Gustavo Capeletti | region@ellitoral.com
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Las demoras en la culminación del nuevo edificio del Instituto Superior del Profesorado Nº 4 “Ángel Cárcano” de Reconquista, que marcaron la última etapa de su construcción, llegaron a su fin el 24 de febrero de este año con la inauguración de la flamante sede.
El peregrinar de la comunidad educativa que estuvo sembrado de reclamos por las dilaciones que presentaba la obra, rendía sus frutos: el sueño de la casa propia se hacía realidad y los problemas edilicios quedaban atrás. O por lo menos, eso parecía. Pero, como si fuera un relato circular, la realidad se empeñó en poner su peor cara y los inconvenientes comenzaron a surgir de nuevo, en tándem, ni bien directivos, profesores y alumnos pusieron el pie en el inmueble escolar.
Obstrucción de cañerías, falta de red cloacal, filtraciones en el techo que provocaron el derrumbe del cielorraso en un sector de los sanitarios, ausencia de obras complementarias como la pavimentación de la calle de acceso, estacionamiento e iluminación, atentaron desde el primer día contra el normal desenvolvimiento de las actividades.
En diálogo con El Litoral, acompañada por su equipo directivo la directora del ISP Nº 4, profesora Isabel del Castillo, detalló la lista de inesperadas novedades que salieron a la luz en la primera semana de clases y graficó, en forma figurada, que con la afluencia de alumnos “el edificio empezó a temblar”.
-¿Cómo están afrontando los problemas de infraestructura que aparecieron?
-Hay que contextualizar la situación. Nosotros recibimos el edificio el 24 de febrero, es decir el mismo día de la inauguración, y comenzamos a estar de forma plena desde el 11 de abril, cuando comenzamos las clases. Veníamos pidiendo hace cuatro años el tema del entubado (del canal de desagüe frente a Instituto) y la falta de iluminación, todo eso emergió como gran problema ni bien comenzó el afluente enorme de estudiantes. Nosotros vamos remitiendo cualquier problema que aparece, desde las cerraduras y la falta de llaves hasta problemas más gruesos, como las cañerías, a la empresa constructora y a la Dirección Provincial de Arquitectura e Ingeniería (Dipai), porque estamos en garantía, en “verificación de obra”. Vamos haciendo actas con eso. Son cuestiones que afectan la funcionalidad.
“Algunas cuestiones tienen que ver con la lógica del funcionamiento -amplió Del Castillo-. Es decir, hablamos de prácticamente 4.000 estudiantes en los turnos mañana, tarde y noche, entonces como dice la empresa, tenían hace bastante tiempo terminadas algunas partes del edificio. Lo mismo con el tema de las cloacas, nosotros estamos esperanzados de que llegaremos a tener las cloacas. Sí tenemos agua corriente, que días antes del inicio de clases se realizó la conexión. Alguno de los problemas nos llevó a cerrar en algún momento a los sanitarios, porque respecto a las cloacas tenemos pozos muy pequeños, por lo que la empresa tuvo que construir la semana pasada un pozo mucho más grande. Ayer (por el lunes) hubo problemas de obstrucción de cañerías y eso provoca contratiempos, molestias y malestar. Esperamos reacomodarnos y tener la funcionalidad del edificio.
-¿Tuvieron también inconvenientes con los techos?
-Con los techos pasó lo que nosotros siempre dijimos, pero la empresa nos dice que eso estaba en los planes: es que las canaletas están encima del edificio y están rodeadas de pinos, entonces hay que subir de forma permanente para limpiar porque ni bien llueve se bloquean esos desagües y empieza a filtrar el edificio. Así, se humedeció el cielorraso del baño y se fue cayendo, eso está como destapado todavía. Esto lo estamos cubriendo desde la Asociación Cooperadora, ya que aún nos adeudan los cargos de maestranza y porteros.
-¿Qué noticias tienen acerca de las obras complementarias que faltan realizar?
-A comienzos de febrero nos reunimos y tuvimos la promesa del municipio de que las cloacas ya estaban, tanto el presupuesto como los tubos para el entubado de la calle, sobre todo calle (Fray) Rossi, pero hay toda una demora que nosotros no entendemos, y lo mismo pasa con el asfalto. Todo esto nos está preocupando mucho como equipo directivo, como docentes y estudiantado, porque en las horas picos del turno tarde y comienzos del turno noche es un afluente impresionante de estudiantes y del tránsito, como colectivos y autos, por lo que es un peligro constante. Estamos solicitando al Estado que atienda esto, no es solamente que queremos tener el asfalto.
Por el tema de estacionamiento de motos y bicicletas, porque tenemos una gran cantidad de estudiantes con esa movilidad, se solicitó financiamiento a la provincia a través del Fondo de Asistencia para Necesidades Inmediatas (FANI) el año pasado, pero todavía no tenemos respuesta. Es urgente, importante e imprescindible esa obra que fue solicitada en tiempo y forma pero que aún no se ejecuta.
En tren de establecer una línea de tiempo, vale citar que el primer trago amargo luego de haber recibido la nueva sede fue el de la mudanza desde el establecimiento donde funcionaba el ISP a la moderna edificación construida por el gobierno de la provincia. Para hacer frente a los gastos de fletar el mobiliario, la comunidad educativa inició, a través de la cooperadora escolar, una colecta solidaria en la que se solicitaba la donación de 50, 100, 500 ó 1000 pesos con el fin de alcanzar la suma de 500 mil pesos que hacían falta para el traslado.
“Estamos buscando las formas de resolver la mejor forma de tener clases. El año pasado varias veces nos dijeron que se iba a inaugurar y finalmente se decidieron en febrero cuando estábamos en mesa de exámenes y sabíamos que teníamos una semana antes de comenzar las clases, así que necesitábamos colaboración y ayuda que en ese momento se resolvió con la buena voluntad de toda la comunidad, fue emocionante ver cómo cada uno ayudaba trasladando sus paquetes, archivos y muebles. En una semana logramos realizar todo esto, por eso quiero agradecer a los estudiantes y profesores, a la Asociación Cooperadora, al municipio y a toda la gente que de buena voluntad terminaba su hora de trabajo y sumó transporte que realmente fue muy importante”, manifestó la directora Isabel del Castillo.