Ignacio Pellizzón | region@ellitoral.com
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Son 600 empresas en toda la provincia de Santa Fe que hace 365 días que no pueden trabajar. Es uno de los actores económicos más importantes, que emplea a 35 mil personas, y que hoy se encuentra “quebrado”. Es por eso que tomaron la decisión de enviarle un comunicado directamente al gobernador, Omar Perotti, exigiendo que apruebe su protocolo sanitario y, así, poder volver a funcionar.
Desde la Cámara de Eventos y Afines de Santa Fe (CEASF), liderada por Iván Hawryluk, no entienden “cómo es posible” que en la provincia de Buenos Aires estén trabajando “sin presentar impacto alguno en el nivel de contagios” y en el territorio santafesino no, indicaron a El Litoral.
Los empresarios titulares de salones de fiestas y eventos y sus rubros emplean a más de 35 mil personas entre personal gastronómico, camareros, de limpieza, seguridad, mantenimiento, decoradores, organizadores, sonidistas, artistas, representantes y personal administrativo, por ende, señalan que muchas fuentes de trabajo están en sus manos.
Otro punto importante que destacan en el comunicado que le enviaron al propio Perotti, al que tuvo acceso este medio, es que a esta altura ya hay muchos compromisos asumidos “con anterioridad a la puesta en vigencia del Aislamiento y Distanciamiento Social dispuesto por el Poder Ejecutivo Nacional”. En total se tratan de 7 mil contratos que se están incumpliendo, lo que deriva en el “reclamo de los clientes”, lo cuales no pueden “satisfacer” porque se encuentran –como sector- “imposibilitados” por las restricciones sanitarias impuestas.
La tensión y la bronca van en aumentos, según CEASF, sobre todo al ver que cotidianamente se producen fiestas clandestinas, reuniones sociales sin ningún tipo de aislamiento o protocolo sanitario, convirtiéndose estos eventos en “vectores de contagio”.
Son claros y concisos desde la Cámara al afirmar que no quieren tener “coronita”, sino que el Gobierno de la provincia de Santa Fe lea el “protocolo unificado” que presentaron entre las 600 empresas para poder “volver a trabajar” en los eventos sociales, resguardando la “seguridad sanitaria” y posibilitando el cumplimiento de los “contratos contraídos”.
Con el antecedente de que en provincia de Buenos Aires “este mismo protocolo está en funcionamiento” sin representar “impacto alguno” en el nivel de contagios, los empresarios santafesinos estiman que la aplicación de “este mismo protocolo sanitario” también puede ser aplicado en la región.
Los empresarios y trabajadores nucleados en la Cámara de Eventos y Afines realizaron el 26 de octubre una caravana, con música en vivo, para pedir "un decreto propio" que posibilite la reapertura de la actividad.
La movilización que comenzó en Oroño y Cochabamba (frente al laguito), luego se trasladó hasta la Municipalidad de Rosario (Buenos Aires y Santa Fe) para finalizar la marcha en la Sede de Gobernación (Moreno y Santa Fe), con un paso previo por el Monumento Nacional a la Bandera.
"Nos movilizamos después de casi 8 meses sin trabajar. Sin contar con un protocolo ni decreto propio", señaló en aquel momento el titular de la Cámara, Iván Hawryluk.
Además de los propietarios de salones de fiestas de la ciudad, participaron DJs, sonidistas, iluminadores, fotógrafos de eventos, Food Trucks, bartenders, entre otros referentes del rubro.
Previo a la movilización de octubre, los salones de eventos habían recibido una habilitación para funcionar como bares al aire libre, pero la reapertura de Posta 36 generó una lluvia de críticas en las redes sociales.
El salón de la zona norte volvió a abrir con tarjeta anticipada. Ofreció un menú de cuatro pasos y música al aire libre. En redes sociales se vieron videos de personas reunidas en mesas de living al aire libre, con música y tragos. Esto generó quejas de los vecinos y otros comerciantes del rubro gastronómico por el momento epidemiológico que transitaba Rosario. Esta situación motivó que el municipio decida suspender las habilitaciones para que los salones funcionen como bares.
Desde marzo, los salones de fiesta dejaron de funcionar quedando en pausa todos los casamientos y suspendidos los cumpleaños y eventos empresariales se suspendieron y los que estaban agendados, se reprogramaron a la espera de poder celebrar ese encuentro.