La situación que provocó la bajante histórica del río Paraná, que tuvo su inicio en marzo del 2020 y que se extendió hasta mediados del 2022, provocando notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social de la provincia de Santa Fe, a priori, pareciera no ser un problema a enfrentar de cara al próximo verano.
Mientras en Europa y Estados Unidos las temperaturas están batiendo todos los records, en Rosario estiman que el próximo verano será caluroso, pero con abundante agua, gracias a que llegó a su fin el fenómeno La Niña, pero llega El Niño, que generaría una situación inversa, lo que evitaría repetir la sequía histórica.
Según indicó a El Litoral el gerente de Relaciones Institucionales de Aguas Santafesinas, Guillermo Lanfranco “todo indica que El Niño va a cumplir con su condición de mayores lluvias en la cuenca del Plata, así que no deberíamos tener dificultades con la altura del río”.
“De todos modos las medidas de uso responsable y solidario del agua potable siempre deben estar presente. Porque en verano aumenta el consumo y la capacidad de producción tiene un techo que no se puede superar”.
Por eso, como siempre, “volveremos con las recomendaciones referidas al uso sostenible del agua potable de red”, agregó Lanfranco.
Sequía
Ante la bajante histórica que se registró sobre el río Paraná, desde Aguas Santafesinas (Assa) tuvieron que llevar a cabo acciones para mantener la captación del agua y poder seguir brindando el servicio con normalidad.
El tema fue serio. Es que, haciendo una revisión, no hay antecedes de una continuidad en los niveles de agua tan bajos registrados. Desde 1884, que se toman datos, y no hubo un hecho similar a estos casi tres años de bajante que se padecieron en la región. Lo máximo que alcanzó el año pasado fue rozar el 1, 50 metros de agua.
Esto derivó en que ASSA llevara a cabo una fuerte campaña para que se consumiera el agua de forma medida. Gracias a esto, según informó la empresa, hubo “una disminución en el consumo de agua”.
En base a la información brindada, los hogares que tienen medidores, por ejemplo, arrojaro n una baja en torno a un 5%, 10%. Esto, en base a los volúmenes que distribuye Aguas Santafesinas, lo que es un porcentaje “significativo”, habían señalado.
En Rosario, por ejemplo, todos los días se distribuyen cerca de 650 millones de litros de agua, una dotación que está en promedio en los 300 litros por habitante por día. Por este motivo, es que desde ASSA confirmaron que seguirán potencian el consumo cuidado de agua.
La bajante del río Paraná parecía ser un fenómeno pasajero, que se había profundizado por el cambio climático, pero nadie esperaba que la sequía se sostuviera durante casi tres años consecutivos alcanzando a ser la más extensa de la historia desde 1884, que se comenzó a registrar la altura del agua. Este contexto generó preocupación en diversos sectores, pero sobre todo en la empresa Aguas Santafesinas que tuvo que operar a niveles muy estresantes.
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