A través de las redes sociales, el vecino de Melincué, Armando Senese, publicó la imagen de un gato montés muerto a la vera de la ruta 90, acompañado de la frase “Cruel destino. La fauna autóctona en busca de alimento y agua termina atropellada”.
Ocurrió el sábado, a la altura del kilómetro 120 de la arteria provincial. Un vecino de Melincué publicó lo ocurrido en sus redes sociales y dio a El Litoral más detalles de los motivos de la desaparición de la fauna autóctona.
A través de las redes sociales, el vecino de Melincué, Armando Senese, publicó la imagen de un gato montés muerto a la vera de la ruta 90, acompañado de la frase “Cruel destino. La fauna autóctona en busca de alimento y agua termina atropellada”.
En contacto con El Litoral, Senese especificó que el trágico episodio que termino con la vida del gato montés (Leopardus Geoffroy, por su nombre científico) se produjo aproximadamente en el kilómetro 120 de la ruta 90, “a la altura de lo que conocemos como Villa Parque, que es distrito de Melincué".
Esta especie, poco común en el sur provincial, se ve obligada a desplazarse muchos kilómetros ante el avance de la urbanización y la desaparición de su hábitat natural, convertidos en campos para la producción agropecuaria.
“Debe haber ocurrido el sábado aproximadamente a las 10 de la mañana, porque cuando lo encontré aun había sangre en el lugar. Lo encontré sobre la ruta, y lo corrí a la banquina; creo que todavía esta ahí" contó Armando Senese a este medio.
“Esto se da por el desplazamiento que sufren estas especies, que en busca de agua y comida cada vez tienen que aventurarse más a las rutas y lugares poblados”, destacó como las causas de la muerte de las especies autóctonas en la interacción con el humano.
Además, explico que “todos los campos están siendo cultivados y no se resguarda la fauna; esto es una de las consecuencias de la 'sojización'; están todas las tierras secas a pesar de los 100 milímetros que cayeron recientemente y queda poca resistencia natural a los vientos”.
En ese orden, sumando la tala indiscriminada y la desaparición de muchos montes que sirven como barreras naturales de los vientos, sumado a la sequía que atraviesa la región, Senese también advirtió sobre la arenilla que vuela del lecho seco de la laguna, que en muchos casos “lastima los ojos”, afirmó.
“Es impresionante la arenilla fina que vuela de la laguna. Yo practico deportes acuáticos y realmente es para tener cuidado; ya hay muchas personas que sufrieron este problema”, manifestó.
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