Si bien su mamá no quiso entrar en contacto con los medios en las últimas horas por estar avocada al cuidado del pequeño, a través de mensajes en redes sociales hizo saber que el ansiado trasplante había salido muy bien y que Félix pasó las primeras horas sin complicaciones.
Cabe recordar que, en un principio, como habíamos adelantado desde El Litoral, la intervención estaba planificada para el martes, pero algunos imprevistos hicieron que deba ser aplazado para este miércoles.
Paola Mariño, su mamá, a través de estados publicados en WhatsApp iba manteniendo informados a familiares y amigos. Alrededor de las 17:30 mostró una foto de Félix, a punto de ser trasplantado y luego, a las 18.45, un video donde se podía ver al pequeño pos trasplante sentado en la camilla, con las fuerzas que lo caracterizan.
Félix fue trasplantado e inicia el camino de la adaptación. Crédito: Gentileza.
¿Qué es el trasplante de médula ósea?
El trasplante de precursores hematopoyéticos conocido genéricamente como trasplante de médula ósea, es un procedimiento mediante el cual se destruye la médula ósea dañada de un paciente y se la reemplaza por precursores hematopoyéticos nuevos y sanos.
El trasplante de médula ósea es un procedimiento médico propio del campo de la hematología y suele realizarse en pacientes con cáncer de sangre o médula ósea (ya sea mieloma múltiple o leucemia), para eliminar las células enfermas o defectuosas e introducir células madres que produzcan glóbulos y plaquetas sanos.
Las células madre hematopoyéticas multipotentes usualmente derivan de la medula ósea, sangre periférica o sangre del cordón umbilical. Al ser trasplantadas, repueblan la médula ósea y reanudan la producción de glóbulos y plaquetas.
Félix fue trasplantado e inicia el camino de la adaptación. Crédito: Gentileza.
El trasplante puede llevarse a cabo empleando la médula del mismo paciente receptor (trasplante autólogo) o, como en el caso de Félix, de otra persona (trasplante alogénico).
Este tratamiento se usa en pacientes con trastornos hematológicos, inmunitarios, o neoplásicos, como leucemias, linfomas, e inmunodeficiencias. En muchos casos, antes de llevar a cabo el trasplante es necesario destruir la médula ósea del receptor por medio de quimioterapia y/o radioterapia.