Por Ignacio Pellizzón
Desde el sector admiten que hay una reactivación económica en la actividad, aunque insisten en que se flexibilicen los límites del aforo y de horario. En el gobierno local entienden que “de acá a diciembre, si la situación lo permite, habrá nuevas flexibilizaciones”.
Por Ignacio Pellizzón
La gastronomía comienza a ver una luz al final del túnel, después de casi dos años de pandemia y de restricciones. Aunque el sector da muestras de una incipiente recuperación económica, todavía algunos protagonistas sostienen algunos reclamos. Los diversos empresarios del sector en Rosario coinciden en que “no tienen sentido” ni la restricción horaria ni sostener el límite de aforo en los salones. La mayoría entiende que con un alto porcentaje de personas vacunadas y con tantas actividades liberadas, no hay motivos para que se sostengan estas limitantes en el escenario actual.
Al respecto, el secretario de Producción de la Municipalidad de Rosario, Sebastián Chale, dijo a Mirador Provincial que el gobierno local “está cumpliendo con los decretos” y confirmó que, hasta el momento, “no se recibió ninguna nota nueva”.
“Tenemos algunos planteos sobre la mesa como, por ejemplo, la de los boliches que buscan abrir los jueves, restricciones horarias, entre otras como la de los gastronómicos más vinculados a la cervecería”, indicó.
Pero, recordó que “es la Provincia la que tiene que ir dando las autorizaciones y flexibilizaciones, porque los municipios no lo pueden hacer por sí mismo, salvo que el Ministerio de Salud Pública lo autorice”, y agregó: “Entiendo que de acá a diciembre, si la situación lo permite, habrá nuevas flexibilizaciones”.
Los reclamos
“Ya no estamos pidiendo subir los niveles de restricciones, sino poner el fin de los niveles. Hay discotecas abiertas donde la gente baila pegada, con lo cual es ridículo que nos exijan una mesa de separación”, disparó a Mirador Provincial uno de los referentes del rubro, Reinaldo Bacigalupo, de Mercado Pichincha.
El gastronómico puntualizó: “En concreto estamos pidiendo el 100% del aforo, volver a la normalidad en salones y veredas. Queremos trabajar tranquilos, con todos los protocolos y avanzar a la nueva normalidad”.
Bacigalupo hizo hincapié en otro detalle al que también suscriben sus colegas. Tiene que ver con el hecho de que toda actividad nocturna culmine a las 3 de la mañana. “Las últimas dos horas se pierden clientes, es decir de 12 a 2 de la mañana. Se trata de un horario fuerte para un rubro específico. Como muchas personas se van temprano al pub, esos turnos quedan sin gente”, explicó.
Ante esta situación, los protagonistas de la gastronomía insisten en que las restricciones horarias “solamente favorecen la clandestinidad”. Esto es así, porque los pibes y pibas a las tres de la mañana salen de los boliches y se van a fiestas en las afueras de la ciudad. Esto es algo que sucede solamente en Rosario, porque nuestros colegas de Córdoba y Buenos Aires están en otra situación”, señaló Bacigalupo.
Otro de los referentes del rubro, Jorge Saun, dueño del bar Gorostarzu, quien fue detenido en una de las varias protestas que los gastronómicos llevaron adelante frente a la sede de Gobernación en Rosario, admitió que “hay una reactivación, se ve, no es un secreto. Nadie dudaba de esto”.
Sin embargo, exponen otro tipo de inconveniente que están afrontando los empresarios locales y tiene que ver con las deudas que contrajeron a lo largo de los meses más duros de la pandemia. “La lucha, ahora, es para que nos condonen la deuda provincial en cuanto a servicios como luz y gas, porque no hay ningún tipo de ayuda o planes de pago accesibles”.
Sauan agrega que tampoco hay una ayuda estatal en relación a Ingresos Brutos. “Se trata de un impuesto abusivo que se cobra decenas de veces sobre un mismo producto”, dijo.
A su vez, convalida lo dicho por Bacigalupo y respalda el pedido: “Seguimos con restricciones, una de las pocas actividades que sigue con límite de horario y de capacidad en el salón. En marzo vamos a cumplir dos años de restricciones, con todo lo complicado que implica seguir sosteniendo esta situación”.
El contexto inflacionario nacional también juega su partido propio en la crisis. “Ahora tenemos otro problema que tiene que ver con la inflación. Cada mes el porcentaje de ganancia es menor y se utiliza para pagar pasivos”, puntualizó Sauan.
A modo de conclusión, el titular de Gorostarzu indicó que “el laburo no es malo, pero estamos muy limitados. Estamos con muchas deudas, tratando de afrontarlas como podemos. Con un gran porcentaje de personas vacunadas en la ciudad vemos que no tiene mucho sentido lo que se está haciendo con el rubro. Estamos con temor de que el año que viene vuelva a suceder lo mismo”.