Rodrigo Pretto | [email protected]
En el departamento San Martín, a unos 10 kilómetros de la localidad de Colonia Belgrano, más de 1.300 hectáreas protegen la fauna y flora de la pampa húmeda. Las tierras, sin intervención de la mano humana desde hace unos 40 años, se emergen como un atractivo desconocido, incluso, para habitantes del propio distrito santafesino. Pastizales, isletas de bosques, animales autóctonos y un casco que data de 1884 se emplazan en una zona de cañada que invita a disfrutar de la naturaleza.
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La vista aérea es realmente impactante. El predio tiene una dimensión de 1.300 hectáreas que desde 1975 se erigieron como reserva luego de una donación de la familia Wildermuth – que en alemán significa salvaje – para la conservación de la fauna y flora de la región pampeana. La superficie, al encontrarse en una zona de cañadas, posee una serie de lagunas que sirve de alojamiento para las aves. “Al tratarse de tierras improductivas, nosotros y mis primos – suizos ellos – decidimos dejarlas sin intervención para que se vean cómo son realmente sin la mano del ser humano”, contó Mariana Mampaey, socia fundadora y vicedirectora de la Fundación Federico Wildermuth, en diálogo con este medio.
Los bajos del agua de la región escurren directamente hacia la amplia superficie para formar las lagunas en la zona más baja. En total son 1.000 hectáreas de reserva natural, más otras 400 destinadas a la ganadería con pastoreo rotativo y un rodeo seleccionado sin suplementos. “Son animales rústicos que comen pastizales y no ingieren balanceado”, especificó la socia fundadora. Además, y como si fuera poco, se añaden otras 335 hectáreas agrícola-ganaderas donde se rota el cultivo con trigo, centeno y pastoreo.
Detrás de la Fundación existe un grupo de personas que traccionan para que la naturaleza se mantenga viva en el pulmón verde del departamento San Martín. “Parte del Comisión se encuentra en Suiza, y en Argentina estamos junto a mi hermana. Además, hay una abogada muy involucrada que se aboca a los cuidados del medioambiente, una persona que se encarga de trabajar los rodeos, una pareja que se ocupa de realizar las visitas guiadas al predio. Y ahora estamos por incorporar un guardaparque”, remarcó Mampaey.
Con raíces en la región pero radicada actualmente en Misiones, la vicedirectora de la Fundación puso en valor el contexto pampeano, un ambiente habitual para los habitantes. “Cuando uno vive ahí, no se valora la variedad de fauna y flora existente”.
En las amplias tierras pampeanas que compone la reserva, la fauna es variada. Desde la Fundación explicaron que dentro de las 1.300 hectáreas conviven zorros grises, peludos, zorrinos, gatos monteses, coipos, cuises, hurones, comadrejas, y especies de serpientes como la ñacanina, cascabel, yarará y de coral. También es común ver reptiles y batracios.
Además, estudios ornitológicos revelaron que entre las aves que habitan el lugar se pueden observar ñandúes, tachurí coludo, doradito pardo, copetón, capuchino garganta café y el canela. Tampoco es llamativo divisar garzas amarillas, halcones plomizos, lechucitas vizcacheras, golondrinas cabezas rojizas, perdices y cachirlas de uña corta, entre otros.
Se trata de un campo biodinámico donde está prohibido utilizar agrotóxicos, razón por la cual es difícil impulsar la actividad agrícola tradicional. “Estamos buscando gente que quiera desarrollar las tareas en el lugar bajo esas condiciones, de manera orgánica. Es muy interesante observar el lugar porque son tierras que no se trabajan desde hace más de 35 años”, remarcaron.
La reserva, a pesar de tener casi cuatro décadas de vida, no tiene la visibilidad suficiente para que la comunidad entienda el valor del gran pulmón verde del departamento San Martín. “Estamos trabajando junto a un biólogo para organizar la difusión y que se organicen visitas guiadas con mayor frecuencia. Mi hermana hace visitas a caballo, hay un camino de acceso y un mangrullo para descansar y hacer observaciones. Sobre todas las cosas en primavera, cuando las lagunas están con agua y se llena de aves”, relató la vicedirectora de la organización.
Hace dos semanas un gran incendio desde el suroeste puso bajo amenaza a la Reserva Natural. La suerte estuvo del lado del medioambiente. Es que el viento soplaba, en ese preciso momento, de forma contraria por donde avanzaban las llamas, negando así que arrasen con el predio. “Estuvo muy cerca, a unos 700 metros de la Fundación. Hay que tener mucho cuidado cuando se queman los pastizales, es una práctica que lamentablemente se sigue realizando”, contó una de las socias fundadoras.
La Fundación se creó a fines de los 80. Herederos de Federico Wildermuth, quienes residen actualmente en Suiza, decidieron donar las tierras para la proyección de una reserva natural. Junto a familiares radicados en el país, le dieron forma a la organización con el objetivo de preservar el cuidado del medioambiente. Fue así que luego de un minucioso trabajo que incluyó la participación de ornitólogos y naturalistas, se terminó erigiendo en el departamento San Martín una de las primeras reservas de Uso Múltiple de la provincia.
La Reserva Natural cuenta con un casco histórico que data del año 1884 rodeado por unas 300 hectáreas reservadas para un proyecto autosustentable de agricultura y horticultura.
En la ciudad de San Jorge – departamento San Martín –, el Concejo debate por estas horas la aprobación de un proyecto girado por el Ejecutivo mediante el cual propone crear una Reserva Natural Municipal en un predio de 21 hectáreas ubicado en la zona oeste del ejido urbano. La iniciativa ya tiene el aval de Medio Ambiente del gobierno provincial.