La localidad de Oroño que existió desde hace 150 años y desapareció hace 66
En honor al corondino que fuera gobernador de Santa Fe e intendente de Rosario y que era dueño de las tierras que ofrecía a los inmigrantes con muchas facilidades. En agradecimiento, pusieron su apellido a ese poblado que existió durante 84 años.
Nicasio Oroño fue gobernador de la provincia, senador nacional, diputado nacional, funcionario provincial, el primer intendente de Rosario, nacido en Coronda, impulsor de muchas reformas en el Siglo XIX, generador de colonias para habitar y fundar localidades, incluso desde sus propias tierras… ;”Estamos seguros de que no existe un olvido total: las huellas, una vez impresas en el alma, son indestructibles”;. Frase utilizada para recordar al pueblo de Oroño, cuyas ruinas están ubicadas al sureste de Gessler y al oeste de Larrechea, sobre la Ruta Provincial 64.
Había una vez una localidad nacida el 19 de marzo de 1873 y cerrada administrativamente como tal el 7 de mayo de 1957. Sin embargo, y a pesar de que su vida propia se prolongó sólo durante 84 años, este domingo desde Gessler recordaron los 150 años del origen del pueblo bautizado así en honor del Dr. Nicasio Oroño.
Precisamente, por la mañana dominguera se descubrió el cartel alusivo frente a las ruinas del Molino Harinero; “San Fernando”; en presencia de la comunidad que se acercó a celebrar y de algunos descendientes de antiguos habitantes y trabajadores de Oroño.
Los recuerdos de Oroño.
Se otorgaron algunos presentes y reconocimientos a personas destacadas, y los miembros del Equipo Comunal plantaron un simbólico árbol. Para finalizar el breve pero sentido acto, se invitó a los presentes a ingresar al viejo Molino a degustar un desayuno.
Historia hermanada
La historiadora local, Prof. Silvana Neumann, que escribió un libro en base a ambas localidades luego fusionadas en una, explicó que “Gessler nació en 1872 y Oroño en 1873, pertenecían al mismo distrito, porque cuando hacen el censo de 1887 lo tomaron todo junto pero eran dos colonias agrícolas diferentes”.
El nombre de la desaparecida localidad se debe a que “el dueño de estas tierras era Nicasio Oroño, heredadas de su padre Santiago. Esos terrenos, la estancia, las vende luego a los inmigrantes que en este pueblo iniciaron su actividad con mucho ganado vacuno” prosiguió la docente. Santiago Oroño -1802-1869- fue militar con el grado de capitán, estuvo al mando del Brigadier Estanislao López y gracias a sus triunfos en distintas batallas, recibió como pago muchas tierras, como por ejemplo las heredadas a su hijo.
Luego la investigadora agregó que: “Oroño sostenía que la inmigración debía ser espontánea, la artificial era por ejemplo Colonia San Carlos o Colonia Esperanza, una compañía les hacía firmar un contrato y tenían que devolver un tercio de la cosecha por un tiempo determinado para ser dueños” ante lo cual el gobernador de Santa Fe entre 1864 y 1867 explicaba que “era mejor la espontánea porque el inmigrante pagaba su tierra y se sentía más libre. Los dos primeros años los inmigrantes fracasaron por cuestiones climáticas y por la invasión de vizcachas, Oroño les extendió un año más el pago de las tierras. Había puesto como encargado a Emilio Bocisio, de Coronda, para que siga vendiendo los terrenos que quedaban y le pagaran en cuotas.
Después de la crisis Nicasio Oroño los esperó, y sin intereses, le cedió a cada familia una concesión de pastoreo de forma gratuita para sobrellevar las dificultades” teniendo en cuenta que Oroño fue impulsor de las colonias de inmigrantes.
Los recuerdos de Oroño.
Neumann explicó también que “el 19 de marzo es San José, porque era el Patrono que habían elegido para la capilla local. Como no tenían acto de fundación festejaban ese día como el del aniversario, entonces el sacerdote venía desde Coronda, dependían de allí. Mucha documentación de los antiguos pobladores está en la parroquia San Jerónimo. Los sacerdotes venían en sulky o volanta para visitar a los feligreses”.
Principio y final
En cuanto a la administración política, la historiadora remarcó que “las primeras autoridades estaban compartidas con Gessler. El juez de paz era el mismo, y todos dependían del Jefe Político del Departamento”. “La fiesta del pueblo era muy importante, con peregrinación alrededor de la plaza, una fiesta que duraba todo el día. Los inmigrantes valoraban el domingo porque se descansaba, iban a misa y hacían las compras en los almacenes de ramos generales”.
La decadencia cuantitativa de Oroño tuvo lugar al mermar “el Molino San Fernando. Luego al dejar de pasar el ferrocarril, empezaron a irse, se desarmaron casas, otras quedaron deshabitadas y se fue extinguiendo la población principal, y pasó otra vez a ser parte de Gessler. El 7 de mayo de 1957 Oroño fue declarado como parte de Gessler, quedó como un pueblo fantasma y hoy está dentro del distrito de Gessler”, de allí el homenaje y el recuerdo que también se hizo con dos misas: una en la capilla que se mantiene en Oroño y otra en la Iglesia Santa Ana de Gessler.
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