Numerosos estudios indican los efectos en la salud que producen las cenizas volcánicas, constituidas particularmente por dióxido de azufre, un compuesto que puede producir irritación local. En las personas con hiperreactividad bronquial (asma o enfermedades obstructivas crónicas), la exposición a las cenizas puede complicar la enfermedad, siendo los cristales de dióxido de azufre los que directamente afectan a la conjuntiva y córnea produciendo abrasiones e irritaciones. La piel también puede irritarse por el mismo efecto, según indicaron en un parte de prensa.
En caso de presentar algunas de estas problemáticas, se recomienda consultar al médico.