Ignacio Pellizzón | [email protected]
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La pandemia del coronavirus modificó el esquema del verano para muchas personas. Con las fronteras cerradas y un dólar que pareciera no tener techo, invita a repensar cómo van a planificar las vacaciones muchas familias. Aunque proliferan ofertas de aéreos para viajes al exterior o dentro del país, pareciera que la demanda no acompaña del mismo modo que sí sucede en los alquileres de casas con pileta.
Los indicios señalan que una gran mayoría optaría por quedarse en su zona, pero con ciertas comodidades. Las casas, en country privados como en pueblos vecinos de Rosario, mantienen en alza las consultas por alquileres para diciembre, enero y febrero. Es que, desde las Fiestas en adelante, son muchos los que buscan tomarse hasta un mes de descanso o, inclusive, seguir trabajando de manera remota, pero con una pileta y mucho verde.
Algunos propietarios de casa quintas o viviendas con grandes terrenos -en localidades como Fúnes, Roldán, Pueblo Esther-, tenían la costumbre de poner en alquiler sus hogares de fin de semana y con ese dinero vacacionar en otra parte. Sin embargo, esa modalidad está cambiando dado que cada vez son más los que prefieren quedarse y habitar sus casas este verano en pandemia. Otro cambio que trae aparejado el coronavirus.
Bajo estas circunstancias, se achicó la oferta de viviendas, pero se disparó la demanda. Es por eso que pueblos vecinos como Coronel Domínguez, La Carolina, Ibarlucea, entre otros, encontraron su oportunidad en medio de la pandemia. Se convirtieron en polos de atracción para aquellos que pretenden aislarse de la ciudad y reposar en espacios amplios, abiertos, con pileta y parrillero, abriendo, así, un abanico de nuevas posibilidades para vacacionar.
Las consultas por casas con meses de anticipación, están generando que las inmobiliarias que trabajan en el rubro no den abasto. De hecho, muchas todavía no tienen un precio fijo establecido porque restan algunos meses para la temporada de verano, además de que muchos propietarios están en medio de obras para adaptar sus casas para el turismo.
En base a un relevamiento que hizo El Litoral, se detectó que los costos varían enormemente, pero hay ciertos promedios. Por ejemplo, en viviendas que se encuentran ubicadas en country privado el día ronda entre los 100 y los 150 dólares.
Se tratan de casas adaptadas con todas las comodidades, preparadas para recibir más de una familia, con cientos de metros cuadrados, parques al aire libre, piletas, parrilleros, wifi, climatización, entre tantas otras comodidades que están incluidas en el precio.
El arreglo, al tratarse entre privados, puede ser distinto en base a lo que se pueda acordar entre partes, pero, según informaron a este medio, se sostienen los alquileres en dólares para no ver devaluada la casa. Inclusive, al momento de abonar se toma como referencia el tipo de cambio no oficial, es decir, el “blue”.
Zonaprop, uno de los portales más visitados para alquileres, expone ofertas desorbitantes en casas de dimensiones bestiales a precios muy poco accesibles que puedan rondar entre los 1.500 dólares el mes hasta los 5 mil en casa quintas que superan los mil metros cuadrados.
Las habituales casas con jardín y pileta en Fúnes, Roldán y Pueblo Esther, según informaron a este medio distintos propietarios e inmobiliarias, rondan entre los 10 mil y 20 mil pesos el día, en base a las dimensiones de la vivienda y las comodidades que ofrece.
Un dato distintito que resaltaron es que, si bien hay muchas personas que optan por no poner en alquiler sus hogares y disfrutarlas durante el verano, hay muchas otras que se encargaron de comenzar obras como ampliar la pileta, pintar, refaccionar, acondicionar habitaciones, y demás, para poder recibir visitantes durante el verano y, así, poder “retocar” un poco el precio.
“Para muchos, que tienen la oportunidad, es un buen negocio invertir en la casa de Fúnes, por ejemplo, y ponerla en alquiler, porque en tres meses se hacen de un capital importante y pueden ahorrar mucho en poco tiempo o realizar un viaje más adelante”, admitió a Mirador Provincial un referente del sector inmobiliario rosarino.
La novedad es que frente al boom de demanda que hay, pueblos como Coronel Domínguez, La Carolina, Ibarlucea comenzaron a recibir propuestas para la temporada de verano. En estas localidades los costos son menores –pueden rondar entre los 5 mil y 8 mil pesos el día-, pero también hay opciones de menor envergadura.
“Mi suegro que tiene una casa en La Carolina tomó la decisión de quedarse en Rosario con su familiar para evitar moverse por el tema de la pandemia. Así que este verano se propuso ponerla en alquiler para, por lo menos, ganar algo de dinero. Jamás se imaginó que le iban a llover tantas propuestas. Le llegaron a ofrecer hasta dólares para alquilarla. Nunca lo imaginamos”, contó a este medio Esteban, un vecino de Rosario.
Luciana que vive en Ibarlucea contó a El Litoral que, por lo general, “las personas habitualmente buscan alquilar casas por mes o quincena, pero ahora en medio del a pandemia como mínimo quieren alquilar por un mes y la mayoría de los casos por temporada o hasta por 5 meses, porque están trabajando de forma virtual y quieren espacio”.
Tal y como publicada El Litoral, la situación de los cabañeros dista mucho de se las óptima. De hecho, están atravesando un momento crítico porque hace más de siete meses que no pueden abrir y trabajar. Sumado a que se encuentran con lo que llaman “competencia desleal”. Son los propietarios de casas con jardín y pileta que ven la oportunidad de hacer una diferencia económica al poner en alquiler sus viviendas, sin aplicar los mismos protocolos ni las inversiones que sí deben presentar desde el sector turístico regional.
“Sin duda nos perjudican muchísimo, porque llevan dinero a sus bolsillos y nosotros al estar en blanco, no podemos hacerlo por cumplir las normas vigentes de prohibición de alojamiento en Santa Fe”, explicó a este medio, Graciela Recchia, la responsable de “Cabañas Amanecer” de la localidad de Andino, perjudicada por la competencia desleal.
A lo largo de la pandemia y más aún en estos últimos tiempos, “alquilan sus propiedades sin ninguna legislación ni cumplimiento de protocolo alguno”, dijo y agregó: “Creemos que falta comunicación oficial al respecto hacia la población que, por su necesidad de salir de tantos meses de aislamiento, no evalúan los riesgos que pueden correr”.
“El alquiler temporario de alojamiento en casas particulares que se está llevando a cabo los últimos meses, consideramos que es una competencia desleal no sólo porque nosotros contamos con la habilitación para tal fin, sino también porque tenemos el protocolo específico de cabañas que aseguran las medidas preventivas que deben tomarse ante covid-19 y dengue. Por último, agregar la distorsión en los precios que generan en el mercado producto de no incurrir con todos los costos como nosotros”, destacó Matías Fantín, el titular de Carcaraes Complejo Turístico, un desarrollo familiar que posee 15 cabañas y se encuentra en la localidad de Oliveros, a 50 km de la ciudad de Rosario.
Milva Rubies, de la localidad de Monje, quien maneja dos complejos de cabañas, alertó, por su parte, que se enfrentan con “mucha competencia desleal”. “Es un drama con el que nos enfrentamos desde hace mucho tiempo y vemos cómo siempre el sector informal saca ventajas sobre los que hacemos las cosas bien", admitió. "Por eso aspiramos a que se solucione definitivamente y se utilicen herramientas disponibles para ir alineando a quienes están en la informalidad para que pasen a la formalidad”, cerró.