Lunes 29.6.2020
/Última actualización 22:41
A nadie sorprende ya los efectos corrosivos del coronavirus. Una enfermedad que no matará a mucha gente, pero que empeoró la calidad de vida de casi todos. Es que el aislamiento social dispuesto es una barrera legal que a veces resulta infranqueable. Y a veces no. Como en el caso de los abrazos con protección especial que se empezaron a dar las siete mujeres de una residencia y sus familiares. La ley no impidió que ambas partes se puedan unir.
GentilezaAl menos por un rato. Para moderar la angustia de un 2020 gris, oscuro en todo el mundo. La residencia para adultos mayores Bio Club de España 1.518 en Rosario decidió implementar un sistema que le permita a las siete señoras que viven allí poder abrazar, no de manera totalmente normal, a sus seres queridos. Una de las siete es Nylda Muzzio, que este lunes 29 de junio cumple nada menos que 93 años. Su hija María Angelina Barbarich logró fundirse en un abrazo con ella la semana pasada. “Es algo increíble y muy emocionante. Después de tanto tiempo de no poder verlos más que a través de una videollamada para poder saludarlos, poder estar sintiendo el calor del cuerpo. Es una de las cosas que más me impactó. La alegría mutua que se produce en esta situación”, dijo Barbarich a El Litoral. Angelina vive en San Lorenzo y llevaba tres meses sin ver a su madre.
Mariano Greco, Gustavo Giuliani y Rubén Sommi son los tres kinesiólogos a cargo de este lugar. Éste último habló acerca de esta experiencia que se aplica en pocos lugares dentro de Argentina. “Inauguramos un sistema de barrera de vinilo. Ya lo hemos visto en algunos países de Europa. Con nulidad absoluta de contacto y que permite una visualización a través del mismo. Y obviamente, (se obtiene) el tan esperado abrazo. A través de mangas preservativas el abrazo que tanto esperaban entre familiares y abuelas residentes en Bio Club”.
Esta práctica requirió de un trabajo previo. “Pusimos todo el operativo en marcha hace unos 15 días, que presentamos los protocolos en la Auditoría Médica de la Provincia y cuando fuimos aceptados, le dimos primera la semana pasada. Concedíamos turnos de media hora por familiar con una media hora más cuando se retiraban de asepsia total del lugar hasta que llegara otro familiar del mismo paciente. Solamente dos pacientes por día estaban con turno para recibir a sus familiares”, explicó Sommi.
Para el kinesiólogo, el abordaje fue exitoso: “La experiencia fue espectacular porque realmente fue muy emocionante poder ofrecerles esta gran posibilidad con todo lo que estamos viviendo y padeciendo en el mundo entero. Estar ahí y poder compartir con los familiares todo tipo de sensaciones fue realmente emotivo”. El profesional de la salud aseguró que las medidas para prevenir contagios fueron respetadas: “El protocolo es muy severo. El familiar no ingresa a las instalaciones, sino que lo hace en un predio de la casa, en una antesala y ahí está colocada la mampara de vinilo. Puede visualizar a su familiar y darse el abrazo tan esperado”.