Miércoles 9.10.2019
/Última actualización 13:39
Las ruinas del molino de Oroño constituyen un sitio único en Gessler en el departamento San Jerónimo de la provincia de Santa Fe. El lugar es digno de recorrer e invita a conocer su rica historia, que incluye la figura del ex gobernador santafesino Carlos Sylvestre Begnis. El Litoral recorrió el edificio “fantasma” y reconstruyó los años en que tuvo vida.
El Molino San Fernando, fue abierto por la firma Begnis-Pautasso & Cia, propiedad del abuelo del ex gobernador de la provincia Carlos Sylvestre Begnis. Así lo destacó el presidente comunal de Gessler, Juan Pablo Alarcón en diálogo con este medio.
El Litoral El molino, cuando funcionaba a pleno.El molino, cuando funcionaba a pleno.Foto: El Litoral
“(La madre de Carlos Sylvestre) Magdalena nació en 1874, un año después de la fundación de Oroño. Además el abuelo -Domingo Begnis- fue Juez de Paz de la localidad y fundador del Molino San Fernando a finales del siglo XIX. En el año 1877 el pueblo de Oroño contaba con 422 habitantes, y el molino fue el emprendimiento productivo más importante y motor de la economía de la localidad. Por ello cuando el Molino San Fernando cerró Oroño terminó por desaparecer”, expresó.
Actualmente las ruinas del molino permiten dimensionar el potencial productivo de la firma y cómo su caída influyó el la desaparición del paraje. “Oroño contaba con una escuela primaria, una capilla en honor a San José, el molino y las viviendas de las familias que trabajan en el emprendimiento productivo. Todo lugar cuando sus habitantes se van, el lugar se fue deteriorando, los dos incendios del molino a finales del siglo XIX llevaron al cierre de la actividad molinera”, aclaró Alarcón.
El Litoral El plano de Oroño, cuando el pueblo estaba en su apogeo.El plano de Oroño, cuando el pueblo estaba en su apogeo.Foto: El Litoral
Tras el cese de las actividades del molino, comenzó en Oroño un progresivo despoblamiento. “El 7 de mayo de 1957, con la firma del decreto Nº 04591, la colonia fue suprimida y su administración pasó a estar bajo jurisdicción de la comuna de Gessler”, cerró el actual jefe comunal de la localidad santafesina.
El Litoral La comuna de Gessler se encarga de mantener los alrededores del predio.La comuna de Gessler se encarga de mantener los alrededores del predio.Foto: El Litoral
Molino, producción y sociedad
Fanny Magnin, ex docente e historiadora de la localidad, investigó sobre el funcionamiento del molino y de la desaparecida comunidad de Oroño. El Litoral charló con ella y destacó la importancia que tuvo el molino harinero para esa región. “Fue muy importante en los primeros años de la colonia, pero a raíz de dos incendios a finales del siglo XIX terminó por cerrar, además de la crisis económica que afectaba al país. Algunos pobladores de aquella época decían que detrás de los dos incendios había un seguro muy grande, pero no hay ninguna certeza sobre este tema”, sostuvo.
Magnín precisó que Oroño llegó a ser en los últimos años del Siglo XIX una colonia mucho más importante que Gessler. “Tras la caída del molino y el cierre del ferrocarril, la gente de Oroño se fue mudando a Coronda y Gessler”, comentó.
El Litoral El personal del molino, con una mujer trabajadora. Toda una novedad para la época.El personal del molino, con una mujer trabajadora. Toda una novedad para la época.Foto: El Litoral
La ex docente contó un dato no menor a la hora de reconstruir cómo era Oroño y el funcionamiento del molino. “La mayoría de los trabajadores eran italianos y de la banda oriental del Uruguay. También había una mujer que formó parte de la planilla de trabajadores, como lo muestra una foto de la época. No se sabe a ciencia cierta qué tareas realizaba pero sí que se desempeñaba en la firma”, apuntó.
Gentileza Marcelo Taleb Desde el aire. Así lucen las ruinas del molino vistas desde un drone.Desde el aire. Así lucen las ruinas del molino vistas desde un drone.Foto: Gentileza Marcelo Taleb
La importancia de proteger los lugares históricos
El paso del tiempo afecto (y mucho) la estructura del Molino San Fernando. Como se explicó con anterioridad estas ruinas es lo único que quedó en pie del ya desaparecido pueblo de Oroño. Un pedazo de historia santafesina vive entre las paredes de ese gigante de la producción y es importante que se resguarde y sea reconvertido en un espacio cultural y por qué no en un museo.
El Litoral El viejo molino guarda secretos con más de 100 añosEl viejo molino guarda secretos con más de 100 años. Foto: El Litoral