Por Rodrigo Pretto
En total fueron 10 semirremolques cisternas con capacidad para 8.000 litros cada uno destinados al abastecimiento de los 16 helicópteros que cubrían tareas de traslado, seguimiento, televisación y seguridad en la competencia más extrema que se desarrolló en Arabia Saudita.
Por Rodrigo Pretto
Los tanques de combustible para abastecer a los 16 helicópteros que desarrollaron todo tipo de tareas a lo largo del Dakar último en Arabia Saudita fueron hechos en El Trébol. La firma Walter Grosso SRL se encargó de llevar adelante en tan sólo 50 días un proyecto ambicioso y desafiante. Desde la empresa ubicada en el departamento San Martín crearon, armaron y diseñaron los 10 semirremolques cisternas con una capacidad de 8.000 litros de combustible cada uno en menos de dos meses. “Fue una locura, una adrenalina muy grande. Ahora, pensándolo en frío, era muy difícil. Pero una vez que dimos el ok, había que cumplir”, contó en diálogo con este medio el titular de la firma que lleva su nombre.
Fueron 10 semirremolques de 8.000 litros. No fue nada fácil porque debían contemplar las medidas, también, de los containers para lograr embarcarlos hasta Arabia Saudita. Tampoco existía tiempo de prueba y el reloj mandaba. “Cumplimos con una tarea complicada porque había que tener en cuenta que el armado y desarmado tenía que ser sencillo. Los embarques llegaban a una semana de que comience el Pre-Dakar y nos exigían tener, al menos, dos tanques funcionando”, recordó Grosso.
Los semirremolques se distribuyeron en diferentes puntos GPS del desierto –cada 200 kilómetros– para que, al momento de que un helicóptero se quede sin combustible, pueda descender a cargar su tanque.
Seguridad, traslado de príncipes, seguimiento y televisación que recibe el mundo es la tarea que tuvieron que cumplir las aeronaves protagonistas de la competencia extrema y a los cuales hubo que abastecer con alrededor de 200.000 litros de combustible. “No solamente fue diseño y construcción de semirremolques, sino la vestimenta con tecnología de punta contemplando las normas de aviación actuales”, sostuvo Grosso.
Para tomar dimensión de la logística que debieron cranear desde la firma del centro oeste santafesino, su titular detalló que diagramaron una minuciosa ingeniería para que los tiempos se agilicen al máximo. “Había que desmontar el sistema eléctrico, las bombas, la señalización y luces de los semis. Nos organizamos muy bien y logramos sacar esto adelante”.
En total fueron unas 25 personas involucradas de forma directa y otras 20 de manera indirecta con la tercerización de ciertas tareas. “A veces uno no toma la dimensión de lo que hace, sino la responsabilidad que pesa sobre un proyecto de este tamaño”.
La iniciativa surgió en abril, se terminó de abrochar en mayo, y entre agosto y septiembre se terminó de concretar. “Fue un desafío como indica el propio Dakar. Ganamos una licitación a nivel internacional a firmas de Alemania. Tampoco tuvimos la posibilidad de probar mucho. Imaginen que sólo hicimos un único traslado con un semirremolque cargado a lo largo de unos 10 kilómetros”.
Con base en el departamento San Martín, el empresario recordó el surgimiento de la propuesta y posterior proyecto, un verdadero desafío que debió cumplirse a contrarreloj. “Hace años estamos vinculados al Dakar por medio de una empresa de la ciudad cordobesa de San Francisco, que es la que hace el despacho y logística dentro de la competencia desde que vino a la Argentina. A través de ellos logramos quedarnos con el negocio para todo lo vinculado al equipamiento aéreo”, explicó.
Sobre el cierre, Grosso reflexionó que “esto sirve para que la gente joven vea que no es necesario irse del país para tener una actividad y trascender en el mundo. Desde Argentina se puede hacer todo. No me gusta que los chicos se vayan al extranjero, yo pregono esas cosas”, concluyó.