento no tiene otra opción que cesar sus actividades.
“No podemos más”
María José Ferrero manifestó que es imposible continuar produciendo. “No podemos más. En abril pasado, decidimos volver a apostar por el tambo, tuvimos que arrancar de cero. Invertimos -sumando alquileres, recuperación de la estructura, alimentación, semillas y mano de obra- 3 millones de pesos solamente para sostener el tambo y volver a sembrar soja. Nos veníamos recuperando -llegamos a 2.300 litros por día- pero en pocos días volvimos a perder”.
Ferrero agregó que la actual situación es aún más grave. “Es imposible seguir, después de abril vendimos el 30% del rodeo para poder aguantar y seguir adelante. Ahora estamos en la misma situación de hace menos de 9 meses, pero sin respaldo, porque nos comimos todo el capital”. Además del tambo en el establecimiento se hace agricultura. Allí la soja de la campaña pasada se perdió en un 90 %. “En esta campaña compramos insumos a cosecha, situación a la que nunca en los 80 años que tiene la explotación habíamos hecho. El campo en la parte más alta tiene casi 30 centímetros de agua, si no podemos recuperar la producción y sin ayuda no sé cómo haremos para cumplir con esos compromisos. Esto es lo que más nos asusta cuando vemos el panorama actual”, apuntó “Marita”.
Previo al mes de abril de 2016 el tambo producía por día unos 2.800 litros, para luego bajar hasta los 800. Con 120 vacas en ordeñe había logrado recuperarse y alcanzar los 2.300 litros por día, pero en cuatro días la producción se desplomó. “Vamos a tener que cerrar el tambo, el agua nos llega a la rodilla en la parte más alta y en apenas unos días el agua que llega desde Vila y Ramona hizo que creciera unos 30 centímetros. Íbamos a llevar la hacienda al departamento San Cristóbal, pero ahora empezó a llover en esa zona. Igualmente debemos llevar las vacas 12 kilómetros por arreo -con sectores donde el agua alcanza casi un metro- hasta llegar a la ruta. A otros productores de la región se les han muerto animales cuando intentaron sacarlos, se les morían en el camino”, sostuvo la productora tambera.
Las obras nunca llegaron
Por otra parte, Ferrero señaló que en los últimos 9 meses no se hizo nada. “Desde la Sociedad Rural de Sunchales, de la cual formo parte, fuimos a cientos de reuniones y nunca se avanzó en nada. Ni siquiera se arrancó con un proyecto. El canal que se hizo en el año 1936 para una cuenca de 90 mil hectáreas, hoy tiene que sacar el agua de 200 mil hectáreas”.
En este sentido, agregó que desde hace 10 años vienen solicitando al gobierno provincial las obras hídricas que permitan evacuar las aguas. “Hace diez años que venimos peleando para que se hagan las obras y no pasa absolutamente nada. Desde mediados de 2016 cerraron dos tambos en Colonia Fidela y ahora además de nosotros hay otras explotaciones que van a cerrar. Cada mes va empeorando”, apuntó.
>> Duro comunicado
Al respecto la Sociedad Rural de Sunchales en un comunicado mostró su disconformidad con el accionar del gobierno provincial, tras las recientes inundaciones. “Los productores estamos cansados, nos sentimos abandonados por nuestros gobernantes, ante una manifiesta falta de sensibilidad hacia nuestro sector”, indicaron.
La entidad expresó que ha realizado “reiterados pedidos para que se comience a trabajar sobre la cuenca del arroyo Cululú. Las precipitaciones están produciendo daños importantes en toda la región y nos encontramos nuevamente ante una situación de desastre hídrico. Hace años que venimos reclamando un estudio integral de la cuenca y que se realicen todas las obras necesarias. Desde abril de 2016 participamos con más frecuencia en reuniones donde nos hicieron promesas de estudios, pero nada”, reitera en el comunicado.