El Gobierno entrerriano declaró la situación de emergencia y/o desastre agropecuario a las explotaciones de maíz y sorgo, de ganadería bovina, caprina y ovina, tambos, explotaciones hortícolas, de maní pecán, citrícolas y forestales de toda la provincia debido al evento climático de sequías agravado por las altas temperaturas.
La medida rige de manera retroactiva desde el 1 de enero pasado y se extiende originalmente hasta el 31 de julio próximo. La Comisión de Emergencia Agropecuaria concluyó que los daños sufridos en la producción agrícola y ganadera son consecuencia del déficit hídrico acaecido a partir del mes de mayo del 2021, agravado por las altas temperaturas.
Sobre la situación, el gobernador, Gustavo Bordet, anticipó que "cumplimos con el compromiso asumido ante el sector productivo de generar asistencia y herramientas que permitan recomponer el capital de trabajo a quienes sufrieron los efectos de estos eventos climáticos".
Días atrás, Bordet encabezó un encuentro de trabajo con representantes de la Mesa de Enlace, entidades gremiales, académicas y científicas para abordar la coyuntura del sector, con quienes acordó acciones de asistencia inmediata y políticas a largo plazo.
El mandatario adelantó que se trabaja en líneas de crédito para que los productores afectados por la sequía puedan recomponer el capital de trabajo de cara a la próxima siembra, se informó.
Los productores agropecuarios afectados deberán presentar una declaración jurada ante la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Provincia, que en un lapso de 60 días verificará y aprobará los listados de los productores incluidos en la emergencia, para la inclusión en los beneficios.
Asimismo, el Ministerio de Producción provincial gestionará ante el Gobierno nacional los instrumentos necesarios para la declaración de emergencia y de acuerdo a los alcances del Sistema Nacional para la Prevención y Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios, según la Ley N° 26.509.