Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
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La mayoría del sector empresario rosarino tembló cuando, Jorge Castillo, el “Rey de la Salada”, confirmó su llegada a la ciudad. Iba a instalar una mega feria en la salida de la autopista Rosario-Córdoba. El anuncio revolucionó las redes y los medios. Todos salieron a cruzar el presunto arribo por lo informal e ilegal de su modus operandi. La fecha prevista para inaugurar era el 17 de octubre del 2021 en el Día de la Madre, con todo lo que implica ese día en materia comercial. Pero, sin embargo, la idea se diluyó. ¿Qué pasó?
Según confirmó a El Litoral el titular de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), Ricardo Diab, fue “puro humo” y “no hubo ninguna novedad al respecto”, salvo el anuncio que se hizo público de forma inmediata y que generó escozor en muchos comerciantes.
Otros referentes de distintos negocios de la ciudad confiaron que se trató de una maniobra de uno o varios para generar algo, pero que en la práctica nunca se avanzó de forma fehaciente para llevar a cabo el desembarco de La Salada.
La noticia de que Castillo tenía todo listo para instalarse en la ciudad generó un fuerte impacto. Y no es para menos. “Entendemos que más allá de hay una gran parte de la sociedad que necesita y quiere tener ropa de marca, aunque sea más barata, o necesita comprar indumentaria de menor costo, creemos que este no es el camino, porque va a terminar fundiendo a aquellas unidades comerciales y empresariales que dan trabajo legítimo, genuino y sostienen el Estado”, salió a declarar inmediatamente Diab.
El secretario de Producción de la Municipalidad, Sebastián Chale, también se opuso fuertemente a la presunta llegada de La Salada: “No es un formato que pueda admitirse en Rosario. No tiene lugar. Primero porque no es feria, es una gran superficie comercial y que además, en el formato que todos conocemos, no reúne ninguna de las características que exigen las normativas”, afirmó en su momento a este medio.
“También tiene efectos nocivos en toda la estructura económica, sobre todo en la actividad textil formal, que la ciudad tiene de producción propia y en regla, lo que generaría competencia desleal. Nosotros tenemos un esquema de ferias que está regulado y no tienen nada que ver con este estilo”, había agregado.
En base a sus declaraciones, “El Rey de la Salada” tenía su interés centrado en montarla en el límite interprovincial (Rosario-Córdoba), especialmente cerca del acceso a la RP3 que cruza la autopista a la altura de Bell Ville, pero no descartaba la catarata de interesados de este lado del charco.
La única condición que imponía Castillo era ubicarse lejos de las urbanizaciones, “tengo que estar en el medio del campo, solo, como loco malo y cerca de una bajada de la autopista porque la gente necesita entrar rápido y salir rápido de la feria”, dijo.
Al consultarle por la infraestructura necesaria, aclaró que solo necesitaba la energía eléctrica. “En los campos hay alta tensión y para conseguir agua, se hace un pozo y a otra cosa, eso es lo de menos”.
Al ingresar a Rosario por Avenida Circunvalación, uno puede vislumbrar enormes edificios y construcciones que se enciman sobre la autovía. Se trata de diversos hipermercados, firmas de café, venta de maquinaria agrícola, entre otras. No obstante, entre tantas edificaciones se denota a la altura de calle Sorrento un enorme espacio recubierto por un alambrado del que cuelga una gigantografía en la que se lee: Paso del Bosque y Outlet Premium Rosario.
Se trata de un mega emprendimiento donde se instaló lo que denominaron desde Casco Histórico como “la nueva saladita de lujo de Rosario”, en alusión a los inmensos mercados que rodean el ingreso a Buenos Aires, donde uno puede encontrar infinidad de productos a precios muy accesibles, pero con escasa regulación.
Paso del Bosque se construyó en 2015 y generó un sinfín de críticas por diversos sectores. Pese a las acusaciones que se volcaron para evitar que se avanzara con la obra, el proyecto se concretó. Pero, ahora con la presunta llegada de la nueva Salada, dos concejales recordaron el antecedente con esta iniciativa, dando a entender que Castillo podría avanzar por la misma vía.
Fue el diputado Julián Galdeano quien, junto a Casco Histórico, apuntaban a que Paseo del Bosque no cumplía con la ley 12.069 de Grandes Superficies Comerciales, ya que no se le habían realizado los estudios de Factibilidad Provincial y, por ende, no se podía habilitar.
“Cómo es posible que las obras se hayan iniciado sin la aprobación de estos estudios, los cuales deben ser realizados por el Ministerio de Producción de Santa Fe, y únicamente pueden ser pedidos por el ejecutivo municipal, quien tiene competencia en estos asuntos”, no se explicaba en aquel entonces el diputado, en tiempos donde el socialismo gobernaba tanto en la provincia como en la ciudad de Rosario.
Ante el pedido de que el Concejo Deliberante se expidiera al respecto, solo pudo jactarse de exigir una contraprestación para la ciudad a través de obra pública, en relación a la cantidad de metros cuadrados utilizados para el emprendimiento.
El caso tomó tanta relevancia que llegó a la Justicia. Dos años después, en abril de 2017, finalmente, la Sala II de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial falló a favor del “mega outlet” que el Grupo Di Santo proyectó erigir en Circunvalación y Sorrento, al desestimar el amparo presentado por comerciantes, dirigentes políticos y concejales rosarinos -como Toniolli- que se oponían a la construcción de lo que hoy es un nuevo shopping.