Este sábado 1 de junio cumple 20 años la versión moderna de la Comisión de Nomenclatura de Venado Tuerto, creada por la ordenanza 3089/03, cuya primera composición se había diseñado en 1987 sobre la base de la ordenanza original 1640/86, en los albores de la restauración democrática.
Plano original de Venado Tuerto, con los nombres de calles impuestos por el fundador Casey.
Con el rol de asesora -en carácter ad honorem y no vinculante- del Concejo Municipal en la nominación de las calles, avenidas, plazas, paseos, barrios, complejos urbanísticos, puentes, edificios y todo otro espacio público, la actividad transitó etapas de relaciones cordiales y ciclos tormentosos con los ediles, como a principios de siglo, derivando en la renuncia de la mayoría de sus miembros ante decisiones inconsultas del cuerpo legislativo. Más adelante, cicatrizadas las heridas, la Comisión volvió a sesionar en buena sintonía con los concejales y así sucede hasta el presente, siempre con el objetivo de observar y dictaminar sobre la pertinencia de cada solicitud de nominación, tanto de un edil como de un vecino, estudiando los antecedentes y los fundamentos presentados en los expedientes e investigando los argumentos, a los fines de elaborar opiniones fundadas respecto de las propuestas. También aportando al fortalecimiento de la identidad local, en el marco de la integración de diversas ideas y valores, y favoreciendo, además, por medio de la nominación, la localización de los espacios públicos.
Señalización del cruce de Moreno y Vélez Sarsfield, en el populoso barrio San José Obrero.
La Comisión de Nomenclatura es liderada por el presidente del Concejo Municipal (en la actualidad Juan Ignacio Pellegrini) y la integran también la historiadora Alejandra García, la bibliotecaria Silvia Vega (ambas desde 2004), el antropólogo Pablo Ilari, el historiador revisionista Mauro Bertozzi y la vecina Vilma Simioni (los tres últimos se incorporaron en 2020), además de tres ediles.
Nacida en democracia
Sobre los inicios de la actividad, Alejandra García destacó que “con la vuelta a la vida democrática, en 1983, se retomó el nombramiento de calles y espacios públicos con iguales procedimientos que antes de la dictadura, es decir, con el Concejo Municipal ocupándose de esos roles”.
“Dos años más tarde, por iniciativa del propio Concejo, se consideró la necesidad de crear una estructura de apoyo, no vinculante, que aportara criterios con fundamento científico. Esa primera Comisión estaba encabezada por el presidente del Concejo Municipal e integrada por tres ediles; la directora de Cultura municipal; representantes del Profesorado Nº 7, el Instituto Católico de Enseñanza Superior (ICES), de cada biblioteca popular; del Museo Histórico y Archivo Regional de Venado Tuerto; y dos o más historiadores locales de reconocida trayectoria por sus publicaciones y/o trabajos”, enumeró la autora, junto a Gladis Mignacco, del libro “Venado Tuerto y su Nomenclatura”.
Nomenclador que reconoce a uno de los pioneros de la ciudad, Alejandro Estrugamou.
“El inicio de sus actividades fue en 1987 con la nominación de la calle 26 de Abril -en homenaje a la fecha fundacional de la ciudad- y sostuvo una actividad muy productiva por largos años”, aseguró García, hasta que a principio de siglo surgieron fuertes choques con el cuerpo legislativo. “El malestar se generó ante las reiteradas normativas emitidas por el Concejo Municipal sin la consulta previa a Nomenclatura, sumado a la inasistencia de los ediles a las reuniones, como consta en una nota elevada en agosto de 2000. No obstante, los miembros firmantes -María Dowling, Mirian Garofanetti, José Raúl Iturbide, José Favoretto e Hilmar Long-, querían continuar con la labor, a pesar del alejamiento de los representantes de bibliotecas y profesorados”, detalló la docente.
Esa actitud de los concejales, en especial con el cambio de nominación de algunas calles, sin conciliar propuestas y sin informar la decisión a la Comisión, provocó la renuncia, en octubre de 2002, de tres de los cuatro miembros de la misma, quienes no avalaron las sustituciones de Estados Unidos por Presidente Perón y de John Kennedy por Eva Duarte de Perón.
Con el historiador Favoretto como único sobreviviente, la labor decayó durante casi todo 2003, hasta que en noviembre se estableció la nueva Ordenanza N° 3089/03; en mayo de 2004 se convocó a las instituciones intermedias para proceder a la renovación de sus miembros, y el 1 de junio comenzó a sesionar la Comisión de Nomenclatura en su era moderna.
En el marco de una evolución legislativa, en 2006 se sancionó la ordenanza 3340/06, introduciendo aspectos reglamentarios, y en mayo de 2022, a través de la ordenanza vigente 5498/22, se perfeccionaron y unificaron las normativas vigentes de la Comisión de la Nomenclatura, organismos que son comunes en las grandes ciudades, pero no tanto en las pequeñas o intermedias como la Esmeralda del Sur.
Propuestas polémicas
La referente de la Biblioteca Popular Florentino Ameghino, Silvia Vega, recordó la polémica solicitud de reemplazar la calle Roca por Juana Azurduy: “Nosotros, muchas veces, coincidimos con las propuestas de los vecinos para la denominación de una calle, pero no avalamos las sustituciones cuando ya hay un nombre asignado. Ese concepto siempre lo tuvimos claro e incluso forma parte del reglamento interno de la Comisión”, explicó. En consecuencia, “cuando la propuesta es pertinente, ofrecemos distintas alternativas de calles o espacios públicos sin denominación para facilitar ese reconocimiento, como sucedió con Juana Azurduy, cuyo nombre se dio a una plaza”.
Un caso semejante se había dado con el planteo del concejal Leonardo Calaianov de reemplazar la calle Comandante Tomás Espora por Gobernador Hermes Binner, que recibió el dictamen negativo de la Comisión de Nomenclatura, pero con la predisposición de asignar el nombre del mentor del nuevo Hospital Gutiérrez y primer gobernador socialista de Argentina, dados sus sobrados méritos, a un sector de la ciudad aún sin denominación, aunque hasta ahora no se llegó a un acuerdo.
El historiador Mauro Bertozzi recordó, en la misma línea, el intento de reemplazar el nombre de Hipólito Yrigoyen, entre Moreno y Lisandro de la Torre, por el del ex intendente desarrollista José Vicente Cibelli: “El argumento era que ese tramo había sido el primero que pavimentó Pepe Cibelli en su gestión, pero la iniciativa no fue aceptada y, en cambio, se ofreció a los promotores del homenaje denominar Intendente José Cibelli al extenso tramo urbano de la ruta nacional 33 que va desde la rotonda hasta la exestación de peaje, cosa que avalaron de buen grado”.
Distinta fue la situación con el pedido del entonces concejal Nahuel Pasquinelli de nominar una calle como Gobernador Miguel Lifschitz, porque enseguida aceptó la propuesta de la Comisión de Nomenclatura de asignar ese nombre a la calle 31, en la zona norte, que se extiende entre Santa Fe y Alberto de Brouckere (desde Santa Fe hasta Ruta 8 se denomina Mariano López). “No había que hacer ningún reemplazo y se eligió una arteria que en el futuro cercano será muy jerarquizada, más aún con la futura Circunvalación”, valoró Bertozzi.
“Venado Tuerto es una ciudad en expansión, con muchas calles por abrir y espacios públicos por inaugurar, y que pronto será necesario identificar; entonces no tiene sentido sustituir nombres que ya están instalados, incluso con el riesgo adicional de que, más allá de un hipotético cambio, se los siga llamando con la denominación original”, argumentó Silvia Vega. “Existe una pulsión de renombrar continuamente, pero lo más adecuado es darle lugar a la representación de los nuevos tiempos que vivimos con los nombres de calles correspondientes, y en el futuro seguramente serán otros muy distintos”, sostuvo Ilari. Y agregó Alejandra García que “son los propios vecinos los que se oponen el cambio de nombre de sus calles porque eso les ocasiona diversos inconvenientes”.
Pablo Ilari, actual director del Archivo Histórico Digital de la ciudad, opinó que “más allá de las ideologías de cada miembro de la Comisión, todos nos sujetamos a un reglamento que establece una serie de requisitos para avalar las nominaciones, que deben estar precedidas de una rigurosa fundamentación, sobre todo porque son decisiones que se adoptan para que perduren en el tiempo. Sin dudas, es un organismo que, con sus metodologías, garantiza un cierto equilibrio”.
Luego, Bertozzi puso el acento en el déficit en los carteles nomencladores desde el punto de vista físico, tanto por su ausencia como por su deterioro, que se arrastra desde hace décadas. “Hoy se usan en la ciudad nomencladores que responden a una normativa, cuentan con materiales y pinturas aptos, y son bastante costosos. Y si bien no es un tema de nuestra directa incumbencia, siempre estamos recordando a la administración de turno la necesidad de incorporar la señalética faltante, sobre todo en algunos sectores, y ejecutar el indispensable mantenimiento”, subrayó.
Mujeres invisibilizadas
En los primeros tiempos del caserío venadense, a fines del siglo XIX, la nomenclatura incluía varios nombres femeninos de íntima relación con el fundador Eduardo Casey y el creador del plano original, el agrimensor Warner, pero a partir de 1910, cuando el gobierno central impone una serie de próceres de la nacionalidad para nominar las arterias en todo el país, las mujeres fueron invisibilizadas en Venado Tuerto. Recién varios decenios más tarde, con la llegada del peronismo al poder político, en las décadas del 40 y el 50, donde la figura de Eva Duarte de Perón adquiere gran relevancia, a nivel local se asigna su nombre a la avenida Hipólito Yrigoyen. Pero, enseguida, irrumpió la llamada Revolución Libertadora, en la ciudad asumió como interventor Manuel Imperiale y una de sus primeras medidas fue dejar las cosas como estaban. “Ese escenario de mujeres invisibilizadas siguió hasta el final de la última dictadura, cuando se dio a una plaza el nombre de la maestra riojana Rosario Vera Peñaloza”, especificó García. “Ya en democracia, aparecieron tímidamente en la nomenclatura algunas mujeres argentinas, pero no venadenses, y hoy, uno de los objetivos, con 140 años de vida como comunidad, es reconocer por sus méritos a mujeres de nuestro medio”, acotó.
Declaración de Interés Municipal
En la tarde noche del jueves 23 de mayo, el Concejo Municipal recibió a los integrantes de la Comisión de Nomenclatura, un día después de declarar de Interés Municipal en sesión ordinaria su “destacada y valiosa labor” en ocasión del vigésimo aniversario -los celebra este 1 de junio- de la implementación de la Ordenanza N° 3089/03, que dispuso la modernización del organismo asesor que inició sus funciones en 1987.
Ilari, García, Vega, Simioni y Bertozzi, en el Concejo, con la declaratoria de Interés Municipal.
En la oportunidad, ediles de los distintos bloques hicieron entrega de una copia de la declaratoria de Interés Municipal a Silvia Vega, Pablo Ilari, Alejandra García, Mauro Bertozzi y Vilma Simioni.
Venado Tuerto y su nomenclatura
El libro “Venado Tuerto y su Nomenclatura”, de 208 páginas, escrito por las historiadoras Alejandra García y Gladis Mignacco (con primera edición en 2011 y segunda en 2012), se presentó el 27 de abril de 2012 en el Concejo Municipal.
En 2011 se presentó el libro sobre nomenclatura escrito por Alejandra García y Gladis Mignacco.
En la primera parte se aborda la evolución de los nombres de las calles y espacios públicos desde sus orígenes, hasta 2011, en clave histórica. Y la segunda parte refiere a la constitución y organización de la Comisión de Nomenclatura, que funciona desde 2004, y sus trabajos concretos de nominación de calles y espacios públicos.