Hernán Álvarez
El chico de 8 años salió del Sanatorio de Niños, centro médico adonde había sido trasplantado de urgencia el 10 de mayo pasado por su grave estado de salud. Un donante y su familia le salvaron la vida.
Hernán Álvarez
Pablo Albarez, el niño de 8 años que vive en Funes y que había contraído hepatitis aguda severa de causa indeterminada, recibió el alta médica y se retiró del Sanatorio de Niños en Rosario. A las 13.35 salió el nene que había llegado a estar en un estado muy crítico y con alto riesgo de vida días atrás. En silla de ruedas y acompañado por su madre, Vanesa, que lo cuidó estos días, pasó por la rampa y se subió a un coche que lo llevó. Frente a la requisitoria de los medios dijo sólo “gracias a todos”. “Es re valiente”, aseguró su madre. “El lunes pasado (9 de mayo) estaba destruida y hoy estoy re feliz que me lo llevo a mi hijo”, agregó la mujer. No se quedará en estos días en su casa, sino en otro lugar para evitar la llegada de familiares y amigos, según expresó la mamá.
“La evolución fue la esperada y mejor que la esperada. Eso hace que a nueve días de la cirugía podamos darle el alta. Lo cual nos llena de satisfacción”, le dijo a Mirador Provincial el doctor Alejandro Costaguta, director de la Unidad de Hígado y Trasplante Hepático de este nosocomio.
Permaneció en terapia intensiva hasta que salió del sanatorio. “Está (estuvo) por una razón de comodidad, pero podría estar en una habitación común ya desde hace dos o tres días”. A pesar de abandonar el centro de salud, el chico deberá cuidarse en estos próximos días. “Son más intensos cuanto más cerca está del día de la cirugía y se van relajando a medida que transcurre el tiempo y no aparecen complicaciones”, comentó el médico.
Lo que le espera a Pablo es una vida absolutamente normal si no se presentan más inconvenientes por esta enfermedad contraída. “En general, al año del trasplante (de hígado) ya es un niño como cualquier otro. Hace la vida normal de cualquier niño, se integra a deportes, hace las actividades escolares usuales. No tiene diferencias”, aseguró Costaguta. El profesional expresó que sólo debe tomar una medicación y acudir a controles médicos periódicos.
Para prevenir la patología que padeció el niño, el médico reiteró: “Usar mucha lavandina para desinfectar y vacunarse. Hay vacunas efectivas”. La tonalidad amarillenta en la piel y en la zona blanca del ojo junto a orina oscura son síntomas de una hepatitis que requiere tratamiento urgente.
Pablo Albarez había sido diagnosticado con un tipo de hepatitis desconocida el jueves 5 de mayo. Lo había anunciado públicamente la propia ministra de Salud de la Provincia, Sonia Martorano. Había estado en el Hospital de Niños Zona Norte en Rosario y por la gravedad de su caso fue trasladado al Sanatorio de Niños, nosocomio privado que cuenta con un área específica para pacientes con problemas hepáticos. El martes 10 de mayo fue trasplantado en ese centro de salud después de aparecer el órgano de un donante que fue trasladado desde Santa Rosa (La Pampa) en un operativo sanitario especial ese mismo día.