No es habitual que un bebé nazca en plena vía pública, por eso Andrea creía que el parto de su hermana menor en un taxi era un hecho digno de destacarse. Pero jamás imaginó que el destino le haría un guiño para completar la historia y marcarla a fuego: Andrea dio a luz el miércoles a su hija en el asiento del acompañante de su auto, en Córdoba y Avellaneda.
Tenés que leerTuvo mellizas, pero una nació en Cañada Rosquín y otra en El TrébolLos padres de Emilia son de Funes y llegaron a Rosario para que Andrea diera a luz en el sanatorio Laprida. Pero pese a que Adolfo aceleró por Córdoba dispuesto a llegar a destino, apenas cruzó bulevar Avellaneda su hija decidió nacer. "Llegó a este mundo y la esperaba yo", contó el padre.
"Venía relativamente todo bien hasta que le empezaron a dar demasiadas contracciones", recordó Adolfo, quien le aseguró a su mujer que su hija nacería en un hospital. "Pero cuando cruzamos Avellaneda me dijo que no podía más". "Abrí la puerta, tiré el asiento para atrás y empezó a nacer Emilia", contó el orgulloso padre e improvisado partero de Emilia, que quedó envuelta en una manta y una frazada pero "tenía el cordón umbilical enredado. Estábamos asustados", afirmó.
Fue en ese momento que apareció Carla, otra de las protagonistas de la historia, que vio la situación y de inmediato se ofreció a ayudar. "Me dijo que la llevemos al Carrasco pero yo no sabía llegar. Ella agarró su auto y yo la seguí", repasó Adolfo. Ya en el hospital, los médicos constataron que Emilia estaba en buen estado de salud, y luego trasladaron a la familia a la Maternidad Martin.
Adolfo no solamente está feliz por el nacimiento de su hija sino que, pese a que la pandemia de coronavirus y los protocolos necesarios para traer un niño al mundo en estos días ya lo habían convencido de que no podría asistir al parto, la realidad fue muy distinta. "Ni siquiera había podido ver las ecografías, ya estaba como resignado a que no iba a presenciar el nacimiento. Pero llegó a este mundo y la esperaba yo", aseveró.