La Dirección del Complejo Museológico de San Lorenzo informó que esta semana finalizó el operativo de restauración sobre el Pino Histórico, que encargó la Municipalidad de San Lorenzo y llevó a cabo el ingeniero agrónomo Rubén Coniglio.
Las tareas, encargadas por la Municipalidad de San Lorenzo, consistieron en la fijación de la madera en sectores descascarados, sellado de grietas, humectación e impermeabilización. Las acciones de preservación se continuarán ejecutando de forma permanente en cada centímetro del ejemplar, comunicaron desde la Dirección del Complejo Museológico.
La Dirección del Complejo Museológico de San Lorenzo informó que esta semana finalizó el operativo de restauración sobre el Pino Histórico, que encargó la Municipalidad de San Lorenzo y llevó a cabo el ingeniero agrónomo Rubén Coniglio.
Los trabajos, iniciados en el mes de agosto de 2022, consistieron en la fijación de la madera en los sectores descascarados, sellado de grietas y humectación e impermeabilización con aceite natural de Tung (aceite secante diluido) con trementina (aguarrás vegetal obtenido de la resina de pino).
“En un futuro inmediato será necesario mantener el trabajo realizado, mediante el relevamiento de cada centímetro para diagnosticar y tratar cada fisura menor y cada sector que se encuentre en descomposición. Será un trabajo minucioso y artesanal”, anticiparon.
Cabe recordar que el ejemplar se encuentra botánicamente seco a causa de su avanzada edad y de los sucesivos temporales. Detrás suyo hoy crece imponente uno de los hijuelos que nació en forma espontánea a la par de su progenitor.
En octubre de 2017, mediante un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) encargado por el municipio, se conoció que el ejemplar tiene alrededor de 225 años de vida y fue plantado durante la época de los franciscanos.
El pino es uno de los emblemas de la ciudad de San Lorenzo. Bajo su sombra descansó José de San Martín el 3 de febrero de 1813, después del combate contra las tropas realistas, y desde ahí mismo dictó el parte de guerra a Buenos Aires, “bañado en su propia sangre y cubierto con el polvo y el sudor de la victoria”, según describe Bartolomé Mitre en el libro Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana.