Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
Todas las medidas que se vienen tomando desde que se fue flexibilizando la cuarentena están orientadas a evitar contagios. Los distintos protocolos pretenden generar aislamiento entre las personas que se puedan encontrar en un mismo lugar, pero también tiene la intencionalidad de que una persona contagiada de coronavirus asintomática no logre propagar el virus en los diferentes establecimientos.
El principal temor de las autoridades no pasa por aquellos que sienten síntomas y que, en su gran mayoría, tienden a aislarse de manera individual para que se les puedan realizar los distintos testeos para conocer si están infectadas con Covid-19, sino por las personas que no tienen ningún síntoma, pero sí están contagiadas y que, sin saberlo ni quererlo, pueden seguir contagiando a otros.
En este sentido, los diferentes rubros van armando protocolos de higiene y seguridad para presentarlos en el Estado y obtener una aprobación que les permita reabrir a medida que Nación habilite-, como es el caso de los gimnasios, los bares, los restaurantes, entre otros.
Sin embargo, una imposición planteada por la Municipalidad de Rosario para que los bares y restaurantes, en su debido momento, puedan abrir las puertas al público nuevamente, está generando algunas discusiones entre los vecinos y vecinas de la ciudad. Según a la información que accedió El Litoral, el gobierno de Pablo Javkin impondrá como medida excluyente que para poder ingresar a los negocios los clientes deberán dejar sus datos personales en la entrada.
Desde el municipio explican que esta medida que no es del todo simpática para muchas personas, tiene su razón de ser en que si hay una persona asintomática se la puede identificar de manera rápida y eficaz y, así, poder cortar la hipotética proliferación de contagios.
La obligación de los clientes de identificarse y dejar sus datos para poder ser ubicados en caso de un contagio no estaba en el protocolo original elaborado por los dueños de bares y restaurantes, sino que fue una imposición del municipio.
Gusta y no gusta
Por el lado de los privados, el empresario Alejandro Pastore, referente de los comerciantes gastronómicos del paseo Pellegrini, dijo que la medida fue bien recibida por los propietarios y que se va a poner en práctica.
“Creemos que están dadas las condiciones para intentar una apertura en la medida en que todo siga como hasta ahora, con la pandemia controlada en la ciudad”, señaló a una radio rosarina, y agregó: “Lo primero será el factor ocupacional, que apuntará a mantener el distanciamiento social y para eso se reducirá un 50%”.
Esto se traducen en que deberá haber casi dos metros de distancia entre las mesas, algo que obligará a adecuar los salones. La segunda batería de medidas apuntará a la higiene personal del personal y los clientes, y también de los proveedores. “Nosotros queremos aportar y colaborar, y estamos trabajando para eso”, aseguró el empresario.
Los dueños confían en que de a poco las medidas de bioseguridad se vayan naturalizando y que la gente se acostumbre. ‘Vamos a dar todas las garantías para que los clientes se sientan seguros‘, dijo Pastore. Una las medidas que apuntarán a ese objetivo es que los empleados utilizarán barbijos y máscaras durante todo el tiempo que permanezcan en sus trabajos.
Pastore se anticipó a pedir disculpas a los clientes por el trámite que los obligará a dejar su nombre y teléfono. “Sabemos que puede ser algo molesto, pero la intención es poder rastrear a las personas en el caso de que ocurra un contagio”, aseguró.
Este medio realizó consultas a distintas personas para conocer qué opinaban sobre esta nueva imposición que exigirá el municipio y la gran mayoría se mostró un tanto escéptica a tener que dejar sus datos personas por tratarse de información “súper sensible”.
Si bien la población ya está conviviendo con diferentes aplicaciones que obligan a que uno otorgue información privada, todavía son muchas las que desconfían de lo que se pueda hacer con esa data tan privada, sobre todo en un contexto en el que los ciberataques se están incrementando.