Por Ignacio Pellizzón
La Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario estima que “se producen unos 20 robos mensuales” desde que comenzó el año. Ante un escenario de inseguridad creciente, se resiente el incumplimiento de la ordenanza municipal que exige el uso de blindex. Aunque la mayoría de los taxistas quisiera estar en regla, afirman que no pueden pagarla.
Por Ignacio Pellizzón
En Rosario se estima que hay menos de cien taxis con mamparas antivandálicas de los más de cuatro mil coches que hay en circulación. El principal impedimento para instalar dicha tecnología, según expresan distintos titulares de taxis, tiene que ver con el “alto costo” que tiene su implementación, además de que esperan que el Estado se haga cargo de dicha inversión.
En base a cifras que el propio Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe brindó a la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar), en una reunión desarrollada hace pocas semanas, “desde marzo a la fecha se producen 20 robos mensuales en las unidades y el 95% se efectúa con armas de fuego”, indicó a Mirador Provincial uno de los referentes de la entidad, Marcelo Díaz.
“Hay muy pocos autos que tienen el blindex en Rosario. Lo que sí hay es una suerte de divisorio, pero por una cuestión de la pandemia, pero no tiene el mismo nivel de resistencia que una mampara antirrobo”, afirmó.
Por su parte, en diálogo con Mirador Provincial el titular de la firma Taxi Protegido -que fabrica mamparas antivandálicas-, Guillermo de la Torre, detalló que los blindex actualmente tienen un costo que “ronda entre 50 y 60 mil pesos”.
“Sinceramente debería estar más caro, pero asumimos el compromiso de sostener el producto a un precio razonable, más aún teniendo en cuenta que somos fabricantes y utilizamos todos productos nacionales”.
La barrera de protección física o mampara de seguridad “garantiza un efecto inmediato a la hora de resguardar la integridad física del taxista, sobre todo teniendo en cuenta que las estadísticas demuestran que en general, los asaltos ocurren dentro del habitáculo del vehículo y el ataque es por la espalda, de modo que la protección física previene y disuade al delincuente, evitando la agresión”, resaltó el emprendedor.
El objetivo principal es proteger la vida del chofer, y en segundo lugar evitar el robo y sus graves consecuencias económicas. La mampara de seguridad “es el complemento ideal” del GPS instalado en muchas unidades, aunque se debe tener en cuenta que una situación de inseguridad puede durar escasos segundos, en este sentido, “no existe en la actualidad un mejor sistema que la mampara”, afirmó de la Torre.
En la pandemia “pusimos muchas más mamparas que antes”, añadió. “Está claro que el costo del insumo no es accesible y muchos quieren, pero no pueden. Igualmente yo trato de otorgarles un financiamiento, de la forma en que puedo, con algunas cuotas en algunos casos”.
Algunos taxistas, que dialogaron con este medio, opinaron que la diferencia entre gasto e inversión es la mirada subjetiva que uno tenga sobre la mampara antivandálica. “Yo creo que 50 mil pesos es muy caro y la verdad que no tengo esa plata para invertirla así directamente, además es como que uno ya se acostumbró a vivir con la inseguridad y toma sus propias medidas de precaución”, destacó un trabajador.
Otro conductor consultado, señaló que es una medida “interesante”, pero que se trata de una suma que no está “dispuesto a pagar”, porque “de eso se tiene que hacer cargo la Municipalidad”, y enfatizó: “No es posible que yo pago todos mis impuestos en tiempo y forma y lo único que me deben garantizar es seguridad para trabajar y no lo hacen”.
Cuando se reglamentó la ordenanza en Rosario, se fijó como fecha límite marzo de 2010 para que todas las unidades cumplan con lo exigido por la ordenanza. Sin embargo, pasaron once años y solo hay algunos vehículos que circulan con la mampara antivandálica. Por su parte, el Concejo de la ciudad de Santa Fe también aprobó una medida similar, pero fue vetada por la Intendencia.