Por Eloy Rodríguez
Hace meses que la ciudad está azotada por robos, algunos incluso a plena luz del día, por distintos hechos de vandalismo, destrozos a comercios, agresiones (generalmente los fines de semanas a la salida de los locales de diversión), agravios a través de las redes sociales, por la violencia ejercida hacia la mujer y por enfrentamientos entre vecinos y de estos con las fuerzas policiales, destrozando sus vehículos con solo verlos llegar al lugar de los hechos delictivos.
Por Eloy Rodríguez
El crimen cometido, el pasado domingo 18 de este mes, por un menor a otro menor, desnudó un escenario de violencia propicio para ejercerla, incluso con el intento de incendio de la vivienda del agresor, trasladando estos ataques hacia una unidad móvil del Servicio 107 de Salud.
Con motivo de este hecho ciudadanos de la ciudad se manifestaron frente a la Unidad Regional XII de Policía, como así también frente a la Fiscalía, exigiendo Justicia.
Esto da lugar a las constantes discusiones sobre la inimputabilidad de los menores, limitando la acción de quienes son los encargados de brindar seguridad por la vigencia de un Código que no permite su encarcelamiento, sino, todo lo contrario, proveer a la libertad casi inmediata del menor detenido, con el fundamento que busque medidas alternativas, que no dan resultado debido al alto porcentaje de desocupación que existe en Tostado.
La idea generalizada es que el fácil acceso a las drogas agrava el panorama social ante la falta de respuestas de los funcionarios que debieran velar para que esto no ocurra. “Tostado es una ciudad chica y muchos vecinos saben quiénes son los que comercian todo clase de estupefacientes sin ningún tipo de control. El problema no es el perejil sino el distribuidor”, manifestaron muchos vecinos.
La Municipalidad y el Senador Provincial, han mantenido reuniones con fuerzas policiales, fiscales de la ciudad y regionales, como así también con vecinos de distintos barrios de la ciudad de Tostado, que no han tenido el éxito esperado. El problema es mucho más profundo y está enervado por la desigualdad y la falta de control del comercio de la droga.
Se han realizado todo tipo de manifestaciones, marchas y concentraciones para tratar de despertar la conciencia que hace falta para combatir los distintos flagelos que atraviesan la comunidad tostadense.
Sobre la problemática de la droga, Marina Rojo, médica egresada y Magister en Salud Pública de la UBA y Máster en Informática en Salud en el Hospital Italiano de Buenos Aires, afirma que “Hay que decirlo con todas las letras: no hay droga buena. Hay que decirlo de la manera más descarnada posible: no hay droga buena porque no hay muerte buena. Y la droga mata. Todas las drogas matan: Más temprano o más tarde. Algunas matan en forma fulminante y otras lo hacen por goteo: primero te esclavizan, te hacen adicto, te dominan hasta que finalmente, cuando menos lo esperas, te quema la cabeza. Los convence de que el veneno criminal tiene algún tipo de efecto positivo, perdiendo la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo”.
Varios especialistas manifiestan que la inseguridad no se soluciona solo con represión, la compra de móviles policiales, más nombramientos de efectivos, la baja en la edad de imputabilidad y la construcción de más cárceles, sino también a través de la justicia y la prevención coordinada entre las distintas áreas del gobierno, mediante programas, jornadas y talleres que apunten a generar oportunidades de inserción laboral, expresiones culturales, prácticas deportivas, centros de rehabilitación, como también mejorar los espacios públicos y comunitarios y calles bien iluminadas.
La prevención en Tostado es una materia pendiente.
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