La crisis de navegación en la Hidrovía Paraná-Paraguay alcanzó un nuevo pico de tensión este fin de semana, cuando un carguero de bandera croata, el AP Revelin, quedó varado durante más de 12 horas en las cercanías de San Nicolás, impidiendo el tránsito fluvial en una de las principales arterias comerciales del país.
Este nuevo episodio pone en evidencia una problemática que se ha vuelto alarmante para la economía argentina: la pronunciada bajante del río Paraná, que continúa impidiendo el transporte de mercancías vitales como los granos.
El incidente ocurrió a las 23:55 del sábado, cuando el buque, de 180 metros de eslora, quedó atascado en el kilómetro 341,8 del cauce principal, mientras transportaba 32.000 toneladas de soja con destino a Turquía.
La Hidrovía Paraná-Paraguay es un eje neurálgico para el comercio exterior argentino. Crédito: Reuters/Matias Baglietto
Fuentes consultadas por la agencia Noticias Argentinas señalaron que el buque, que navegaba con un calado de 9,54 metros, fue asistido por el remolcador Candela S, logrando finalmente zafar de su varadura luego de varias horas de trabajo intenso. Se prevé que el AP Revelin reciba una inspección en San Pedro a cargo de la Prefectura Naval Argentina antes de continuar su trayecto.
La situación no es nueva y ha generado preocupación tanto en el ámbito logístico como económico. La bajante histórica del río Paraná ha obligado a las autoridades a establecer un calado máximo de 8,88 metros, lo que pone en jaque a numerosas embarcaciones que superan este límite. Actualmente, hay al menos cinco buques detenidos debido a la imposibilidad de continuar su navegación. La situación afecta las operaciones en puertos clave como San Nicolás, Villa Constitución y Rosario.
A la crisis natural provocada por la bajante del río se suma el malestar por las presuntas deficiencias en el dragado. La compañía a cargo reclama una deuda millonaria impaga, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de las obras de dragado, esenciales para garantizar la navegabilidad.
Con una superficie de influencia que abarca más de 720.000 kilómetros cuadrados, la Hidrovía Paraná-Paraguay es un eje neurálgico para el comercio exterior argentino, sobre todo en lo que respecta a la exportación de productos agrícolas.