Ignacio Pellizzón | [email protected]
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Es una de las medidas más esperadas y peleadas por el sector gastronómico: extender el horario de atención nocturna. Finalmente, en el marco de una mejora en la situación epidemiológica, la provincia de Santa Fe dispuso una extensión en el horario de cierre de los bares y restaurantes. A partir de ahora, los comercios gastronómicos podrán funcionar hasta la 1.30 de domingo a jueves y hasta las 2.30 los fines de semana.
Desde la gestión del gobernador, Omar Perotti, escucharon el reclamo del sector que, inclusive, envió una carta solicitando que se flexibilicen las restricciones ya que las mismas estaban generando “un impacto letal en los establecimientos gastronómicos por la reducción de trabajo”.
Por este motivo, desde el Ministerio de Trabajo de la provincia, informaron que la extensión del horario de cierre es de una hora más a la que ya se encontraba habilitada. Por lo tanto, los días de semana los bares pasarán de cerrar 00.30 a 1.30 y los fines de semana y víspera de feriado se mantendrán abiertos hasta las 2.30.
El anuncio fue oficializado este miércoles por la tarde en una conferencia de prensa, aunque aún no está definido si los nuevos horarios entran en vigencia desde este fin de semana o a partir de marzo, cuando se venza el actual decreto provincial.
Pese a esta novedad, desde algunos espacios gastronómicos de Rosario no se sienten del todo satisfecho. Es que según señalaron a El Litoral desde Mercado Pichincha esperaban “el fin de las restricciones, como sucede en otras provincias”, afirmó, uno de sus referentes, Reynaldo Bacigalupo.
Según indicó el empresario, la caída de la facturación “es de un 40% con respecto al año anterior”, lo que refleja que, en un contexto de “deudas millonarias”, las nuevas medidas no sean del todo acorde a la “crisis que estamos atravesando por la pandemia”, aseguró.
Esta situación económica compleja que viene atravesando el sector, se ratifica con los últimos datos difundidos por el Indec con respecto al 2020: el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), un anticipo del Producto Bruto Interno (PBI) que se publicará el 23 de marzo, estimó que la economía cayó 10% el año pasado y registró una contracción de 2,2% en diciembre respecto al mismo mes de 2019, informaron.
Pero, la buena noticia, es que, con la llegada del verano, las reaperturas de los distintos negocios y las vacaciones, el Indec sí se registró una suba en el nivel de actividad de 0,9% en diciembre con respecto a noviembre –siempre hablando del 2020-, con lo que se llegaron a acumular ocho meses consecutivos de recuperación en ese sentido.
Con una mirada más global, el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), Ricardo Diab, expresó, en diálogo con El Litoral, que la extensión horaria es una buena medida, pero que los números de enero y febrero 2021 reflejan una fotografía de cómo se encuentran los comerciantes de la ciudad.
Solamente en el mes de enero “detectamos una caída en volumen de consumo en el orden del 5, 8%”, pese a haber tenido en el medio el festejo de Reyes Magos, “que marcó una caída de 14% en comparación con 2020, en cuanto a las ventas”, indicó Diab.
Si uno mira la película, detecta que “la pirámide marca que lo que menos descendió tiene relación directa con el consumo en lo esencial como alimentos y farmacias, que no superar la caída del 2%”.
Sin embargo, a medida que uno se aleja de los negocios vinculados a lo más vital, “la caída es importante en marroquinería, calzados, indumentaria, electrodomésticos”, entre otros, añadió el presidente de AER.
Y, adelantó, que en febrero “estimamos que también tengamos una caída importante con relación a 2020; seguramente darán negativo los números y, aun así, con el tema de inicio de clases –estimado para el 25 de marzo-, sabemos que tampoco hubo mucho movimiento en ventas, más allá de propuestas y ofertas que están surgiendo”.