Las precipitaciones del último fin de semana trajeron alivio a los productores agrarios del sur-sur santafesino y dan una luz de esperanza de cara al futuro.
Si bien en Venado cayeron alrededor de 60 milímetros, en la región se dieron registros que superan los 100 milímetros. Los beneficios al trigo, las perspectivas de la campaña de maíz y la esperanza del Niño, en la voz de ingenieros agrónomos.
Las precipitaciones del último fin de semana trajeron alivio a los productores agrarios del sur-sur santafesino y dan una luz de esperanza de cara al futuro.
Tras una etapa de acentuado déficit hídrico, las abundantes lluvias de este inicio de septiembre fueron recibidas con alegría por los actores del campo que se entusiasman con que el Niño devuelva a la tierra la humedad óptima para la campaña gruesa que se avecina y para optimizar el trigo, en plena etapa de crecimiento.
Consultados por El Litoral, el ingeniero agrónomo venadense -actualmente radicado en Elortondo- Guillermo Fortuna, y su par, Miguel Cacciurri, oriundo de Venado Tuerto y habitual fuente de consulta en temas agrícolas, coincidieron en que las precipitaciones de los últimos días, que estuvieron por encima de lo anunciado y abarcaron todo el sur y sudeste de Córdoba, sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y parte de Entre Ríos, llegan en buen momento por la falta de reservas y la necesidad que tenían los cultivos de trigo.
“Esta lluvia llegó en un momento donde el trigo empieza a definir sus rendimientos, aunque ya había lotes que experimentaban pérdidas por haber sido sembrados un poco anticipados”, manifestó Miguel Ángel Cacciurri.
Los acumulados en el sur de Santa Fe oscilan entre los 60 mm, en Venado Tuerto, y los 100 mm, como en Firmat, Villa Cañás, Chovet, Los Quirquinchos, Berabevú, Bigand y otras localidades de la región.
“Este acumulado en la región vino bien, apuntalado con la continuidad del clima frío, lo cual es muy bueno, porque el trigo es un cultivo que necesita bajas temperaturas”, señaló Cacciurri, aunque advirtió, además, que requiere en promedio 350 o 400 milímetros. "Este es un trigo que en Venado se sembró casi sin reservas de agua, luego tuvo una lluvia de 30 milímetros y ahora 60 milímetros, todavía nos estarían faltando unos 200 más para cerrar bien el ciclo del cultivo”.
No obstante, el ingeniero subrayó que esto “no resuelve el problema de la falta de humedad, porque veníamos de dos o tres años con déficit hídrico; de hecho, en los últimos tres años de campaña están faltando unos 600 milímetros de promedio, pero esta lluvia va a acompañar muy bien”.
Una de las mayores preocupaciones de los productores, en un mes donde es inminente el comienzo de la siembra de maíz, era la falta de humedad en los campos y la escasa reserva. Tal es así que Cacciurri aseguró que “esto viene muy bien para recargar el perfil, porque había lugares donde, a dos metros de profundidad, no había humedad”.
“Seguramente vamos a tener una primavera con mejores precipitaciones que el año pasado, ya que la alta temperatura del Pacífico genera vientos húmedos que primero pasan por Brasil y luego llegan a Argentina", auguró.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Guillermo Fortuna celebró que la lluvia llegó “en un momento bárbaro y se encamina a levantar los pisos de rinde de cosecha y a normalizar esta campaña, que viene golpeada de años atrás”.
En cuanto a la inminente siembra de maíz, planificada para este mes de septiembre, Fortuna también destacó la recarga del perfil para la gruesa, que “si bien no estaba como el año pasado, tampoco era óptimo para salir a sembrar”, añadiendo que “estas lluvias vinieron a acomodar un poco todo, porque fueron buenas, con lugares puntuales de alrededor de 100 milímetros acumulados; nos posiciona en un buen lugar y con esperanzas de empezar a tener un año del Niño y a tener cosechas normales y buenas para recuperar estos últimos años que fueron tan duros”.