La historia del visitante ilustre que llegó a las colonias agrícolas en 1884
El escritor italiano Edmundo De Amicis, autor de la famosa obra “Corazón”, visitó varias localidades santafesinas. Consideraba a la Argentina como la “nueva Italia”. Se hospedó en casas de sus compatriotas, fue padrino de bautismos y se quedó prendado por el “bellísimo bosque que se extiende entre Santa Fe y Esperanza”.
Archivo El Litoral De Amicis fue la voz más representativa de una corriente literaria que se caracterizó por su fuerte emotividad y gozó de gran aceptación en Italia a finales del siglo XIX. En las colonias fue recibido efusivamente por sus compatriotas.
Nacido en 1846 y fallecido en 1908, Edmundo De Amicis fue uno de los escritores italianos más célebres de la segunda mitad del siglo XIX. Es, sobre todo, conocido por la obra “Corazón” que narra, bajo el formato de diario, las vivencias de Enrique, un niño de Turín, que se intercalan con cartas dirigidas a sus padres y cuentos cortos. Dos años antes de publicar el título que lo haría inmortal, De Amicis visitó la República Argentina (a la que consideraba la “Nueva Italia” por la fuerte corriente inmigratoria) y particularmente recorrió las colonias agrícolas santafesinas. Esta experiencia le aportó muchísimo material para sus trabajos, tanto “Corazón” como “Impresiones de América”.
El escritor llegó a la ciudad de Buenos Aires a principios de abril del año 1884. Su propósito era realizar una gira por la Argentina. Desde Buenos Aires se trasladó a la ciudad de Santa Fe por el río Paraná, a bordo de una embarcación a vapor llamada “Tridente”. En la capital provincial realizó una visita de cortesía al entonces gobernador de la provincia, doctor Manuel María Zavalla y al ministro José Gálvez. Luego emprendió su viaje por las colonias agrícolas de Santa Fe, que se extendió hasta el mes de mayo. Concretamente, visitó Esperanza, Cavour, Pilar, San Jerónimo, San Agustín y El Sauce, donde observó con especial interés la vida de los aborígenes.
Archivo El Litoral El templo de San Carlos Centro en el siglo XIX
El templo de San Carlos Centro en el siglo XIX. Foto: Archivo El Litoral
Padrino y misa
Los detalles de su estadía en la colonia San Carlos fueron investigados puntillosamente por Juan Jorge Gschwind. En su libro sobre la historia de esa ciudad, recuerda que durante su estadía en San Carlos, donde fue recibido efusivamente, De Amicis actuó como padrino de una niña, la hija legítima de Gelindo Remonda y Mariana Ganetti, de Suiza. La pequeña falleció el 30 de junio del mismo año, es decir pocos meses después. También llegó hasta el molino de Guillermo Bauer, por entonces el más grande de Sudamérica, que recorrió detenidamente.
A su vez, este visitante ilustre tuvo la oportunidad de presenciar la salida de los feligreses de una misa dominical, en un tiempo en el cual la religión reunía al pueblo entero en una de las actividades sociales que eran más valoradas. Todo eso quedó grabado en la memoria del escritor, quien dejó registro en su obra “Impresiones de América”. “En todo el derredor de la plaza había centenares de volantas; a un lado una larguísima fila de caballos de silla con las cinchas tricolores. La iglesia se hallaba llena hasta la puerta; muchos labradores estaban oyendo la misa fuera del templo, unos de rodillas y de pie otros, teniendo el sombrero apretado contra el pecho”, escribió.
Archivo El Litoral Familia de inmigrantes, pobladores de San Carlos.
Familia de inmigrantes, pobladores de San Carlos. Foto: Archivo El Litoral
Un hombre maravillado
De Amicis quedó satisfecho por su visita al territorio de lo que actualmente es el departamento Las Colonias, en especial porque se sintió como en su tierra natal. Uno de los párrafos que escribió sobre su visita demuestra este punto: “un enjambre de jovenzuelos y de niños se llamaban por sus nombres entre la multitud, con los diminutivos acostumbrados de los piamonteses, y reconocí la pronunciación del Alejandrino, del Pinerolo el de la provincia de Cuneo y de otros lugares cuya acentuación era tan clara como la de la misma madre patria”.
Similar impresión le causaron las numerosas charlas que mantuvo con los colonos. “Casi todos deseaban volver al país natal antes de morir; al menos una vez, una vez sola, para volver a ver al padre, la madre, el pueblo, aquel ángulo del cementerio, aquellos valles, las montañas aquellas”, aseguró en sus escritos.
Sin embargo, el dato más colorido lo aporta en esta breve crónica de su periplo. “Cuantas cosas nuevas, raras, grandes conmovedoras, había visto desde mi partida de la Capital de la República. Primero aquel inmenso río Paraná, en una maravillosa noche de luna; después el bellísimo bosque que se extiende entre la antigua ciudad de Santa Fe y la Colonia de Esperanza, todo lleno de árboles de paraíso, espinillos y grandes bambúes, de amplias y graciosas melenas, una especie de parque inmensurable, lleno de palomitas de la virgen y de cardenales temblando sobre los flexibles arbustos como rojas flores vivientes”.
Archivo El Litoral El retrato de José Gálvez, ministro del gobierno de Manuel María Zavalía
El retrato de José Gálvez, ministro del gobierno de Manuel María Zavalía.Foto: Archivo El Litoral
Materia prima para su obra
Susana Colombo (en una nota publicada por la revista Nosotros del diario El Litoral en 2008) explicó que el viaje de De Amicis a las colonias le brindó la base sobre la cual escribirá acerca de la emigración italiana a nuestras tierras. En el mismo libro ‘Corazón’ aparece su primera referencia a ese flujo migratorio, en el cuento mensual ‘De los Apeninos a los Andes’, sobre un niño de 13 años que parte de Génova hacia Buenos Aires en busca de su madre, quien había viajado hasta allí para procurar un trabajo. “Se trata de un maravilloso relato sobre las vicisitudes por las que atravesaban nuestros inmigrantes, escrito desde la perspectiva de un niño", decía la escritora en el mencionado artículo.