Ignacio Pellizzón
Ignacio Pellizzón
Tras la polémica desatada en el Club Ministerio de Obras Públicas (MOP) de Rosario, por avanzar con obras en sus instalaciones sin solicitar autorización municipal, los trabajos se habrían paralizado. No obstante, todavía no hubo una respuesta oficial y formal por parte de la Municipalidad ante el pedido de informes realizado por el Concejo sobre la situación.
El anuncio de reapertura del boliche Taura en la costanera central, a metros del Monumento a la Bandera, hace algunos meses, destapó un negocio millonario que fue denunciado por el Concejo. Advirtieron que se estaban realizando obras en el MOP de manera ilegal y que, esta irregularidad, podría generarle al Ejecutivo no sólo un grave dolor de cabeza, sino una denuncia penal.
Ante esto, la concejala de Iniciativa Popular (IP), Fernanda Gigliani, que viene siguiendo el tema desde hace tiempo, estuvo pidiendo explicaciones al gobierno local, aunque no logró obtener respuesta alguna.
Por eso, cuando se destapó esta situación, decidió avanzar con un pedido de acceso a la información pública para conocer los detalles de lo que estaba pasando. "Si no contestan, no descartamos ir a la Justicia", había adelantado.
Según informaron fuentes del Concejo a El Litoral, hasta el momento, el municipio contestó un pedido de informe, pero que corresponde a 2020 y en el que solamente se menciona la situación del boliche Taura. Por ahora, "no respondieron la presentación administrativa presentada", indicaron, aunque no descartan que en las próximas semanas pueda haber novedades.
Si bien pareciera que las obras en el MOP se paralizaron desde que se puso la lupa sobre la irregularidad del avance de los trabajos, desde el Palacio Vasallo mencionaron con cierta suspicacia que las tareas que estaban realizando "prácticamente estaban terminadas ya".
La polémica se desató en febrero cuando se difundieron imágenes y videos que mostraban que se enterraban, por lo menos, cuatro tanques de combustibles de 15 mil litros cada uno sin permiso municipal y sin autorización de la secretaría de Energía de la Nación.
Entre las distintas hipótesis que se barajaban, la más potable indicaba que se utilizarían para abastecer a las futuras embarcaciones de la guardería. Todo enmarcado dentro de un proyecto integral que comenzó en silencio y sin los permisos necesarios.
Se trata de 60 mil litros de nafta que no tienen control alguno y que suponen un riesgo inmenso para la zona y el medio ambiente. Es una maniobra que podría generar consecuencias gravísimas, advertían desde el Palacio Vasallo.
Las evidencias dan cuenta de que los trabajos de ampliación se retomaron a mediados del año pasado, y que, a esta fecha, ya hay construidas dos estructuras nuevas para alojar embarcaciones, pese a que ahora parecieran haberse frenado.
Como si fuera poco, también llegaron a mano de la concejala facturas que recibieron socios históricos del club a nombre de "Servicios Náuticos Vip SA", desconociendo si la firma tiene habilitación comercial en la ciudad para operar.
El epicentro del conflicto es bien interesante. Cuando Miguel Lifschitz era Intendente de Rosario, allá por el 2003, el Estado Nacional le otorgó a la ciudad una serie de terrenos con la finalidad de que estuvieran destinados a un uso cultural, recreativo y deportivo. Entre ellos, "aparentemente", estaba el del club MOP.
Se indica "aparentemente", porque desde entonces Rosario y Nación mantienen un litigio judicial sobre si efectivamente se otorgaron al municipio esas tierras del MOP o no. La ciudad dice que sí, el Estado Nacional dice que no.
Mientras la Justicia, lentamente, sigue tratando de determinar quién tiene razón, el terreno del club se rige por una cesión precaria de Nación -con vigencia hasta el 2030- para que se pueda explotar el espacio con fines recreativos, culturales y deportivos.
Este punto es clave en la discusión. Resulta que Lifschitz llevó al Concejo un proyecto para que en el club MOP se levantara un complejo de guarderías náuticas y otro gastronómico –lo que sería Taura-.
No solamente los concejales votaron por unanimidad en contra de la iniciativa oficial, sino que tampoco acompañaron la propuesta unos 200 socios históricos del club, porque veían que no se respetaba el fin cultural, recreativo y deportivo.
Pero, lejos de quedarse en el molde la idea socialista, la sucesora en el cargo de Lifschitz, Mónica Fein, fue a la carga en dos oportunidades, aunque no tuvo éxito. La última vez que se trató el tema, el Palacio Vasallo no resolvió ni por sí, ni por no. Es decir, no se votó.
Fernanda Gilgiani, con aportes de vecinos de la zona, contó a este medio que detectó que, pese a que el Concejo no aprobó la iniciativa oficial, ni la Justicia se expidió al respecto sobre la posesión de los terrenos, las obras en el MOP comenzaron de igual manera a la sombra de la sociedad.
En base a las especulaciones de la edila, en el club MOP y Taura se está ejecutando la idea original que tanto Lifschitz como Fein llevaron al Concejo y que fue rechazada.
Ella lo detecta en las obras de ampliación de la guardería y con la presunta reapertura de Taura, que vendría a ocupar el supuesto "complejo gastronómico".
Cuando se denunció por primera vez el avance de obras de forma irregular, previo a la pandemia, la Municipalidad le atribuyó a la Dirección Nacional de Vías Navegables la responsabilidad sobre las tareas que se estaban ejecutando en lo que respecta al muelle.
De aquel momento a la fecha, "no nos dieron ninguna respuesta más, ni nos respondieron ninguno de los pedidos de informes que realizamos mediante el Concejo para tener certezas sobre lo que está pasando y quiénes están detrás de todo el proyecto", había contado a este medio Gigliani.