Tal como ocurre en el resto del país, en la provincia de Santa Fe comienza a escasear el gasoil. Según indicó a El Litoral Mariano Boz, representante de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (FAENI), esto se debe a que “por la guerra entre Rusia y Ucrania, el barril de crudo se disparó, llegó a los 140 dólares, y si bien bajó cerca de 26 dólares todavía está muy encima de los cien dólares y que el principal insumo del combustible esté por las nubes, más las pequeñas devaluaciones que se van dando todos los días en Argentina, hacen que las petroleras cierren el grifo, levanten el canal mayorista que nutre directamente al campo y el transporte de carga, entonces las estaciones blancas también se nutren de ese canal mayorista, que tiene precios por las nubes, el campo y el transporte se vuelcan a las estaciones de ruta, que no pueden abastecer al mercado con los cupos que tienen impuestos”.
Aunque admitió que en las estaciones de la capital santafesina a gente no va a notar tanto los faltantes, Boz reconoció que el escenario “es complicado”: “Estamos todos con cupos, pero como la demanda tampoco es altísima en lo que refiere a nafta no estamos llegando a esos cupos; sin embargo, las estaciones del interior provincial llegan al cupo entre el 20 y el 22 de cada mes y durante los últimos días del mes aparecen estos faltantes que preocupan muchísimo porque se está empezando a levantar la cosecha”, lamentó.
Además, informó que ya hay estaciones que tienen quiebre de stock, y recordó que -por la pandemia- el sector viene “de años malísimos”. “Ahora -insistió- que venga un cliente y tener que decirle “no te puedo vender” o “solo te puedo vender 200 litros” es lo peor que puede pasar y las estaciones blancas están en una situación muchísimo peor porque o tienen faltantes o tienen precios que están por las nubes”.
Un problema estructural en Argentina
El representante de FAENI además explicó que el gasoil que se produce en Argentina no alcanza para abastecer todo el mercado interno y, al importar el faltante “vemos el precio internacional”. “Las petroleras ven el precio internacional -dijo Boz-, miran cuál es el costo de su producto y, cuando tienen que salir a venderlo al mercado interno, ven que el precio de venta es inferior al costo que ellos tienen; y yo represento al sector de las estaciones de servicio, que a esta película de precios la vemos desde afuera”.
Por todo esto, el empresario consideró que “hay que ver el gran problema en materia energética en Argentina” y reconocer que si bien que para los argentinos el combustible sea caro, “la realidad es que tiene un precio muy por debajo del precio internacional, si nos comparamos con los países de la región”. En el mismo sentido, explicó que hay dos alternativas: la primera, pagar “el precio que corresponde en el surtidor”; la segunda “congelar los precios y permitir este tipo de mercados distorsionados donde el que quiere más tiene que pagar un precio mayor”.