Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
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Cada vez que una persona celíaca decide salir a comer afuera en Rosario la pasa mal. El hecho de llegar a cualquier bar o restaurante de la ciudad y pedir carenciadamente que le preparen un plato “especial” sin Tacc, es una realidad. Es que menos del 20% de los gastronómicos cumplen con la ley nacional y la ordenanza municipal que los obliga a ofercer un menú sin gluten.
Recientemente, Carolina Peirone, una joven que estudia Psicología en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), harta de no poder encontrar ningún espacio donde le ofrezcan un plato o bebida para celíacos –enfermedad que le diagnosticaron hace dos años- tomó la decisión de escrachar por Instagram al último pub al que fue y no le ofrecieron un menú sin gluten: Rock & Feller´s.
La estudiante de San José de la Esquina ahondó en el incumplimiento de la Ley nacional 2.588, que se aprobó en 2009, y en la ordenanza municipal 8.734/2010, que se sancionó en el Concejo en el año 2010. Ambas exigen que en cualquier comercio se ofrezca una carta sin Tacc para personas celíacas.
“La ley está, pero el problema es que los restaurantes y los lugares de comida no lo cumplen, la sociedad no está cumpliendo esa ley. No digo todos, porque si hay muchos restaurantes en la ciudad y algunos pocos en los pueblos que sí lo cumplen, pero la inmensa mayoría no lo hace e incluso restaurantes con muchas sucursales como Rock and Feller’s, que es un lugar de mucho lujo entonces pensás que, si tiene plata para comprar todas esas cosas, poner guitarras gigantes por todos lados, pueden tener tranquilamente plata para contratar un chef o hacer un curso para los chefs que ya tienen para que hagan comida sin gluten. Ya fui a Rock and Feller’s y no hay un puto trago ni un puto postre para celíacos”, se expresó muy enojada en un video que se viralizó por las redes.
“Tenía ganas de sacarme todo esto de adentro porque ya estoy cansada, hace dos años que la vengo remando con esto. Lo quería visibilizar y ojalá todas las personas que tenemos esta enfermedad podamos unirnos para que la ley, que está, pueda cumplirse. Esta es una de las cosas por las que hay que luchar porque es un derecho”, concluyó la estudiante.
Desde el 2009 existe en Argentina una la ley nacional que declara “de interés nacional la acción médica, la investigación clínica y la capacitación profesional en la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad celíaca”. Y, también, “la difusión de información sobre la enfermedad y el acceso a los alimentos y medicamentos libres de gluten”. Además, exige a todo tipo de comercio gastronómico la implementación de un menú sin gluten.
En Rosario, por su parte, también existe desde hace diez años una ordenanza municipal–impulsada por el ex concejal Jorge Boasso- que asegura que en todos los negocios gastronómicos de la ciudad se debe proveer, aunque sea un menú sin TACC, al igual que alimentos aptos para el consumo en supermercados y comercios.
La titular de la ONG Asistencia al celiaco de Argentina (Acela), delegación local, Silvia Losada, contó a Mirador Provincial que “más del 80% de los negocios gastronómicos de la ciudad no cumplen la ley ni la ordenanza”, y aseguró: “En Rosario este tema es cualquiera”.
Si bien destaca que hay espacios particulares que “trabajan muy bien el tema” y que tienen las ganas de respetar las leyes y “lo hacen de un modo muy profesional”, recalca que solamente “se trata del 20%” de todos los negocios que hay.
Losada afirma que los celíacos en la ciudad “están a la deriva”, pese a que Rosario está muy bien en cuanto a sus leyes que son “de avanzada”, sobre todo porque “se consigue alimentos sin gluten la mayoría de los comercios”, pero cuando se habla de bares y restaurantes “es un dolor de cabeza”.
Aunque es vox populi el incumplimiento y las quejas de los comensales celíacos abundan, tanto en el Concejo de Rosario como en la Defensoría del Consumidor local no hay denuncias realizadas al respecto o quejas sobre el faltante de un menú sin TACC en bares y restaurantes.
El concejal del PDP, Lisandro Zeno, quien preside la comisión de Salud en el Palacio Vasallo, contó a Mirador Provincial que en la ordenanza están estipuladas sanciones económicas por incumplir la normativa y que, en caso de reincidencia, se puede hasta clausurar el espacio.
Por su parte, algunos referentes de la gastronomía rosarina apelan a “una enorme inversión” que deben llevar adelante en sus cocinas para “evitar la contaminación cruzada de los alimentos”, pero “no es factible para una inmensa mayoría de comerciantes que apenas llegan a fin de mes”.
Finalmente, la referente de la ONG Acela apunta específicamente contra el incumplimiento de la ordenanza municipal y “la falta de control de las autoridades locales”. De hecho, “nosotros como organización nos ofrecimos a colaborar porque tenemos personal idóneo, pero ni siquiera nos dieron la posibilidad, por ende, no se toma conciencia ni por parte de los negocios ni por el Estado”.