Ignacio Pellizzón
Todos coinciden en que el impacto será muy duro y que sin asistencia estatal los despidos y los cierres aumentarán. Sin embargo, algunos sectores le bajan el tono a la crítica y plantean que es una medida que busca evitar el colapso sanitario.
Ignacio Pellizzón
La gran mayoría de los sectores afectados de forma directa en Rosario por las nuevas restricciones impuestas por el gobernador de la Provincia de Santa Fe, Omar Perotti, saben que el impacto desde lo económico será brutal. Pero hay algunas voces que, pese al panorama oscuro que se avecina, le bajan el tono a la crítica y se posicionan en un lugar de mayor comprensión.
Los casi 1.000 casos registrados en la ciudad y los más de 3.200 en todo el territorio provincial del martes obligaron a las autoridades a que se tomaran nuevas medidas. Si bien algunos rubros productivos se la veían venir, otros esperaban una respuesta económica por parte del Estado previo al decreto.
Los comercios que no son esenciales deberán cerrar a las 17 horas. Esto “no solo impacta de forma negativa en cuanto a la circulación y la caída de las ventas”, sino también que golpea desde el aspecto “psicológico”, destacó a Mirador Provinical el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), Ricardo Diab. La diferencia entre “lo esencial y lo que no lo es”, es sabido que “traerá más caída económica” y seguramente “más cierre de comercios” aseveró Diab, aunque se mostró esperanzado de que esta “casi fase 1” pueda servir para “mermar la situación”.
El referente de AER entiende que a “nadie le gustan las medidas”, pero dadas las circunstancias y si esto sirve para que se le “quite el estrés” al sector de la salud, que se encuentra al borde del colapso, “creo que es valedero el esfuerzo”, cerró.
Totalmente contraria es la mirada que tiene Reynaldo Bacigalupo de Mercado Pichincha, referente del sector gastronómico de uno de los corredores más importantes de Rosario. Desde su óptica, las nuevas restricciones “son más de lo mismo”, disparó. Porque advierte que “sin ayuda” los negocios “seguirán cerrando” y aumentará la cantidad de gente que “quedará en la calle”.
“Parece que tengo un cassette, pero es lo que pasa”, admite. Bacigalupo ruega porque el Estado provincial “que es rico y tanto esfuerzo les pide a los privados” pueda ayudarlos a atravesar este duro panorama que se pone en marcha desde este jueves a las 0 horas.
La situación de los clubes de la ciudad también es calamitosa. Con prácticamente ninguna actividad habilitada para desarrollar, desde la entrada en vigencia del nuevo decreto, las instituciones se encuentran al borde del abismo. Cuando las puertas están cerradas o las restricciones son muy altas, los socios no solo dejan de acercarse a los clubes, sino que también dejan de pagar la cuota, principal ingreso para las arcas de las entidades.
Para Sebastián Franco, presidente del Club Provincial, uno de los más grandes de Rosario, “la situación es grave”, porque “prácticamente no queda actividad por realizar”, señaló a Mirador Provincial. Esto genera “complicaciones” en la recaudación porque avizora que muchos optarán por priorizar otros pagos antes que la cuota.
“Sin ningún subsidio es muy difícil mantenerse en pie”, enfatizó Franco, porque “pese a que no somos una institución con fines de lucro, hay muchos gastos corrientes que afrontar”. A modo de deseo, el presidente del club Provincial destacó que le gustaría que haya “más fluidez” en la comunicación entre el gobierno provincial y las instituciones, más allá de estar disponibles para despejar dudas.
Con una mirada más cercana a la del titular de la AER, el vocero del Casco Histórico de la ciudad, Fabio Costa, expresó que se entiende que hay que “ir en el sentido de que no colapse el sistema necesario”, pero “sabemos que el impacto va a ser muy duro”.
Las consecuencias en el centro “van a ser peores que en los barrios”, dijo. Esto va a “profundizar las crisis” de cierre de comercios, el aumento de despidos. Por eso, “vamos a tratar de gestionar compensaciones” para alivianar el contexto.
Costa resaltó que, desde la Provincia, a través del Ministerio de Comercio Interior, les enviaron una nueva posibilidad de acceder a convenios con las EPE para poder pagar las deudas contraídas en 2020, donde las galerías comerciales son las principales afectadas, “lo cual es una ayuda”.
Y adelantó que le solicitarán al gobierno nacional “que vuelvan los ATP”, porque los REPRO II “son difíciles de acceder” para los pequeños comerciantes. Lo que se viene “es muy duro”, así que “hay que prepararse” para un centro rosarino que “va a sufrir mucho”, cerró.