Jueves 21.9.2023
/Última actualización 14:53
En la cabecera del departamento General López, al sus-sur de la provincia de Santa Fe, se esconde un tesoro arqueológico que arroja luz sobre la profunda historia de esta región. Durante la quinta campaña arqueológica del proyecto "Entornos de Melincué", encabezado por la Universidad Nacional de Rosario y el Museo Gallardo de Rosario, se han descubierto artefactos que datan de épocas remotas, revelando un pasado antiguo y misterioso.
Este proyecto arqueológico se centra en la cuenca de la laguna de Melincué, abarcando vastos territorios de las comunas de Labordeboy, Melincué y Elortondo. Con la colaboración de dichas comunas, el equipo de arqueólogos y voluntarios ha trabajado incansablemente para desenterrar evidencia que arroje luz sobre cómo era la vida en esta región a lo largo de los siglos.
La laguna de Melincué deja al descubierto la historia de la región, la provincia y el país. Créditos: Armando SeneseHabitantes milenarios
Uno de los aspectos más intrigantes de este proyecto es el hallazgo del fuerte colonial. Se ha identificado una capilla y una serie de estructuras circundantes que una vez albergaron a soldados, gauchos, colonos europeos y criollos. Este fuerte fue un lugar de suma importancia en la historia local y regional, y su exploración proporciona una visión más completa de los asentamientos tempranos en esta área, que los profesionales ponen a la altura de las ruinas de Cayastá y Puerto Gaboto.
Además, uno de los fechados radiocarbónicos realizados en la ciudad de La Plata, precisó que un resto humano encontrado a mil metros del fuerte tenía 2.000 años de antigüedad, confirmando la hipótesis de que la laguna fue un lugar sagrado ancestralmente.
Este lugar ha proporcionado una ventana a una época en la que los seres humanos coexistían con la fauna prehistórica, como el eutatus, un animal que habitó la región y cuyos restos, hallados en el lugar, sorprendió a los investigadores. Este descubrimiento es único en Argentina y arroja nuevas preguntas sobre la interacción entre los habitantes originarios de la zona y la fauna prehistórica, donde se encontraron guanacos, ciervos e indicios de ñandúes, que anduvieron por la zona y que eran cazados por los pueblos originarios.
Los profesionales durante las excavaciones. Créditos: Armando SeneseQuinta etapa
En diálogo con El Litoral, Armando Senese, vecino de Melincué e integrante del equipo que lleva adelante el proyecto informó que, en esta ocasión, “éramos un grupo de pocas personas, una campaña breve, buscando constatar el perímetro del fuerte, la fosa, la trinchera y distintas estructuras que conforman ese lugar. Después se realizaron otras excavaciones sistemáticas, en lo que se interpreta como el patio de la capilla, que está bastante a la vista, y prospecciones en el área donde se encontraba la población o ranchada de la época, eso en base a un planito que tenemos gracias al archivo”.
Además, ahora se sabe que esa ranchada está rodeando el fuerte. “Digamos que ahí vivían soldados, gauchos, los primeros habitantes europeos o criollos, mezclados con indígenas, porque también vivían indígenas”, resaltó Senese, indicando también que, este lunes 18 de septiembre, “se culminó con una charla-taller hacia los estudiantes del cuarto año de la modalidad Turismo de la Escuela Normal de la Ciudad de Rosario, muy interesante”.
Senese destacó que “se está trabajando sobre todo el material encontrado, lítico y óseo, tanto animal como humano”, agregando que también se encontró “material ferroso. Estamos tratando de avanzar y ver cómo era la vida en el lugar, pese a que tenemos ya algunas referencias de que era inhóspito, casi sin comida, con los soldados que desertaban y dejaban porque no recibían el dinero de pago”.
Algunas de las estructuras que se fueron develando. Créditos: Armando SeneseDesafíos
Sin embargo, este proyecto no está exento de desafíos, desde la falta de recursos para datar adecuadamente los hallazgos hasta la necesidad de proteger los sitios de posibles actos vandálicos. La colaboración de las comunas locales, como Elortondo, ha sido fundamental para garantizar el éxito continuo del proyecto. “La colaboración es simple, con combustible para que puedan viajar los de Rosario, y en este caso, el camping de La Fábrica Bailable, donde se alojan los antropólogos”.
El proyecto "Entornos de Melincué" no solo busca desenterrar objetos antiguos, sino también contar la historia de esta región a través de los siglos. Los hallazgos han generado un interés creciente entre los jóvenes que se dedican a la arqueología y la antropología, lo que promete una mayor comprensión y aprecio por el patrimonio cultural y natural de la zona.
La continuidad de los trabajos, según el habitante de la cabecera del departamento General Lopez, “es recolectar los esqueletos para hacer un estudio y determinar si perecieron en la misma fecha y si fueron enterrados en la misma fecha, en base a datos que tenemos sobre la existencia de una peste que asoló la zona en el año 1880-1890. Ese estudio requiere tomar muestras, por eso se va a conformar un grupo de especialistas para recuperar los esqueletos y hacer ese trabajo”.
Se encontraron restos animales y humanos en el entrono de la laguna de Melincué. Créditos: Armando SeneseUno de los mayores problemas que enfrenta la compañía para lograr resultados concluyentes es económico. “La adaptación del carbono 14 que se estaba enviando a Europa se hace imposible con la subida del dólar. También se están enviando a La Plata, pero lamentablemente ahí está enviando todo el país, así que hay una cola de espera tremenda, sale más barato en pesos, pero hay que tener disponibilidad. Nosotros necesitamos, por lo menos, datar 5 o 6 individuos y hoy creo que hay que hablar de 1.200.000 pesos, que no lo podemos conseguir, no es fácil”.
A la altura de Cayasta, con ejemplares únicos en Argentina
Armando Senese, tal como ya habían destacado otros antropólogos anteriormente, aseguro que “el hallazgo hoy por hoy tiene mayor importancia o paralelo que el de Cayastá, en Santa Fe. El tema es que esto está al aire libre y no hay eco en las autoridades como para ver si se puede sostener; mantenerlo como algo de importancia para el pueblo, para la historia de esta zona, porque en realidad está asentado sobre los caminos que tenía el indígena. Los españoles se asentaron sobre los caminos y las vías de comunicación de los indígenas y en otro orden debemos decir que tenemos datado un individuo de aproximadamente 60 o 70 años anterior a Cristo”, recordando que en un lugar cercano, como es la laguna de San Eduardo, “hay otro individuo datado de 8.300 años y el material lítico demuestra que había continuo tránsito, intercambio, porque hay piedras que son del sur de Buenos Aires, de Tandil y hay piedras que son de Córdoba; nosotros tenemos material guardado que está catalogado”.
Vista aérea del fuerte y sus alrededores. Foto: Armando Senese. Créditos: Armando SeneseOtro de los hallazgos importantes en el sitio son los restos intactos de un Eutatus, animal que medía más o menos 90 centímetros, parecido a un kirkincho o una mulita gigante, único en el país. “Cuando estuvimos en el Congreso Nacional de Arqueología en Corrientes, desarrollando el tema del fuerte, causó gran impacto también el Eutatus, porque es único en el país. Ahora se tomaron muestras para determinar la edad, pero aproximadamente tenemos que hablar de 4.000 a 5.000 años atrás”, corroboró Armando Senese, detallando además que “este lugar nosotros lo consideramos sitio sagrado histórico, por la relevancia y la importancia que tiene dentro del país”.
En relación al Congreso realizado en Corrientes donde fue presentado el proyecto, el integrante del equipo de excavación se mostró asombrado, porque junto con los más veteranos, que son pocos, estaban todos los jóvenes con entusiasmo, haciendo trabajo de relevamiento de todo el país, de yacimientos de toda Argentina”.
Los antropólogos realizan un exaustivo trabajo para desenterrar la historia. Créditos: Armando Senese“Se va a unir toda esa historia que no se cuenta, que no se contó o que no nos contaron en la escuela. Vamos a seguir trabajando de a poquito, en silencio, como podamos”, cerró.