Juan Franco
Aunque desde hace un tiempo está dedicado a la actividad empresarial, Ricardo Spinozzi transitó los años más importantes de su carrera política junto al Lole, quien lo eligió como colaborador en el inicio de su segunda gestión. Primero como subsecretario de Municipios y luego como secretario general de la Gobernación. Además, recuerda con orgullo que Reutemann lo llevó como senador nacional suplente las tres veces que se postuló. “Lo vamos a extrañar”, dijo el Tino, quien mantuvo contacto con el ex piloto hasta marzo último.
Juan Franco
Apenas conocida este miércoles por la tarde la muerte del ex gobernador y senador nacional Carlos Alberto Reutemann, enseguida vinieron a la memoria de los venadenses sus numerosas visitas, tanto en las recordadas caravanas de las campañas electorales con su campera roja, como en sus funciones ejecutivas. Y también cabe señalar que uno de sus alfiles predilectos fue el venadense Ricardo Spinozzi, reclutado por el Lole para sus filas en el ’99 -comienzo de su segunda Gobernación- para cumplir el rol de subsecretario de Municipios. Sin embargo, la figura del Tino fue creciendo, y entre 2001 y 2003 se desempeñó en la estratégica Secretaría General de la Gobernación. Para dimensionar la confianza de Reutemann en el venadense, basta con mencionar que en sus tres candidaturas a senador nacional lo llevó como suplente: 2003, 2009 y 2015. Claro que en este caso la que asumirá la banca hasta fin de año en su reemplazo es Alejandra Vucasovich, dada su condición de segunda titular (en 2015 sólo ingresó Reutemann ya que se impuso el binomio integrado por Omar Perotti y María de los Angeles Sacnun).
En diálogo con Sur24 en la media tarde de hoy, Ricardo Spinozzi confesó su “profunda tristeza” por la noticia del deceso, aunque reconoció que estaba en contacto diario con allegados a su ex jefe político, quienes le habían confiado que desde hace unos días su estado de salud era “irreversible”.
“Hasta hace algunas semanas tenía ilusiones de su recuperación porque el Lole atravesó muchos problemas serios de salud y siempre había salido adelante. Recuerdo cuando debieron operarlo en Estados Unidos por dificultades en la columna. También había superado una situación difícil por divertículos. Y en 2017 sufrió otra intervención por una afección hepática muy severa que derivó en la situación que lo complicó, con recuperaciones y recaídas, hasta el desenlace de esta tarde”, sintetizó el ex diputado nacional por Unión PRO Federal.
“Es un día muy triste para mucha gente, no sólo para todos aquellos que reconocen su contribución desde la función pública, sino también para todos los que fueron sus admiradores en su etapa como corredor de Fórmula 1. Por supuesto que en Argentina, donde sólo sirve ser número uno, el reconocimiento fue tardío, pero al final llegó, y merecidamente, porque los méritos del Lole se valoraron con el tiempo, sobre todo cuando el paso de las décadas demostró que nunca más un argentino fue competitivo a ese nivel, cuando se terminó la expectativa de ganar una carrera, o incluso de encaramarse al podio con la celeste y blanca flameando”, reflexionó, minutos antes de iniciar un Zoom con un canal de TV nacional.
“Tuve la dicha de conocer de cerca a Reutemann, más que nada en mi rol de secretario general de la Gobernación, y luego en las tres campañas para senador nacional, donde subíamos a un auto y recorríamos de punta a punta nuestra gigantesca provincia. Y en estas últimas horas me vienen a la memoria las imágenes de la gente que salía a recibirlo con frío o con lluvia. Eran manifestaciones de cariño que no había visto nunca y que el Lole sabía corresponder. Para él era lo mismo si esto pasaba en una gran ciudad o en un pueblito que era insignificante desde el punto de vista electoral”, valorizó Spinozzi, quien también se desempeñó como senador provincial por el departamento General López (2003-2011).
“Mi vínculo con el Lole se mantuvo a lo largo del tiempo, aunque últimamente ya no nos veíamos tan seguido. Pero eran frecuentes los contactos por teléfono o por mensajes, y por supuesto que nunca faltaban los saludos de cumpleaños. Nuestra última conversación fue hace unos tres meses. Recuerdo que me llamó y hablamos largamente una tarde. En ese momento se estaba por definir la designación de Jorge Lagna como ministro de Seguridad y él estaba contento porque le tenía mucho aprecio”, contó el Tino. “En abril intercambiamos mensajes por su cumpleaños y el último mensaje se lo envié luego de su recuperación de la internación en Rosario, pero ahí ya no tuve respuesta, aunque siempre estuve al tanto de la evolución de su salud”, reveló.
Sobre las críticas hacia Reutemann por su permanencia silenciosa de más de dos décadas en la Cámara alta de la Nación, Spinozzi no dudó en responder: “Hay gente que gusta de participar en política saliendo seguido en TV, haciendo largos discursos y muchos ademanes, pero que en el balance de su gestión no le modifican la vida a nadie. No era el caso de Reutemann, quien definió claramente su rol en la política siendo dos veces gobernador, y luego desde el Senado, votando de acuerdo a sus convicciones, defendiendo siempre los intereses de la provincia de Santa Fe, cueste que lo que cueste. Y vaya si pagó costos por esa actitud, como en la Resolución 125, en 2008, cuando el Lole se inclinó por la defensa de la producción a pesar de las presiones del kirchnerismo”, puntualizó.
En cuanto a los momentos más difíciles, describió: “Yo no tengo dudas de que el mayor dolor de Reutemann en su paso por la política fue esa tragedia natural del desborde del río Salado en 2003 que le costó a la vida a decenas de santafesinos y que por especulaciones políticas se lo quisieron adjudicar a él. Sin embargo, creo que la propia gente puso las cosas en su lugar, porque en uno de los barrios más afectados por la inundación obtuvo en esa elección, poco después del desastre del 29 de abril, el 75 por ciento de los votos”, precisó.
“Algunos dirigentes políticos privilegian las cuestiones ideológicas, aunque eso vaya en contra de los intereses de la provincia a la que representan, y el Lole siempre tuvo claro que debía privilegiar las necesidades de los santafesinos y que, antes que las ideologías, estaba el sentido común”, rescató Spinozzi.
“Para mí el Lole fue un ejemplo, un político distinto, que por supuesto era mirado de reojo por la corporación política porque a él no lo representaban esos privilegios; por el contrario, le gustaba andar solo, manejando su propio auto, sin chofer ni custodia, incluso en los momentos más difíciles. Él siempre se movió con la misma naturalidad en el Principado de Mónaco, como en las viviendas más humildes, con piso de tierra, del norte santafesino. Así como hablaba mano a mano con don Enzo Ferrari, en Maranello, por ejemplo, le encantaba entrar a los talleres de los pueblos para hablar de ‘fierros’ con los mecánicos”, recordó con emoción. “Y ni hablar cuando se encontraba con productores agropecuarios, un mundo que también le resultaba muy cercano a sus sentimientos”, dimensionó el ex presidente del PJ santafesino.
En un concepto final, Spinozzi se mostró agradecido con Reutemann porque, sin dudas, edificó una carrera política a su lado, y el Lole fue quien le dio la oportunidad de dar el gran salto desde Venado Tuerto hacia los ámbitos de decisión de la provincia de Santa Fe. “Siempre fue muy generoso y aprendí mucho de él. Es cierto que era de poco hablar, pero con los años descubrí que uno podía crecer con sólo observar cómo se desenvolvía en el quehacer diario, en el trato con la gente, en su austeridad. Lo vamos a extrañar”, concluyó.
Él siempre se movió con la misma naturalidad en el Principado de Mónaco, como en las viviendas más humildes, con piso de tierra, del norte santafesino.