En un contexto muy difícil, la industria santafesina cierra 2021 con un balance positivo. La recuperación del sector es una buena noticia en el medio de una economía provincial y nacional que venía mal y que empeoró con la llegada del coronavirus.
El sector fabril ha sido uno de los mejores dentro de la economía santafesina. 2021 cerrará con números alentadores y mejores que años precedentes. A pesar de las condiciones desfavorables, la industria santafesina sigue con su producción a buen ritmo.
En un contexto muy difícil, la industria santafesina cierra 2021 con un balance positivo. La recuperación del sector es una buena noticia en el medio de una economía provincial y nacional que venía mal y que empeoró con la llegada del coronavirus.
Mariano Ferrazzini, tesorero de la FISFE (Federación Industrial de Santa Fe) y presidente de la UIA (Unión Industrial Argentina) región Rosario, habló con Mirador Provincial sobre este año en su rubro.
-¿Cuál es el balance que se hace de 2021?
-Es un año que si bien no tuvimos cierres de empresas a causa de la pandemia, empezamos el año con un impacto muy importante. La industria se fue recuperando rápidamente y terminamos el año superando inclusive los niveles de 2017 en la provincia de Santa Fe. Cuando hacemos un balance, si el año pasado pensábamos que íbamos a estar en diciembre en esta situación, te digo que no. Claramente no esperábamos una recuperación tan rápida del sector industrial por el daño del entramado industrial que se produjo desde 2018, 2019 y luego con la pandemia. Es un balance bastante bueno y genera una expectativa que 2022 pueda ser también un buen año para nuestro sector.
-¿Cuáles fueron las razones que llevaron a este repunte tan grande?
-Hay varios factores que hicieron que la recuperación sea muy rápida. Una de ellos es que en la pandemia bajaron mucho los sectores industriales y no así la producción primaria. Entonces hay sectores como maquinaria agrícola, implementos agrícolas que rápidamente recuperaron la capacidad de producción y venta. Ese mercado se dinamizó muy rápido. Por otro lado, hay sectores como las TIC o sectores de consumo masivo donde la pandemia no los afectó. Inclusive por el contrario, muchos sectores se vieron beneficiados por el cambio en el hábito de consumo de la gente. La administración de comercio exterior hizo que se utilice mucho más la capacidad instalada en sustitución de importaciones.
-¿Se puede pensar en un 2022 que también se mantenga en esta línea?
-Tenemos dos grandes pilares. Uno es la macroeconomía y el otro pilar son las herramientas de desarrollo industrial. Sin lugar a dudas, el pilar de la macroeconomía está complicado. Tenemos muchas dificultades. Algunas se generaron en la pandemia, pero muchas otras vienen de arrastre. Por deuda externa, por acuerdos primero con tenedores de deuda y ahora con el fondo monetario (FMI). En la medida en que podamos resolver exitosamente o con cierto éxito esas dificultades es muy factible que la macroeconomía empiece a acomodar sus variables y esto nos genere un ámbito de negocios mucho mejor. Por otro lado, las herramientas. Si bien el gobierno nacional hoy tiene más de 150 programas para el sector industrial, no es fácil acceder cuando se tuvo un daño en las finanzas en estos últimos años tan importante. Sobre todo el sector pyme está complicado para acceder a esos beneficios. Esos son los puntos que nos generan incertidumbre. Desde el punto de vista industrial, está claro que los activos industriales no los perdimos. Son los que nos están marcando esta recuperación tan rápida. Todavía tenemos una capacidad instalada que podemos seguir utilizando en mayor porcentaje. Hoy nuestra provincia tiene una capacidad instalada en uso del 61 por ciento. Todavía tenemos espacio para crecer sin tener que hacer grandes inversiones.
-Dentro de la industria acá en la zona sur, ¿cuál fue la que anduvo mejor?
-En la provincia, la estrella de la industria fue el sector de maquinarias agrícolas. No hay ninguna duda que han tenido una dinámica muy, muy buena, pero también hay otros sectores que se han recuperado muchísimo. Las fábricas de heladeras, que en el Gran Rosario es un sector muy pujante, se han recuperado y hoy están trabajando en niveles realmente muy altos. La recuperación es cada vez más homogénea. El 80 por ciento de las ramas industriales de la provincia de Santa Fe están por encima de 2018.
-¿Cuáles son los que están un poco más retrasados?
-Tenemos dos sectores. Primero aquellos que fueron muy afectados por la pandemia. Por ejemplo, todo lo que son colectivos de media y larga distancia. Que tenemos un polo muy importante aquí en la región de Rosario. Recién en este año, en el segundo semestre, empiezan a tomar una dinámica más importante. Esto está estrechamente vinculado con la imposibilidad de utilizar justamente el transporte de media y larga distancia todo el año pasado. Ha generado un daño en las empresas muy importante. La industria hotelera, la gastronomía han sido golpeados y hoy se vienen recuperando, pero el daño hecho todo el año pasado es considerable.
-En cuanto a la macroeconomía, ¿cuáles son las cosas que ustedes desde su sector piden?
-Como pedir, se pueden pedir muchas cosas. La restricción en el comercio internacional por la falta de dólares en la economía es un problema. Las reservas no se pueden regenerar de un día para el otro. Allí hay una administración. Estamos en la federación todo el tiempo gestionando las posibilidades de que esta administración de los recursos no choque contra el desarrollo industrial. Ese sería un punto en el que estamos complicados. El otro gran punto es el mismo que afecta a la sociedad que es la inflación. Después de la pandemia el mundo cambió. El mundo hoy tiene inflación. Las materias primas han subido en origen y esto genera una presión sobre los precios de venta en el mercado local. Tenemos un doble problema. El problema local que arrastramos hace muchos años. Y un problema internacional de inflación y de logística que es muy complejo.