Juan Manuel Speerli | region@ellitoral.com
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Las tendencias cambian cada vez más rápido. Pasa en la moda, en el arte, en la tecnología y por supuesto, en el ocio y el entretenimiento. Y sobre todo cuando se trata de entretener a los jóvenes. Hablar de la influencia de la pandemia en las costumbres de la sociedad parece haber cansado, pero no por ello, hay que evitar decirlo. Hay una generación de adolescentes y jóvenes denominados centennials, que debieron postergar fiestas, salidas a bares, pubs y boliches. Algo tan común en la vida de todos, de pronto dejó de funcionar por un tiempo demasiado inesperado. Y esas ganas contenidas se transformaron en ideas que derivaron en proyectos destinados a una generación que respondió con una gran fidelidad.
“Nada se pierde, todo se transforma”, dice Jorge Drexler en la canción Todo se transforma. Eso es lo que ocurrió con la noche. “En el verano todo es al aire libre, el boliche hoy es para las estaciones que no permiten las fiestas afuera, como el invierno. Por eso digo que no creo que las fiestas al aire libre hayan reemplazado a los boliches”, dice Gianfranco Gazzanelli, realizador audiovisual y creador digital teodelinense e integrante del grupo de amigos que lanzó Mala, una fiesta que convoca a miles de personas cada año y que fue cambiando de lugar para cada ocasión. La última se realizó el 8 de enero.
Otra “fiesta hermana” por la contemporaneidad, el estilo y la gran convocatoria es Elite, en Villa Cañás, que tuvo su última edición el 29 de enero. “Todo lo que hicimos es porque nos gusta hacerlo y que la gente disfrute de este tipo de propuestas”, aporta Carlos Roldán, también realizador audiovisual cañaseño y organizador de esta fiesta que hace dos semanas propuso la temática de asistir con al menos una prenda blanca.
Más allá de sumar espacios al aire libre, históricamente los boliches bailables continuaban durante todo el año. Sin embargo, durante las últimas temporadas de verano la tendencia fue organizar una fiesta, ponerle un nombre, promocionarla mucho en las redes sociales –sobre todo Instagram, por ser la red donde más interactúan quienes más asisten a la fiesta-, generar expectativa y ofrecer una opción diferente siempre al aire libre. Ambas comparten la característica de surgir en el seno de un grupo de amigos que querían hacer algo diferente para los jóvenes, no solo de cada localidad sino de los pueblos y ciudades de la región.
“La última fiesta buscamos hacerla temática. Durante un viaje con mis amigos, fuimos a una fiesta similar y trajimos algunas ideas. En la primera fiesta trajimos un globo aerostático, a esta le agregamos una vuelta al mundo. Y ya estamos trabajando para la próxima, porque organizarlas lleva mucho tiempo. Lo lindo de esto es tener ideas y que la gente responda positivamente, sobre todo por el esfuerzo que hacemos para poder seguir creciendo”, cuenta Gianfranco, también socio de Garden Beach Club, espacio emplazado en la costa de la Laguna El Chañar que nació en diciembre y transita sus últimos fines de semana nocturnos, ofreciendo una propuesta muy interesante. Incluso, la última edición de Mala se llevó a cabo en ese lugar. Elite surgió de un grupo de amigos que se dieron cuenta que no había nada organizado para el 24 y el 31 de diciembre, en 2019. “En ese grupo está mi hijo y los apoyé desde el inicio, empezamos a trabajar seis meses antes y más allá de que en la primera el tiempo no acompañó, la gente sí lo hizo y nos bancó. Ya con la experiencia de siete días atrás, la del 31 fue un éxito que nos dio un indicio de que había un nicho ahí; además de ofrecer una fiesta a los jóvenes, también brindar una propuesta nocturna a muchos adultos que se coparon”, agrega Carlitos, como lo conocen en Villa Cañás.
“Tenemos buena relación con quienes organizan otras fiestas similares para que no coincidan, haya una buena oferta y todas funcionen”, expresan. Esta es una de las características de quienes están detrás de estos eventos que generalmente se organizan una vez al año. Existe una especie de colaboración, de un pacto de reciprocidad, si se ayudan entre todos, se benefician todos.
Otra condición para tener éxito es el buen manejo de las redes sociales como herramienta de comunicación directa. Generan impacto a través de la creación de contenido de valor vinculado al ocio y el entretenimiento, lo cual se viraliza rápidamente y genera mucha interacción con quienes más adelante van a asistir a las fiestas.
“Las redes son nuestro currículum y la interacción con la gente es clave”, reflexiona Gian, a lo que Carlitos agrega: “Para la última fiesta de blanco, en Elite apostamos a priorizar e invertir desde un inicio en las redes y fue determinante”.
Tendencias, nuevas maneras de socializar, de buscar nuevas versiones a la vida nocturna, tan postergada durante casi dos años y que espera seguir moviéndose al ritmo de propuestas innovadoras de la mano de los jóvenes.
En cada edición, tanto Mala como Elite fueron incorporando propuestas innovadoras. Desde una gran cantidad de pantallas de led en escenarios de gran tamaño, a bandas y DJ´s del momento, regalos, espacios VIP para mayor comodidad, fuegos artificiales, globos aerostáticos y vuelta al mundo.