Por Gustavo Capeletti
El magistrado federal criticó el tratamiento del caso que cobró la vida de 24 personas en GBA. Bregó por un abordaje intersectorial de este flagelo social. Y pidió a la sociedad que delate a los vendedores.
Por Gustavo Capeletti
El juez federal de Reconquista, Dr. Aldo Mario Alurralde, se refirió al caso de la cocaína adulterada que causó 24 muertes en el Gran Buenos Aires y criticó el enfoque mediático que adquirió esta tragedia: “A mí me gusta la precisión en los términos, me refiero a lo que sale en muchos medios que hablan de droga envenenada, pero la droga es veneno”.
El titular del fuero nacional con jurisdicción en el norte santafesino, afirmó al respecto que “si usted va a la definición de la Real Academia Española veneno es la sustancia que introducida en un ser vivo es capaz de producir graves alteraciones funcionales en inclusive la muerte. ¿Acaso, la cocaína, aunque sea de máxima pureza, no ocasiona graves alteraciones funcionales? Sí, la ocasiona, entonces más que droga envenenada es el veneno envenenado”. Sobre el punto fue más que claro: “No es una sustancia pura que de golpe se la envenena, sino que es veneno al que se le agrega más veneno”.
El funcionario judicial sostuvo la importancia de señalar esa realidad para “no dar lugar a aquellas teorías o aquellos ideólogos de la liberación del consumo, sobre todo de este tipo de sustancias que ya vemos los efectos”. “Por más que sea de la máxima pureza el veneno no deja de ser veneno, independientemente de la sustancia que le agregue y si se le agrega o no una sustancia”, aseguró.
Luego, expuso que, en el norte provincial, donde tiene su competencia judicial, “hemos visto como procedimiento de estiramiento de la droga la utilización de ansiolíticos, antidepresivos, hemos tenido casos de hasta de uso de veneno para ratas, de vidrios molidos de tubos fluorescentes”.
Es decir, prosiguió, que hay muchas sustancias que se han encontrado en muchos procedimientos y “a nosotros nos sirve porque nos indica si la droga tiene una finalidad inequívoca de comercialización. Esto porque si alguien que manifiesta que es adicto tiene droga en su casa no la va a estirar para consumir, salvando las diferencias eso es como comprar un buen vino y agregarle agua para estirarlo más”.
“Pero así sea estirada con agregado de productos o no agregado, es veneno. Esa es la primera definición que tenemos que tener en claro”, puntualizó.
Parámetro
El Dr. Alurralde estimó que por lo ocurrido en GBA el tema adquirió relevancia porque “como han sido casos terminales en un breve período de tiempo, el adicto alcanza a delatar quién le vende, pero eso no es la generalidad. Acá ningún adicto viene y nos dice ‘a mí me está vendiendo fulano de tal’. Y no contabilizamos a aquellas personas a las que la droga las ha matado lentamente, porque no existen ese tipo de estadísticas, porque no surgen informes tampoco de los efectores públicos, sobre todo de salud, de personas que ingresan con crisis producto de las adicciones”.
Entonces, esa es la realidad con la cual se trabaja, lamentó, y reflexionó que, por eso, más allá de que llegue a esta zona droga con fentanilo o con sustancias que puedan ocasionar la muerte, el “problema real es que llegue la droga, ese el parámetro que tenemos que tener en cuenta”.
El magistrado dijo que es bueno tener en cuenta el trabajo previo de la justicia federal y las fuerzas de seguridad para que ello no ocurra, pero también es importante la reacción de la sociedad: “Lamentablemente, el tema excede a la opinión pública y eso hace que se instale, pero nosotros hace 11 años que venimos hablando de esto y pidiendo que se aborde desde toda la sociedad en su conjunto, desde todos los sectores. No solamente desde el Poder Judicial o del sector prevencional, sino de todos los sectores”.
Por último, dejó un mensaje para la comunidad: “Siempre refiero a no hacer ciudades amigables con la droga, eso significa a que se denuncie, a que se avise, se delate, a que se ponga en evidencia a quien está trayendo el veneno a nuestra zona”.