Rodrigo Pretto | [email protected]
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Una vez más, los alumnos de la Escuela Brigadier Estanislao López N° 337 de la localidad de Las Petacas son noticia. Hace algunos años comenzaron con un proyecto denominado “El Aroma de los Colores”, el cual tenía como objetivo central desarrollar lápices para personas no videntes. La propuesta tuvo una fuerte repercusión y llovieron los pedidos de otros puntos del país solicitando los productos. Tiempo más tarde fueron por más: bajo la misma tónica crearon témperas con olor para gente con diminución visual. Y ahora, no conformes con eso, encaminaron una nueva idea. Producen mapas con relieve escritos en sistema Braille. El punto de partida fue una lapicera 3D y actualmente cuentan con un taller donde trabajan 16 chicos becados por el gobierno de Santa Fe. “Ya enviamos algunos a La Plata y a la ciudad cordobesa de San Francisco. Estamos en una etapa inicial. La intención es armar una unidad productiva para fabricar en serie”, contó una de las docentes a cargo, Mariana Echarri.
Profesora de geografía, Echarri siempre sintió la inquietud de encontrar la forma de enseñar cartografía a personas no videntes. A partir de ese concepto, desde la institución educativa encontraron la manera de llevar adelante la idea inicial. Los mapas están hechos a pulso con lapiceras 3D. Y en este último tiempo lograron incorporar al taller una impresora 3D que aporta una gran utilidad. “No hemos encontrado plantillas para confeccionar los planos y poder imprimirlos. Así que por el momento los realizamos a mano, pero siempre respetando las escalas convencionales. Hacemos toda la cartografía, desde los continentes hasta las provincias de Argentina”, detalló.
De manera gratuita, desde Las Petacas ya salieron mapas a la ciudad de La Plata para una docente de geografía que trabaja con alumnos que poseen disminución visual. También se enviaron a una escuela de la ciudad cordobesa de San Francisco. “Se enteraron de lo que hacíamos, nos contactaron y nos pidieron si podíamos despacharlos para chicos de la institución que tienen problemas de vista”, explicaron.
En medio de la cuarentena, cuando las posibilidades de concurrir a los establecimientos educativos eran nulas, los tres talleristas a cargo de la propuesta – Mariana Echarri, Aldana Cantero y Santiago Tonini – aprovecharon el tiempo para cranear las opciones disponibles de llevar adelante la propuesta. Virtualidad de por medio y con videollamadas constantes, se terminó de hornear la iniciativa para, en este 2021, presentar el proyecto en el Programa Santa Fe Más. “Siempre es importante enmarcar estas ideas en planes de Gobierno porque, de esa manera, los chicos pueden conseguir una beca. La idea nuestra es que quede como una unidad productiva y empezar a tener un stock suficiente para armar una tienda virtual y cumplir con la demanda que tenemos de diferentes puntos del país”, contó Echarri.
Es que quienes están al frente de la iniciativa aseguran que “no sería serio” salir al mercado con pocos productos terminados cuando el foco central de la intención es incluir y ayudar a quienes hoy lo necesitan. “Para esto se necesita dinero. Nosotros comenzamos de cero, lo único que teníamos era una lapicera 3D, y con eso nos manejamos. Hoy ya tenemos 13, una impresora 3D, hojas manila – las que se utilizan para Braille – y hasta vecinos que nos donaron un local donde funciona el taller”.
Sin embargo, explican que al no contar con ingresos se les imposibilita adquirir materia prima para avanzar. Aldana Cantero sostuvo, otra de las talleristas, contó que se encuentran con la necesidad fundamental de contar con los insumos para continuar con la producción. Desde minas hasta esencias para los lápices, todo insumo que sea de utilidad será bienvenido a la comunidad educativa. “Hoy no tenemos forma de generar recursos para invertir y son herramientas costosas. Hay chicos del grupo que no estaban en la escuela, con lo cual los estamos capacitando con materiales que donan los vecinos y diarios que recolectamos en el pueblo. Pero para poder salir a ofrecer a escuelas del país debemos hacer gastos en materiales porque la calidad es completamente diferente”.
Ahora, en el taller se encuentran acondicionando una máquina de escribir convencional para convertirla al Braille para que aquellos que no conocen dicha escritura puedan redactar sin inconvenientes. “Está avanzado. Se están soldando las letras de este sistema, que si uno lo ve son puntos. Lleva su tiempo porque lo que hacemos es todo de manera artesanal, con lo cual se reniega un poco. Pero viene bien”, destacó una de las docentes.
El Aroma de los Colores, puntapié inicial del proyecto en 2019, se vio limitado por tratarse de un idea nacida en el ámbito educativo, donde los alumnos tenían solamente el tiempo curricular para abocarse a la producción. Ahora, con un taller particular en la localidad, dicho inconveniente ya dejó de ser un escollo. Sin embargo, la materia prima actualmente pasó a ser una prioridad fundamental para avanzar con la producción.
El proyecto, surgido en 2019 en un laboratorio del área de Ciencias Naturales, alcanzó su techo por la incapacidad de continuar su exponencial crecimiento que se encontraba en pleno auge. Es que los recursos humanos de la escuela eran escasos para avanzar con la producción a escala ya que los alumnos debían cumplir con diversas obligaciones y se les imposibilitaba abocarse de lleno a la propuesta. Por eso, docentes se las ingeniaron para dar un paso hacia adelante. “Convocamos a jóvenes de entre 16 y 30 años de edad que no necesariamente deban asistir al colegio. Los enmarcamos en el Programa Santa Fe Más. Así, llegamos al taller que actualmente tenemos donde 16 chicos producen lápices y temperas aromáticas, y mapas 3D escritos en Braille”, contó Echarri.
Al día de hoy, las personas que conforman el taller están becadas por el Programa Santa Fe Más. La Comuna local y los propios habitantes del pueblo fueron una pata fundamental en la puesta en marcha con colaboraciones de herramientas e insumos necesarios para la producción. En total los tres talleristas encargados de dirigir el proyecto capacitan a quienes participan para conformar una unidad productiva con potencial de crecimiento directamente desde Las Petacas. “Queremos dar trabajo y que aquellos que lo hagan, ganen dinero haciendo lo que realmente les gusta”, destacaron desde la institución educativa.
La escuela Brigadier Estanislao López N° 337 de la pequeña localidad de Las Petacas ya había sido noticia en ocasiones anteriores. Los alumnos del establecimiento educativo habían tenido la fantástica idea de fabricar lápices aromáticos para Catalina, una pequeña de siete años con disminución visual. Es que ante la pasión de la niña por la pintura, pensaron darle una solución al momento de detectar los colores. En aquella ocasión, mediante una entrevista y un test para que vincule cada matiz con un olor específico, habían logrado armar una paleta de 12 tonos con papel de diario y grafito donado por la comunidad.
Esa no había sido la primera vez que la institución llegaba a las planas de los medios informativos. También bajo la tutela de la docente Mariana Echarri, la noticia inicial había sido la creación de un banco de sangre local donde los estudiantes lograron confeccionar una base de datos de toda la comunidad para ayudar a personas que tuvieron familiares internados. La iniciativa, más tarde, se replicó en otros puntos de la región.
Y luego, la novedad pasó por la construcción de un observatorio astronómico móvil, el cual había sido inaugurado el 2 de julio de 2019 donde toda la comunidad pudo apreciar el eclipse solar de aquel día.