Este martes la comunidad de Humboldt realizó un sentido homenaje a los vecinos de esa localidad del departamento Las Colonias que fallecieron a causa de la pandemia de Covid-19. Durante el acto del que formaron parte familiares y cuerpo sanitario del pueblo, quedó inaugurada una obra del artistas Federico Franco que recuerda a los vecinos de la localidad y constituye un “espacio de la memoria” para las generaciones futuras.
En diálogo con El Litoral el presidente comunal Duilio Rohrmann manifestó que el objetivo es evitar que se olvide una experiencia traumática que Humboldt, el país y el mundo aún siguen padeciendo.
“Que quede reflejado en el tiempo es importante. Los pueblos debemos tener memoria y que es importante dejar plasmados acontecimientos como éste, que marcan un antes y un después, para que nuestras generaciones venideras tengan registros de nuestra historia y conozcan de la necesidad de una comunidad unida para hacer frente a situaciones muy complejas dónde todo es incertidumbre”.
Rohrmann señaló que de la iniciativa para recordar a las víctimas participaron diferentes actores. “No hay que olvidarse de lo que pasó. Cuando recordamos la lista de las 19 personas fallecidas en nuestra localidad fue muy duro. Cuando uno lo repasa todo junto nos ponemos a pensar porque no están más, no tenían un motivo: no fue un accidente o una enfermedad crónico. Fue algo que vino de repente y se los llevó. Por ello la necesidad de hacer un monumento que los recuerde”.
El Jefe Comunal remarcó que se trató de un sentido homenaje a quienes han enfrentado la peor parte de todo esto. “La obra simboliza un reloj plano sobre el piso, pero con las agujas orientas hacia el cielo en una forma de oración. Está ubicado en la parte central del cementerio, aun costado de la cruz que donó hace 40 años el Club de Madres.
Durante la ceremonia Rohrmann agradeció a quienes trabajaron desde el principio. A los que estuvieron en primera línea y a las personas que contribuyeron cosiendo batas, barbijos y otros elementos sanitarios.
“Fue en un abrir y cerrar de ojos... una pandemia que ya venía castigando a otras partes del mundo, llegó de forma inédita, imprevista y sorpresiva. Las agujas de nuestro tiempo se detuvieron y tuvimos que aprender a convivir con otra realidad. Todo era incertidumbre, miedo, preocupación, angustia, hasta descreimiento por parte de algunos. Nos paralizamos, el mundo se paralizó. Nos vimos obligados a vivir de otra manera, a cambiar de hábitos”, describió.
En otra parte del discurso el titular del Ejecutivo local manifestó que la pandemia nos obligó a mirar a los costados.
“Descubrimos a otros atravesando la misma situación. En un mundo inhóspito, debimos multiplicar gestos de hospitalidad. Tuvimos que ser pacientes. Cada uno tuvo roles diferentes, algunos más responsabilidad que otros frente a esta situación tan inesperada. Fue un tiempo en que debimos unirnos como comunidad, todos necesitamos de todos: necesitamos comprensión, paciencia, atención, colaboración, solidaridad, oraciones, palabras de aliento, esperanzadoras, ya que todos perdimos. Perdimos sueños, proyectos, trabajos, afectos, seres queridos. Y sentimos una enorme tristeza, porque fueron conocidos, amigos, vecinos, familia y no pudimos acompañarlos ni despedirlos como hubiésemos deseado, nos quedó un gran vacío”.
Por último Rohrmann señaló que los pueblos deben tener memoria porque en ella quedan plasmados todos los acontecimientos trascendentes, que nos hacen resilientes.
“Este espacio, al que denominamos “espacio de la memoria”, constituirá será un símbolo para que las generaciones venideras sepan de un acontecimiento que nos puso a todos los seres humanos en la misma condición de vulnerabilidad y es principalmente nuestro homenaje muy sentido hacia quienes partieron hacia otra dimensión durante éstos tiempos tan difíciles”.