“¿Qué horario hacen?”. Una pregunta recurrente que posiblemente figura en el número 1 entre las más respondidas por los empleados de un comercio en Rosario y en el resto de Argentina. Cada negocio se maneja de manera independiente de acuerdo a su clientela y a la comodidad de sus dueños y empleados. Históricamente eran más los locales abiertos con horario cortado que aquellos que atendían de corrido y cerraban más temprano. Costumbres argentinas relacionadas con el clima imperante, más cálido y más amigable en el atardecer que en Europa, Estados Unidos o Canadá donde la inmensa mayoría de los comercios cierra a las 17. Y a partir de ese horario sólo los negocios gastronómicos y de entretenimiento quedan con las puertas abiertas. Esta tendencia local parece haberse revertido con la llegada de la pandemia por el covid-19 y la readecuación de algunos hábitos.
En pleno verano y a pesar de que cada año las temperaturas suben más para hacer de la siesta una etapa del día incómoda para transitar por la calle, la tendencia parece ir hacia un horario continuo. Pablo Schellas, propietario de una cadena de ópticas y miembro de la Federación Gremial del Comercio e Industria de Rosario, habló con El Litoral sobre este tema: “El centro hoy en día tiene mucha más competencia que anteriormente. Están los centros comerciales barriales que son mucho más fuertes, muchos de los cuales tienen marcas que están en el centro. Años atrás las marcas no estaban en los centros comerciales de barrio”. Schellas también señaló la cantidad importante de personas que se trasladaron a vivir en Funes, Roldán u otra localidad del Gran Rosario. “En vez de venir al centro, lo hace en algunos shoppings o en otra ciudad”, comentó. “El movimiento fuerte del centro es desde la mañana hasta pasado el mediodía. A última hora es como que se restringe a la gente que vive por el centro”.
Por su parte, Miguel Rucco, presidente del Centro Comercial Calle San Luis, afirmó: “En calle San Luis que es un centro comercial mayorista se trabaja en horario corrido ya desde hace un tiempo, pero notamos que muchos comercios optan por cerrar más temprano”. Rucco señaló que antes se cortaba la atención al público un rato al mediodía, unos 12 años atrás. “La pandemia ha dejado esto de que se corta la actividad comercial más temprano. Nosotros trabajamos corrido ya hace bastante porque tampoco hay mucha circulación de gente y ha perjudicado bastante la nocturnidad en relación a comercios gastronómicos y demás. En la semana, se ve mucho menos movimiento en muchos lugares”, expresó el comerciante de la arteria céntrica. “En Pichincha o en algunos lugares de Pellegrini donde funciona bien el sector gastronómico en muchos de los días de semana a las 12 o a la 1 ya no aceptan recibir gente. Sí creo que la pandemia ha dejado la costumbre que en definitiva no es la del comerciante, sino la de la demanda. Y el comerciante se adapta a la demanda de cerrar más temprano”, completó Rucco.
Con respecto a los horarios para los empleados de los negocios, Pablo Schellas afirmó: “Hoy casi todos los empleados hacen horario corrido”. Otra cuestión que remarcó fue el cierre antes de los locales: “Se hizo pos pandemia. Nosotros cerrábamos durante mucho tiempo el local a las 20 horas y hoy el horario tope de cierre es 19.30. No es mucho, pero es un cambio. Y en invierno algunos de los locales del centro cierran a las 19”, dijo el hombre de la federación gremial. En relación a este tema, Rucco señaló: “Muchos de mis empleados no viven tan cerca y les conviene obviamente el horario corrido. El que entra a las 9 se va más temprano. El que entra más tarde llega después. Para ellos es obviamente mucho más cómodo”.
Consultado por los hábitos de los clientes, Schellas dijo: “La concurrencia más fuerte es a la mañana. Eso sigue, sobre todo con estos calores. Después se corta o se reduce bastante entre las 2 y las 5 de la tarde y vuelve a activarse un poco después de las 5, pero esa activación después de las 5 es mayoritariamente la gente que vive alrededor del local”.
En los comercios de San Luis después de las 17.30 la concurrencia decrece. “Sólo quedan abiertos de Corrientes y San Luis hacia el río, que son el sector más minorista que está hasta las 19, 19.30 como mucho -aseveró Miguel Rucco-. Desde las 17 merma muchísimo la actividad de gente caminando y de autos en el centro comercial. Ya se encuentra lugar para estacionar. Por una cuestión de no quedar abierto último, quedar expuesto solo a un robo, que lamentablemente no es exclusivo de los barrios esto del robo en los locales. Pasó en un par de oportunidades. Antes eso no sucedía”.
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