El viernes por la mañana, en el Hall Central de la Municipalidad, se desarrolló el acto por el 136º aniversario de Firmat, que estuvo atravesado emocionalmente por la reciente partida del destacado artista plástico local, Norberto Luppi.
La ceremonia oficial se realizó el viernes, con presencia de familiares del destacado artista plástico Norberto Luppi, fallecido días atrás.
El viernes por la mañana, en el Hall Central de la Municipalidad, se desarrolló el acto por el 136º aniversario de Firmat, que estuvo atravesado emocionalmente por la reciente partida del destacado artista plástico local, Norberto Luppi.
Por consecuencia del mal tiempo, la ceremonia se trasladó al edificio municipal, de la que participaron la esposa del afamado pintor, Barbarita Isern, sus hijas y algunos de sus nietos. Además, participaron del evento funcionarios del gabinete municipal, todos los concejales e instituciones intermedias, en tanto que el intendente Leonel Maximino estuvo ausente con aviso.
La nostalgia fue la gran protagonista del acto, ya que en los discursos siempre se puso por encima de todo el legado y la memoria de un hombre intachable, solidario, cálido, sencillo y de enorme talento, como Norberto Luppi.
Dos niños de la ciudad hicieron la introducción a la ceremonia, conducida por Nicolás Menna Lambertucci, y posteriormente brindó testimonio la encargada del Museo Firmat, Gabriela Martínez Castro, quien subrayó el invalorable aporte de Luppi a la entidad histórica, donando hace un tiempo nueve de sus principales cuadros.
Luego fue el turno del discurso oficial, en la voz de la subsecretaria de Cultura y Educación, Soledad Zazzarini. “Es hoy un momento para reflexionar, hace apenas unos días despedimos a un Ciudadano Ilustre, Norberto Luppi, autor del escudo de la ciudad, un artista plástico que dejó sus huellas en cada rincón de Firmat. Hoy más que nunca sentimos su ausencia porque sabemos que Norby, con su sonrisa cálida y su espíritu sereno, estaría aquí, junto a nosotros, celebrando este aniversario”, expresó la funcionaria.
En la misma sintonía, enfatizó: “Él nos enseñó que la verdadera grandeza no se mide por la fama, sino por la generosidad y el amor a la ciudad. Norby fue mucho más que un artista reconocido a nivel internacional, fue un firmatense de corazón, regaló su talento y su tiempo a la ciudad, su legado vive en nuestra Plaza Rivadavia; en el busto de Carlos Casado del Alisal, obra de su autoría; en el Centro cultural que lleva su nombre; en el Museo Municipal con la Galería de Arte ‘Norberto Luppi’, en los corazones de tantos niños que escucharon sus relatos y que Norby manifestaba lo feliz que lo hacía, vive en los artistas plásticos que se inspiraron en su pasión, en sus alumnos y en todos los que tuvimos la dicha de conocerlo”.
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